Gina es muy joven. Se debate entre la vida y la muerte. Se lamenta de su vida licenciosa. Los medios de comunicación continúan ofreciendo datos alarmantes del sector salud. Algunos de ellos ya no es una novedad por la frecuencia delos hechos. Las voces del pueblo se alzan. Hay un grito al cielo ante tanto sufrimiento oculto y en los centros de tratamiento de Sida.
En nuestro país resulta realmente alarmante cómo se ha extendido el SIDA desde el primer caso reportado en mayo de 1983. En 21 años se ha llegado a más de 54.611 peruanos que han adquirido el VIH, el virus que causa ese síndrome. Conviene resaltar que esta cifra es sólo de los registrados. Además el Minsa estima que 65.000 peruanos viven hoy con este virus y son potenciales transmisores. El gran porcentaje de contagio es vía trato sexual.
Veamos más las estadísticas. De cada 4 infectados de Sida tres viven en Lima y Callao. Asimismo si nos fijamos en las otras ciudades del País, las más desarrolladas presentan mayor porcentaje de portadores del Virus. ¿Qué significa todo esto? Si tanto hablamos de desarrollo y crecimiento económico –cosa que es bueno que sea así- vamos creciendo en este tipo de enfermedades. Podríamos decir que las ciudades de más interior del país no cuentan con acceso al diagnóstico. Puede que sea así. Pero al sentido común no se explica cuando hoy más que nunca se invierte cuantías de dinero para la prevención de esta pandemia.
Es frecuente que personales del sector salud acudan a los colegios, especialmente de nivel secundaria, para informar cómo luchar contra el Sida; no será que se está diciendo: mira has con tu cuerpo y tu sexualidad lo que quieras y para evitar problemas usa los preservativos. En otras palabras todo está permitido, menos embarazarse y contagiarse de VIH. Los preservativos nunca son seguros totalmente, siempre hay el riesgo de contagiarse. Lo más preocupante es que esta lógica está llevando al aumento de casos de contagio antes que la disminución. Aquí dejo la palabra a los médicos. Ellos saben más y deben estar más atentos a las cifras.
Nos preguntamos nuevamente ¿Qué está pasando? Si el Minsa desde hace tiempo viene gastando abundante dinero en campañas de «Lucha contra el Sida». Revisemos las estadísticas que no engañan. A medida que pasa más tiempo hay más gente que adquiere el Sida. El modo de afrontar esta lucha tal como se está haciendo debe corregirse.
Los humanos necesitamos ser tratados como humanos. El varón y la mujer no es objeto de consumo y desechar; eso pasa factura. Es persona y debe ser valorada como tal. Hay que ver la sexualidad como algo tan profundo y personal del ser humano que la vive y se dona fuera de todo riesgo en una unión estable, única y además debe ser algo exclusivo de los espesos.
Todos estamos unidos en la lucha contra el Sida. Tratemos esta batalla con seriedad y visión de futuro. Se trata de brindar una buena educación sexual con una sana antropología. Esto es económico y acertado. No la reduzcamos a sólo biología y técnica. ¡No!. Miremos a la persona que es capaz de guardar lo más grande que tiene que donar a otra u otro en su adecuado contexto. Es cuestión de buena educación, libre de ideologías e intereses económicos.
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