18 octubre 2006

HEROES SILENCIOSOS…
Por: Martín Rojas Galo

Tuve la oportunidad, de verdad invalorable, por estas cosas del trabajo, de poder visitar por primera vez en mi vida un Colegio denominado Especial… me estoy refiriendo al tradicional número cuatro, Institución Educativa convertida actualmente en parte del patrimonio cultural del distrito de Imperial, y que se encuentra, apaciblemente ubicada al fondo de la antigua calle Huancayo de este distrito.
Aquí se encuentran recibiendo cuidados, atención, educación y sobre todo mucho, pero mucho cariño, 128 niños provenientes de todos los rincones de la provincia, pequeños de San Luis, Herbay Alto, Lunahuaná y del propio Imperial… se encuentran aquí recibiendo las enseñanzas de sus aplicados docentes y personal administrativo, los cuales se ven obligados a triplicar esfuerzos no sólo para poder dictar las clases correspondientes ante tan inquieto auditorio, sino también que deben multiplicar sus atenciones para poder preservar la integridad física de estas criaturas, las cuales por sus características especiales resultan más susceptibles a caerse y hacerse daño que niños que no lo son… por eso, el trabajo y esfuerzo desplegado por un docente o un auxiliar de educación especial, resulta por decirlo de alguna manera, acaso, de mayor responsabilidad que la de un profesor de educación convencional.
A la cabeza de este grupo de veintisiete dinámicos trabajadores de la educación se encuentra, desde el año 1983, el Licenciado Víctor Daniel Castillo Arcos, quien junto a su personal realiza, en medio de las mayores carestías de infraestructura, una labor que pasa, casi desapercibida, especialmente por las autoridades del distrito que al parecer se han olvidado que este Colegio también necesita pintarse de vez en cuando, o renovar su loza deportiva, que hoy en día está casi desaparecida por el salitre, o proveer de un poco de ropa y zapatos, a varios de estos niños, provenientes en la mayoría de los casos de familias muy pobres.
En nuestro País el 10 % de la población peruana padecen de algún tipo de discapacidad física o mental, y muchas veces nuestra ignorancia común nos hace alejarnos de estas criaturas, lejos de prestarles algún tipo de apoyo que pueda estar a nuestro alcance… preferimos no ver, preferimos no oír, vaya por eso este humilde reconocimiento al profesor Víctor Daniel Castillo Arcos y a todo su, de verdad, sacrificado personal, estas personas han desarrollado una vocación de servicio que linda con un callado heroísmo.

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