Escribe: Cleto Aguado Gutiérrez
En su campaña electoral para ungirse en el cargo, el Alcalde actual de Imperial, aparte de sus fracasadas aspiraciones de años anteriores difundía como carta de presentación su actividad de «capacitador» en el sector educación; pero ahora, por la desastrosa conducción municipal podemos deducir que se habría desempeñado en la mediocridad porque no refleja en lo mínimo su cualidad o talento del que se ufana.
Los dieciocho meses de su Alcaldía son simplemente un desgobierno municipal con millones de soles de ingreso y sin ninguna obra de impacto ante tanta necesidad de Imperial. Incluso, parece que no conoce o no quiere entender que la municipalidad es una entidad pública corporativa, es decir, cuando hay buena intención se ejecuta trabajos en conjunto y coordinado entre el Alcalde, Regidores y Jefes de Áreas, lo que no existe en Imperial, sino el divorcio de funciones y responsabilidades con el personalismo autoritario del Alcalde rodeado de una élite de allegados de «confianza» que en realidad cumplen acciones de complicidad y deficiencia.
TIENDAS COMERCIALES OCUPAN VEREDAS PÚBLICAS
Contraviniendo y burlándose de las elementales normas municipales y contando con la dadivosa e indiferente actitud el Alcalde, los propietarios de los establecimiento comerciales y talleres diversos, se han posesionado de las veredas públicas de la frontera de sus tiendas en forma estable habiendo ampliado ilícitamente el espacio de sus negocios con la instalación de mesas, congeladoras, vitrinas, mostradores, rótulos, juguerías, soldaduras eléctricas, reparación de vehículos menores, maniquíes, venta de grabaciones musicales, impresiones gráficas, trabajos en vidrios, exhibición de muebles y colchones, etc. etc, diariamente principalmente en las calles céntricas, por lo que el público está obligado a transitar por la pista vehicular con la secueta de congestionamientos y riesgos de accidente de tránsito.
Por esta engorrosa y calamitosa realidad de caos y abandono, Imperial no parece ser un distrito centenario, sino semejante a un asentamiento marginal en formación y esta lastimosa situación causa a propios y extraños la sensación que en Imperial no existiese la autoridad municipal.
HACE UN AÑO OFRECIÓ DESPEJAR A OCUPANTES DE VEREDAS
Ante las protestas, cuestionamientos y críticas del vecindario imperialino, el Alcalde públicamente en octubre del año pasado se comprometió a erradicar a los intrusos ocupantes de las veredas públicas y que para ello ya los habían notificado concediéndoles un plazo perentorio y en caso que no cumpliesen, iban a realizar los operativos pertinentes, sin embargo a la fecha han transcurrido un año y el atrevimiento de esta irregularidad continúa de mal en peor, gracias a la vergonzosa inercia del «capacitador» incapaz Alcalde que sólo se dedica a la intriga y enfrentamiento interno contra la acción fiscalizadora de los Regidores; o sea que, en este caso de la usurpación de veredas, el Alcalde en vez de velar por la mayoría del pueblo que lo eligió, se ha pasado al lado y a favor de una minoría de comerciantes, que su talento de «capacitador» en 18 meses no da para más y que pudiera poner las cosas en su sitio.
LA PROPIEDAD PÚBLICA ES TAN SAGRADA COMO LA PRIVADA
Las autoridades municipales y dueños de locales comerciales tienen que entender y acatar que la propiedad pública beneficia y pertenece a todos, en tanto que la propiedad privada está individualizada a favor de una persona; pero ambas merecen la legalidad de su vigencia. Desde este punto de vista y al amparo de la Licencia Municipal de Funcionamiento cada caso comercial funciona en el local consignado en dicho documento que comprende solamente desde la puerta hacia el interior y hacia afuera la vereda es un bien público peatonal que nadie tiene ningún derecho ni argumento de usurparlo.
Esta medida tan sencilla y práctica no requiere ningún gasto municipal ni personal, que sólo es necesario el carácter y principio de autoridad, con lo que estaría solucionado el problema de la vía pública referente a la ocupación de veredas por los propietarios de locales comerciales; pero el otro problema mayor es el estacionamiento informal de vehículos mayores y menores en las céntricas calles de Imperial.
Siempre se dice que el Alcalde está obligado a trabajar a tiempo completo y no desperdiciar el tiempo en vanidades y vulgaridades de interés personal que repercuten negativamente, como también ningún Alcalde no puede negar, retener, ocultar o dilatar los trámites documentarios o informaciones inherentes a trabajos municipales que pudieran solicitar Regidores o ciudadanos, pues los recursos, bienes y documentos públicos se manejan en público y para conocimiento del público, de no ser así, el Alcalde habría incurrido en el delito de abuso de autoridad. En estos casos, por el delito de función, debe ser sancionado teniendo en cuenta la naturaleza de la acción, la extensión del daño y la calidad del autor en su condición de funcionario público.
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