23 junio 2007

CUANDO UN ALUMNO COPIA...
Escribe: Prof. Lilia Diaz Torres

En nuestra experiencia como docente, hemos observado que en innumerables oportunidades nuestros alumnos, y porque no reconocerlo, nosotros mismos, hay una tendencia patológica al copiado, desde lo más elemental, el título de un tema, hasta lo más complejo, como es el contenido total de un artículo o una obra literaria. Los trabajos de investigación son los más provocadores que incitan al copiado, lo peor que ni siquiera hacen cita al autor.
Aquí la paradoja que se debería preguntar todo docente, si lo que el profesor quiere es que el alumno reproduzca en el examen aquello que aparece en el cuaderno o el libro, ¿porqué habría de perder el tiempo memorizándolo?. Es preferible que lo copie directamente de la fuente; así se asegurará además que será una copia fiel del original, lo que seguramente será muy placentero para el profesor. No olvidemos además, que aquel alumno que memoriza el contenido del cuaderno también está copiando, porque "aprender de memoria" lo que el profesor dictó, significa fotocopiar en la mente el cuaderno, para después reproducirlo en el examen. Nuevamente, más eficiente es copiar de frente del cuaderno al examen. ¿Quieren que el alumno no copie de su cuaderno o comprimido?. Es muy fácil. No le hagan preguntas que se puedan contestar copiando.
¿Por qué copia el alumno? Primero, porque se puede aprobar copiando. Segundo, porque cuando el alumno no entiende un tema, la mejor forma de aparentar que aprendió es memorizar o copiar. Tercero, por inseguridad. Si un alumno no tiene suficiente autoestima como para decir lo que piensa sin sentirse avergonzado o burlado por equivocarse o por no coincidir con lo que piensa el profesor, no se atreverá a expresar sus ideas. Apelará a las ideas que dictó el profesor o están escritas en el texto, las cuales tratará de memorizar o copiar.
En cuarto lugar los alumnos, especialmente los más hábiles, se sienten desperdiciados y estafados cuando no se les exige pensar. Copiarse es una forma sencilla de salir del paso de una exigencia escolar desvalorizada.
Entonces, así como cometer un foul en un partido de fútbol es una trasgresión sancionada pero no calificable de inmoral, copiar en un examen es una trasgresión sancionable (si es que así son la reglas de la clase) pero de ninguna manera puede ser considerado como una inmoralidad.
Más inmoral es el profesor que se cree Dios y que su santa verdad debe ser grabada en la mente de los niños cual doctrina infalible e incuestionable. ¿Quieren hablar de pedagogía moderna, de reforma educativa, del desarrollo de la creatividad y del espíritu crítico e innovador?. Hablemos de esta sistemática agresión a la mente humana que deviene de obligar a los niños a convertir su cerebro en un inútil disco duro que almacena información pero al que no se le provee el software para sacarle provecho.
Esto no significa que no hay que memorizar nada. La memorización como estrategia habitual de aprendizaje es retrógrada.
Por lo demás, lo realmente relevante se memoriza sin ningún esfuerzo, en la medida que sea información que se usan en contextos que tienen algún sentido. Pero vayamos un paso más allá para darnos cuenta que los reyes de la copia en realidad son la mayoría de los profesores, que recitan año a año y sección tras sección la misma clase tomada de sus libros o apuntes. ¿Quién es realmente un buen maestro?. En mi opinión, "aquél que nunca hace dos clases iguales". Si un maestro no es capaz de individualizar y adecuar su enseñanza a cada grupo particular que le toca en cada hora de clase, es porque se santifica a sí mismo, a los programas y textos, dejando de lado a los alumnos. Asume que todos son iguales y por lo tanto los trata por igual. Con ello, en el fondo, asume que los alumnos no existen.
Y si nos vamos más lejos aún, aquél maestro que pretende enseñar impositivamente, le puede estar quitando al alumno la posibilidad de aprenderlo por sí mismo. Esa es la esencia de la pedagogía moderna.

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