Escribe: Juan Vladimir Rojas Hinostroza
El clima de inseguridad se sigue viviendo en nuestra provincia. Y la verdad es que esto ya fue el colmo. Un grupo de delincuentes robaron la sucursal de la financiera del grupo Scotia en pleno corazón de San Vicente. Los hechos sucedieron entre la noche del sábado 19 y la madrugada del domingo 20.
Para ingresar al local, los maleantes emplearon una gata y tres grandes vigas de madera para realizar un forado de 45 x 45 centímetros en la pared del banco ubicado en el jirón Dos de Mayo 601.
Una vez dentro del local, hicieron de las suyas apropiándose de equipos de cómputo y de una importante suma de dinero.
El Ministerio Público y la policía nacional iniciaron las investigaciones. No obstante, desde Lima llegó un equipo de especialistas en seguridad de Scotiabank para iniciar sus investigaciones en forma paralela.
En los últimos días se ha hecho costumbre los robos y hurtos al paso en pleno centro de San Vicente y de Imperial. La captura de un argentino y dos peruanos fue el detonante el jueves 17 luego de cometer con su fechoría y atrapados con lo sustraído en una tienda de una conocida empresa de celulares.
Al parecer, el cambio de seguridad en los últimos meses de varias entidades financieras y el ingreso de efectivos de seguridad particular ponen los pelos de punta a los vecinos quienes temen que los robos y asaltos continúen en las semanas que vienen con motivo de las fiestas navideñas.
Hay que señalar que los vecinos de San Vicente comentan el asalto sin dejar de reconocer la habilidad y sangre fría de los asaltantes. Y las empresas de seguros contra todo riesgo algo tendrán que añadir a su libro de ocurrencias y modalidades.
Todos sabemos que los depósitos de caudales tienen vigilancia las 24 horas del día. No puede descuidarse este sistema porque las bandas de ladrones aprovecharían cualquier oportunidad para actuar.
La prevención no se reduce solamente a observar, sino a estudiar los planos del entorno citadino. De acuerdo a la versión policial, los cacos ingresaron a través de un forado que practicaron en una pared valiéndose de una gata y tres vigas, lo cual significa que han tenido las facilidades para actuar sin ser descubiertos. Por lo visto, la empresa de seguros no lo previó nunca. Consideraron imposible que desde un solar contiguo, o desde la calle, los ladrones pudieran ingresar y hacer de las suyas.
La versión policial de verificar si los empleados bancarios tuvieron conexión con los asaltantes no resiste el menor análisis. La modalidad empleada descarta semejante posibilidad, frecuente en argumentos cinematográficos del pasado y no en pleno siglo XXI con sensores electrónicos por todos lados.
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