Escribe: Luie Pérez Manrique
Aquella mañana –ante el leve lloriqueo del cielo–, en el atrio del departamento 308, luchando con los matices de la larga Avenida Brasil y el cielo limeño, flores que mezclan encendidos tonos de amarillo, lila, celeste y rosado, resaltan su preciosidad y reposan sobre varias botas de jebe que, utilizadas como maseteros, tienen las energías impregnadas del caminar de inimaginables paraderos del Perú profundo.
En el mismo escenario, una enorme postal de una anciana de Andajes (Oyon, Lima) –plasmado en la puerta– nos conecta con aquel infinito acervo de la diversidad cultural del país que existe con la mujer que habita en el departamento.
Segundos más tarde, derrochando humanidad, aparece la hija predilecta de Lámud (Luya, Amazonas). Sí, es Sonaly Tuesta, conductora y directora del programa ‘Costumbres’ (Tv Perú), quien dibuja una sonrisa en su aventurero rostro y nos invita a ingresar a su abrigador hogar.
Un pequeño universo donde se inhala y exhala Perú: mágico y encantador. Aquí comienza una nueva historia, compartiéndonos una vez más, el verdadero espíritu de los peruanos…
Estacionados en la sala, apaga la radio, mientras nos acomodamos en un sofá verde, cubierto por mantas con diseños andinos. Rodeados entre cruces, taytas, diablillos, máscaras carnavalescas, fotografías y más y más recuerdos… su piel manifiesta el andar de los 13 años de ‘Costumbres’: paraje donde el peruano se encuentra consigo mismo a través de la magia de sus fiestas como nos cuenta.
«Costumbres nos refleja. Nosotros somos fiesteros, celebramos todo. Por ejemplo en los andes festejan más. Celebran cuando sale la primera papa, la llegada del carnaval, la lluvia, la luna, el sol, la siembra, la cosecha. Siempre hay una celebración. Además el trabajo siempre está asociado a la fiesta», refiere.
Impulsada desde muy pequeña por contar historias, decidió estudiar Ciencias de la Comunicación, y al laborar en un diario, descubrió estar cerca de una realidad de hablar del Perú a través de la gente que hace artesanía, cocina, canta, baila y festeja.
«Estudié en la Universidad de Lima, y dentro del periodismo encontré la posibilidad de contar la historia de una persona más que el de escribir una noticia en sí. Al relacionarme con otras costumbres del país, sirvió para mirarme a mí misma y recordar de dónde vengo. Sin darme cuenta comencé a especializarme en ese tema, y me gustó. Fue así que presente un proyecto en el diario para hacer un suplemento llamado ‘Costumbres’, pero nunca salió», relata.
La incansable caminante indica que al presentarse una propuesta de televisión, lo tomó como algo ‘no serio’, porque en realidad nunca se imaginó salir en ella: «Desde la universidad, la televisión me asustaba, me parecía de gente especial la que sale ahí», revela entre risas. Estar delante de una cámara y ser imagen puede ser complicado para muchos, pero Sonaly rompió las barreras de su miedo, y como misma guerrera peruana, asumió el andar de una nueva aventura.
«El proyecto del suplemento ‘Costumbres’ lo transformé a uno televisivo. Los primeros ensayos del programa fueron desastrosos, pero en uno de ellos me di cuenta que el tema era importante para que la gente tenga la oportunidad de conocer las tradiciones del Perú. La televisión era el medio masivo más indicado para poder lograrlo. Entonces fue eso lo que me fortaleció para perder el miedo y salir frente a las cámaras al vivir las fiestas, al contar lo que veía y al participar con las personas», confiesa.
Retrocedamos al 2000, año en que apareció su primer programa televisivo en el canal del Estado, y bajo la nostalgia nos cuenta que aquella producción se vivió en Huaylas (Ancash), donde los Pashas (personajes enmascarados y coloridos) realizan el enamoramiento del animal o shanrarahueta en la fiesta en honor a la Patrona de las Cosechas: Santa Isabel o Mama Shami.
Recuerda que pasaron desapercibidos. Nadie los conocía, y les resultó difícil recoger la información: «Igual el hecho de estudiar Ciencias de la Comunicación te da los instrumentos necesarios para que encuentres en situaciones complicadas la manera de sacar la información que se busca», afirma, y nos comenta que el mágico capítulo fue emitido en el día de Santiago (25 de julio del mismo año).
Ella vive la alegría del peruano a lo largo y ancho del territorio, al derecho y al revés. Aquel ‘encuentro con el otro’ que le resulta admirable, pues se deja vencer por la curiosidad y destierra los prejuicios, y eso lo aprendió desde casa; siendo humilde al reconocer que hay muchas cosas que uno desconoce, las cuales se pueden aprender cuando nos damos la posibilidad de escuchar al otro.
«Siempre trato de mirar más allá de lo que te dan: si el señor te da una papa y su mano está llena de lodo, recuerda que, lo que te ofrece, es para que te la comas. Yo me fijo más en la papa, pues debe tener algo especial que pueda salir de esa manera de dar. Y si esa persona te la dio con tanto cariño, no puede existir forma de negarse. Eso de apreciar al otro. Lo aprendí con mis padres. Entonces cuando ya no hay prejuicios, la persona fácil se conecta y trasciende mejor su cultura», expresa.
‘Costumbres’ es su vida, pero el hecho de trabajar en el canal del Estado quizá le haya abierto algunos problemas en cada cambio de gobierno; al querer ‘los nuevos directivos’ cerrar o modificar el programa. Así ante el cuestionamiento, Sonaly dice: «Sí ha pasado, pues cuando llegan quieren hacer todo de nuevo o sienten el poder de hacer del canal otra cosa. En realidad en el caso de ‘Costumbres’ hay mucha gente que desea que salga su fiesta. Además se da todo el espacio del programa a un pueblo, para que pueda contar su historia, su tradición y su costumbre. Pienso que si han querido cancelarlo, no lo han hecho por un argumento con respeto al tema, porque esto es más ‘inclusivo’ que cualquier otra cosa».
A pedido de Sonaly, detenemos la conversación por unos segundos. Retorna, y nos entrega al Perú en su libro bilingüe «Fiestas. Calendario y Costumbres», publicado en mayo del 2010 como homenaje a los 10 años del programa. La querida periodista reunió lo vivido durante una década y lo transformó en una guía de fiestas y festivales, donde los personajes principales son las peruanas y peruanos que sumidos por sus costumbres renacen cuando el calendario indica el momento de festejar. Entonces no dejamos pasar la oportunidad de preguntarle cómo es el mundo de ‘Costumbres’, y, con la sencillez que la caracteriza, nos explica cómo está compuesto su equipo de producción y de qué manera trabajan al llegar a un determinado pueblo.
«El equipo está conformado por dos productores, un asistente de producción, dos camarógrafos, un asistente de cámaras, dos editores, y yo. Viajamos a dos lugares al mes, y por cada viaje son cinco días (como mínimo) en que nos internamos en un pueblo. Al principio queríamos grabar todo. No dejábamos pasar ni un segundo, pero hemos aprendido a focalizarnos. Ahora tenemos una agenda con la cual nos vinculamos con personas del lugar. Al llegar desarrollamos un crono-grama que varía dependiendo de lo que encontremos. Pero eso sí, nuestras cámaras llegan hasta donde nos permiten».
En los trece años que ‘Costumbres’ lleva difundiendo las tradiciones vivas de los pueblos, la herencia ancestral de cada pueblo se mantiene vigente a pesar de la globalización. Además de ser un espacio de resguardo de la identidad, también ha logrado rescatar ‘tradiciones perdidas’.
«Hace muchos años fuimos a la Fiesta de la Virgen de la Candelaria en Cabana Sur (Lucanas, Ayacucho). Por lo general danzan los negritos, pero justamente ese año no salieron. Igual se presentó la fiesta. Luego las personas del lugar, al ver el programa, se dieron cuenta que su fiesta estaba deslucida sin la presencia de los negritos. De ahí estas personas se animaron y nuevamente sacaron la costumbre y la recuperaron», añade.
Sin duda, la mujer ícono de la promoción turística es exigente con su trabajo y consigo misma. Quienes la vemos en cada emisión del programa, pensamos que tiene la vida perfecta por viajar, conocer, disfrutar y vivir las fiestas costumbristas, pero Tuesta Altamirano asegura que no es así. Sus ojos se humedecen y nos cuenta: «Es muy difícil cuando, por culpa del trabajo, cruzo la puerta y dejo a mis hijos. El primer día fue súper complejo. Lloré. Ya llevo tanto tiempo en esto e igual no me acostumbro, pero sí estoy pendiente de mis hijos. Siempre trato que se queden en las mejores condiciones y puedan tener todas las respuestas a lo que necesiten en esos días».
Testifica que es muy feliz a lado de su familia. Su esposo, Martín Alvarado (periodista gráfico), es con quien encontró la paz, la seguridad y el respeto. Frutos de aquel intenso e inseparable amor nacieron sus hijos: Gabriel (15 años) y Santiago (3 años). Atrapados por el relato familiar «Alvarado Tuesta», le preguntamos quién de sus hijos continuará con la ‘costumbre’. Entre movimientos de manos, ríe y nos responde –muy segura de sí misma– que será ‘Santiago’.
«El mayor está más interesado en el cine de animación. Él ya está encaminado en ese mundo, pues yatiene su esquema desarrollado. Ya sabe dónde estudiar y qué es lo que quiere lograr en la vida. En cambio Santiago, tiene un carácter diferente. Su perfil es más interesado en las personas. Las veces en que lo he llevado a los viajes y me acerco a los demás, él se queda ahí, abrazándolos, pues siento que algo anda por ahí. Y él también es de aquellos que siempre lleva la cámara fotográfica consigo, capturando momentos».
Ahora modificamos el ritmo de las preguntas al recordar que el tiempo nos acerca a la hora del bitute. Es así como la también autora del libro de poesía, «El secreto de los Sachapuyos», nos cuenta sobre ese potaje que tanto añora y le da nombre a su espacio televisivo. «Hay un plato que prepara mi Mamá. Es el plato que le da nombre al programa. Se llama ‘Costumbre’. Es un plato de Lámud (Amazonas). Está en la misma categoría de vísceras igual que el potaje ‘Tuca’ de Cañete (Lima). ‘Costumbre’ se prepara cuando matan al cerdo en casa. Este plato tiene un gran significado porque sirve como bienvenida. Es decir, cuando llegan a casa y se les invita ‘Costumbre’, no es necesario de explicar qué es lo que se festeja, pues se entiende que estamos de fiesta», añade.
Por otro lado, comentando sobre cómo es el actual trabajo que vienen desarrollando las autoridades municipales por el progreso de sus comunidades, nos declara que algunos de los burgomaestres, al ver las cámaras, han querido aprovechar el momento para salir y contar lo que hacen o quieren hacer en la zona: «En realidad nosotros ya hemos enmarcado eso: si el alcalde quiere salir, tendrá que hablar sólo de la fiesta», testifica rígidamente, y asegura que pocas de estas personas conocen el significado de trabajar por la cultura. «Hay gente que sí invierte en cosas que no son cemento y en el tipo de valores de patrimonio inmaterial. Y claro, hay gente que sólo quiere construir y visibilizar algo que más adelante va a inaugurar, para salir en la foto. Es decir, existe mucha ignorancia».
Lamentablemente, las fiestas en el Perú comienzan y terminan al igual que esta entrevista. Todo tiene su final, pero lo que continuará por muchos años más será ‘Costumbres’, conducido por nuestra amiga Sonaly Tuesta, que celebra al Perú todo el año. «No sé por cuánto tiempo, pero tampoco me veo haciendo esto toda mi vida. De hecho, debe quedar la herencia y alguien más continuará haciendo el programa. Sí, estoy cansada físicamente, pero el conectarme con las poblaciones me revitaliza. Con estar ahí presente aprendes mucho más, porque el tema es infinito y eterno. Soy feliz cada vez que regreso porque sé algo más y lo puedo compartir», expresa.
Una vez aprendida la lección: vivir y compartir Perú, nos despedimos de Sonaly con un fuerte abrazo, quien usa el pin de la negrita del arte negro cañetano y nos recuerda que la tradición seguirá contigo…
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