Tal vez porque vivimos una democracia endeble y corrupta ciertos personajes encumbrados en un poder político incipiente, pretenden imponer en la provincia de Cañete la fuerza del autoritarismo irracional para encubrir sus actos fraudulentos en confabulación con sus cercanos seguidores; incluso obstruyendo la libertad de información y de opinión sin entender que todo encausado debe demostrar su presunta inocencia cuanto antes en los fueros judiciales; pues «Todo gobierno tirano y autoritario que ha engañado a su pueblo, siempre acalló primero la prensa libre».
Es el caso que en el proceso penal contra Javier Alvarado, la audiencia tantas veces postergada estaba fijada para el día 26 de Agosto a horas 3:00 p.m. que debió realizarse en la Sala Penal Cantera; pero cuando media hora antes la periodista Maribel Porta acérrima crítica de esta causa, se desplazaba en un taxi aparecieron sigilosamente en el sector baldío salida de Nuevo Imperial veintenas de personas con actitudes violentas y al reconocerla le causaron agresiones físicas y la bajaron del vehículo despojándola de su maletín que contenía sus documentos personales y todo el material periodístico, conforme la declaración de la víctima en un informativo local. Sin embargo, la opinión pública cañetana ya deduce el por qué y de dónde proviene esta violencia a mansalva, habiendo postergado la audiencia para el 5 de Setiembre próximo.
Este lamentable hecho vandálico repentino contra la prensa ha sorprendido a la población cañetana y gran sector de la prensa honesta y con dignidad ha expresado su rechazo y solidaridad con la colega agraviada, porque es de presumir que «Un abuso hecho a uno solo, es una amenaza hecho a todos», y aquellos que viven de dádivas tienen que entender que, «Una prensa libre es vital para la democracia, pero una prensa corrupta es mortal para esa misma democracia». Además mediante estas líneas también expreso mi solidaridad y frases reconfortantes del axioma «No hay verdad sin libertad, ni libertad sin verdad» y «El verdadero periodista que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla» con el convencimiento que, «Los puestos públicos más altos son como las cimas de los peñascos, sólo pueden llegar a ellas las serpientes y las aves de rapiña»; pero Maribel siempre repetirá la célebre frase «Mis enemigos y los chantajistas podrán acusarme de todo, menos de haber ensuciado mis manos con el orín del despreciable metal mal venido»
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