19 julio 2010

ARRIBA EL TELON…
Por Ray Martin (El chico que está de moda)

Y, levantamos el telón…

Mi madre…
Hace tan solo unos días, es decir, el último viernes la volví a ver… Y, como siempre ese abrazo interminable y esas lágrimas inmerecidas hacia mí, de parte de mi viejecita… Intenté esconder en medio de una silente sonrisa, lo que mi alma quería expresar… Mi parte sentimental no hacía más que abrazarla y llenar de besos, a ese ser que me brindó los mejores años de su vida… María, se llama mi madre, vio la luz en noviembre de 1,924 en Túcume, un distrito del viejo Lambayeque y se arropó con el cariño de los que nacen bajo la advocación de la Cruz de Chalpón… Hoy, más de ochenta años después, cuando la oigo hablar de sus padres, la escucho embelesado hablar de tantas historias de su pueblo natal y de pronto la nostalgia, esa que se viste de recuerdos emocionados y de lecciones inolvidables de amor filial, nutren mi espíritu alegre de amor hacia mi familia, a mi abuelo Francisco que no conocí y a los que –en la distancia y en el tiempo- siempre tuvieron respeto por ella…
Veo a mamá con sus problemas propios de la edad y, me resigno a creer que está así… Aún recuerdo, cuando muy temprano en los meses de verano, la acompañaba a los campos de cultivo de mi querido San Benito y nos poníamos con el sol quemándonos la espalda a cosechar papa, camotes o despancar algodón… Así era… y ese cariño interminable cuando dialogaba con la Señora Inés Agapito, con Rosita Ayllón, Con Flor de María (Maruja) Boza, Rosa Albites, «Pancha» Berrocal y tantas mujeres que siendo campesinas, jamás perdieron la dignidad y esa fuerza que las impulsó a seguir adelante y a hacer de sus hijos hombres dignos y justos… Hoy, no es fácil escribir estas líneas y sentir que cada palabra que sale de mi mente, llena de gratitud, lo he hecho por mamá… La veo delgada… Trató de buscar explicación donde no la hay… Digo, necesita lentes, mi madre ya no ve bien… Se me ocurren tantas cosas al verla así… los que me han visto de fuera caminando con ella por Imperial o en mi terruño, suelen decirme «Oye, tu vieja está bien»… ¡Que fácil es decirlo!... Pero se que no es cierto y me duele… Me duele ver que los años pasan y la fuerza de sus manos ya no es la misma… Que sus pasos son cada vez más lerdos… Que a veces su mirada se pierde en el recuerdo de mi padre… Que cuando vuelve al pueblo que la acogió durante muchísimos años, quisiera quedarse y ver a sus amigas y compartir con ellas… Tantas cosas… Tantos momentos idos, llenos de alegría y también porque no, de tristezas… Pero… Pero no es así... No puede ser… el paso del tiempo es inexorable y con él se van, los maravillosos espacios de una historia que fue la más feliz… Llevándome de las manos al colegio… A la feria de Cañete… Compartiendo la navidad, aunque solo fuera con un solo panetón y una taza de chocolante humeante al lado de papá y mis hermanos… La casa vieja, aquella que aún sigue de pie, esperando el retorno de quienes habitamos en ella… aquella que se resiste al paso del tiempo con su techo de madera y su paredes de adobe… Aquella que encierra quizá lo mejor de mi vida y de la vida de mamá…
Ella, no importa donde y con quien esté… No importa si un resfrío o una achacosa enfermedad la trate de vulnerar, sigue pensando en nosotros… Sigue rezando a su «Purísima Concepción» para que interceda ante el buen Dios por nosotros y nos cuide… Esa es mi madre… Como ninguna… Me hace falta cada día… Quien sabe la dicha de tener a un padre junto a Dios, calme mi angustia… Quien sabe la dicha de tener a mi princesita y a mi esposa, calme ese deseo irrefrenable de no hablar con ella, de no abrazarla; de no decirle una vez más cuanto y cuanto la quiero… Es mi madre, una viejecita… linda y bondadosa... Con arrugas que se dibujan en el rostro y que se enmarcan en las huellas de un pasado que fue mejor y que no volverá… De seguro que hoy que escribo estas líneas, María Arellano este soñando con ese pasado… Y dibujará en aquel sueño, las más bellas historias que escribió para la posteridad con sus hijos y su querido «Augustito»... Mi viejo… Estoy pensando que más de un hijo, debe de sentir lo mismo por su madrecita… y, seguramente, como yo, intente expresar el más puro de los sentimientos hacia ese angelito que es mamá… no importa si por ello, renuncie a un día de alegría o de fútbol… O de pronto, deje de ganar algunos soles para correr en el momento que se pueda, a decir –sin decirlo- «Vieja , aquí estoy para curarte, para ayudarte, como tu hacías siempre conmigo»… Te quiero Mamá…

La fuerza de Mireya…
Conocí a Mireya Candela Zevallos, hace algunos años atrás… Sí… No recuerdo la fecha exacta… Pero si se que fue en un evento en el que se presentaba Cañete Negro… Por entonces, recién llegadito de la capital me invitaron a ver un show de Cañete Negro… Y, ahí estuve viéndola... con esa figura encantadora y una belleza inusual… Su rostro adornaba las pocas publicaciones de la época… Antes, mucho antes, ya destacaba presentándose en diversos lugares y ganando eventos múltiples de cultura negra… Años después como aspirante a reina del Festival de Arte Negro, obtiene el cetro de Reina del festejo siendo ovacionada ampliamente… Mireya, supo no solamente ser la imagen de Cañete Negro, sino ser la reina de un certamen de renombre nacional… Años después y comprometida con el impulso y el fomento de las tradiciones y costumbres de la llamada «Cuna y Capital del Arte Negro Nacional», enfoca un programa dominical al que le puesto por nombre «Negros y qué»… Estuvo de aniversario el día de ayer y por razones de trabajo, no pudimos estar con ella… Pero, estas líneas advierten una gratitud a nombre de quienes nos sentimos identificados con las raíces del pueblo afrodescendiente… Un aniversario que permite señalar que su fomento a la cultura nacional y al arte cañetano por excelencia… Y, eso merece destacarse… No es fácil, apostar por este tipo de programas en una provincia como la nuestra, proclive a ignorar todo que se vea con un enfoque cultural… Y, eso, repito, tiene que resaltarse... Mireya, se ha venido ganando un lugar en el corazón de quienes sentimos correr por nuestras venas la estirpe cañetana… Y, por eso me atrevo a realizar un brindis por esta noble mujer… Deseándole fuerzas para que alcance hacer realidad sus anhelos de convertirse en regidora provincial… y, lo decimos sin temor al que dirán y con la sinceridad de sentirnos amigos suyos… Animo y aliento, mi querida Mireya… Un día después, mis felicitaciones por tu aniversario..

Bajamos el telón…
Nos vamos con Debbie Allison… Cuídense que los estoy chequeando con mis lentes de contacto

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