29 octubre 2008

EL PROBLEMA PENITENCIARIO...
Escribe: Juan Edilberto Kuan Gil - Juez de Paz Letrado de Lunahuaná

Casi a diario nos enteramos de sucesos lamentables que tienen que ver con la seguridad de las personas, ya sea porque afectan derechos personales o también patrimoniales, y en donde están involucrados sujetos que transgreden la ley y producto de esos comportamientos delictivos algunos delincuentes son sancionados con penas condicionales y en otros casos incluso con penas efectivas. 
La pena privativa de libertad, en primer término tiene un fin resocializador que está dirigido al delincuente y lo que se pretende con ello, es que se le brinde al interno un tratamiento adecuado y especial que permita reinsertarse a la sociedad. Además la pena tiene otra finalidad como es que sirva de control a la Sociedad, es decir que cumpla un fin ejemplarizador, y disuada a otros potenciales delincuentes a que no incurran en la comisión de alguna conducta delictiva; aunque para la mayoría de las personas las penas solo sirven para castigar al delincuente. (En consecuencia, las penas, en especial la privativa de libertad, por estar orientadas a evitar la comisión del delito, operan como garantía institucional de las libertades y la convivencia armónica a favor del bienestar general. EXP. 0019-2005-PI-TC).
No obstante que la ley de Ejecución Penal nos señala las pautas para el tratamiento penitenciario, vemos con bastante sorpresa que, en un gran porcentaje de sujetos que cometen delitos, son reincidentes o para mejor entender son delincuentes que han salido del penal a través de algún beneficio penitenciario o porque habían cumplido sus penas.
Ante esta situación, queda la interrogante ¿Se brindó a los internos un tratamiento penitenciario adecuado para su reinserción a la Sociedad…? ó ¿Existen otros factores que coadyuven a que vuelvan a cometer nuevamente algún delito…?. 
Sobre lo último, es incuestionable que la Sociedad actual está sufriendo una crisis generalizada, en donde el tema de la pobreza, la falta de autoridad y de valores son de particular incidencia, y el problema de los penales -sin lugar a dudas- no podía estar ajeno a esa crisis. 
El tema de la reeducación y la resocialización del interno, tiene como finalidad el que pueda obtener su libertad antes que su pena se cumpla y para que ello se cumpla es necesario y casi obligatorio aprovechar el tiempo que esta en reclusión para lograr en lo posible, que una vez liberado tenga conciencia de lo que significa respetar la ley y lo más importante sea capaz de hacerlo.
Lamentablemente la problemática de los penales se agudiza con el tiempo, a pesar de los esfuerzos de sectores que quieren revertir esta situación, ya que existen una serie de factores que juegan en contra de un adecuado tratamiento penitenciario y al parecer el más resaltante es la sobrepoblación. 
Al respecto la Defensoría del Pueblo en un informe sobre el problema penitenciario ha expresado “La sobrepoblación ha afectado directamente la efectividad de los recursos humanos de la institución, debido a que impide realizar un servicio mas cercano y detallado de cada interno. El bajo presupuesto también afecta la infraestructura, ya que no se ha podido incrementar espacios en los penales para los talleres de trabajo o salud, así como la construcción de pabellones que ofrezcan mejores condiciones de vida para los internos. Estos dos componentes afectan directamente el tratamiento y por tanto, la ulterior resociali-zación del interno.”  Una de las alternativas de solución al problema de la superpoblación, sería la construcción de nuevos Establecimiento Penitenciarios, que quizás no sea el único, pero evidentemente si incidiría en un mayor y mejor tratamiento a los internos, sumado a ello un mayor número de profesionales que los asistan y que resultaría a la larga beneficiosos no solamente a los internos y a su familiares, sino a toda la Sociedad en su conjunto, con lo que se estaría atendiendo a un problema social que nos involucra a todos, y como tal todos tenemos parte de responsabilidad.
Existen también, desde hace algún tiempo posiciones que refieren que se debe privatizar el servicio de los penales, argumentando que el Estado no ha sido capaz de dar solución a este problema y que la cualidad gerencial de la empresa privada si puede ser la panacea a la situación caótica de los penales; existen como antecedentes de esta alternativa experiencias hechas en otros países, que han sido en unos alentadoras, pero en otros no ha dado el resultado esperado.
Sin embargo, aparte de los aspectos de infraestructura y presupuesto, considero que hay algo que es más importante y sustancial. Si se quiere enfrentar este problema, primero se debe tener conciencia que es un problema social, y no solamente de los internos, que la privación de su libertad y su tratamiento no dependen de ellos solamente, sino del Estado y de otras instituciones.  Reconocer que poco o nada se hizo por sus problemas familiares o traumas que sufrieron en su niñez o adolescencia; Que sus familiares tampoco tienen la culpa y menos se les puede prohibir que los visiten; Que la seguridad ciudadana también puede ser eficiente, si las entidades que tienen el deber de garantizarlas hiciesen una labor adecuada; Que la Sociedad no aliente su marginación, ya que lo único que puede generar es acrecentar un sentimiento de venganza y resentimiento; En fin el problema de los internos en los penales es mucho más complejo e integral del que parece, y de seguro debe haber una solución poco o más temprano, pero lo importante es que cada uno de nosotros como parte de la sociedad, empecemos a cambiar el concepto que se tiene de la relación ex delincuente – peligro o inseguridad. El día que lo hagamos de seguro, habremos dado un gran paso. 

No hay comentarios.: