20 diciembre 2012

LA PROBLEMATICA DE LA RELACION COMUNIDAD INDIGENA - ESTADO Y LA INCORPORACION DEL SABER TRADICIONAL AL MARCO JURIDICO...

ESCRIBE: JORGE VIVAS SANTISTEBAN
ESTUDIANTE DE IV CICLO DE ANTROPOLOGIA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

Según la UNESCO, en América Latina, existen actualmente 522 pueblos indígenas que van desde la Patagonia y la Isla de Pascua, hasta Oasisamérica en el norte de México, pasando por distintas áreas geográficas como Chaco Ampliado, Amazonía, Orinoquia, Andes, Llanura Costera del Pacífico, Caribe Continental, Baja Centroamérica y Mesoamérica. Una gran diversidad cultural que se ha visto amenazada por el propio hombre desde la invasión española (que erradico bajo el estandarte de la religión gran parte de nuestra herencia humana) hasta la política del Estado moderno, que durante mucho tiempo se tradujo, en el campo social, como la homogenización cultural de todo aquello que no fuera occidental, por considerársele inferior o incivilizado.
Pero como la historia ha demostrado, la fuerza de un pueblo es tan grande como su espíritu mismo; Mas allá de sentirse sometidos y rendirse ante la opresión del actual mundo-moderno, los pueblos indígenas de América Latina comenzaron a luchar por sus derechos como ciudadanos de un Estado que no reconocía su singularidad. Es así que a inicios del siglo XX se comienzan a reconocer derechos de los pueblos indígenas relacionados con la seguridad jurídica a la propiedad comunal. Este significativo hecho ubica en el escenario político de la época, un tema de permanente preocupación de los pueblos indígenas, el que hasta la actualidad constituye un tema central en sus demandas.
La lucha por un reconocimiento étnico, que no solo incorpore el respeto hacia sus costumbres, sus tradiciones, su forma de vida; sino también el derecho y el respeto hacia las decisiones que tomen como comunidad, encausaron, y siguen encausando, gran cantidad de luchas de pueblos aborígenes en distintos países a nivel de Latinoamérica. Así, por mencionar un ejemplo, en algunas comunidades indígenas colombianas, como los paeces y guambianos del Norte del Cauca, o los embera del Chocó, acumulan una larga tradición de lucha y resistencia frente a la sociedad blanca y mestiza. A lo largo de las décadas, e incluso de los siglos, los indígenas han combinado todas las formas de lucha a favor de la titulación de tierras a su nombre, la ampliación de sus derechos civiles y políticos, el reconocimiento de sus autoridades tradicionales, y la autonomía y autodeterminación para sus territorios. Como un gran triunfo para las minorías étnicas del país, la Constitución de 1991 reconoció muchas de estas exigencias y las convirtió en derechos.
A nivel Latinoamericano la lucha de los pueblos aborígenes ha dado resultado, lo vemos plasmado en las constituciones del 2008 de Ecuador y del 2009 en Bolivia, en donde se implementan una serie de normas que reconoce una gran cantidad de derechos a los pueblos indígenas; además de reconocer a la naturaleza como sujeto de derecho, un perspectiva revolucionaria en cuanto al derecho clásico o romano.
Valorar nuestro legado e incorporar el saber de la tradición, en un marco jurídico acorde a nuestra realidad nacional, es tarea primordial del Estado en los próximos años. El desarrollo como es entendido hoy, sin consideración alguna hacia la naturaleza y muchas veces sin respeto a las comunidades, no es sostenible en el tiempo como el acontecer mundial lo demuestra. Hechos como la degradación de la capa de ozono, el descongelamiento de los polos y las muertes humanas lamentables en los enfrentamientos entre indígenas y policías, por discrepancias entre el Estado y las comunidades, nos indican que se deben hacer cambios, ¿o es necesario que se reafirmen estos hechos desastrosos?
Es tiempo de tomar conciencia, de actuar, el mañana es hoy mi estimado lector…

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