12 julio 2010

ARRIBA EL TELON:
Escribe: Percy Castañeda Arellano

Requiscat in Pace
PEDRO VERA VILLAR…
Conocí a don Pedro Vera, un día del cual no tengo el recuerdo… No obstante eso, me lo imagino en su tico manejando con mucha prudencia y conversando sobre la vida… aquella que lo llevó a formar parte de ETTUSA y a hacerse de una oportunidad en este valle bendito llamado Cañete… esto de hoy, que escribo se lo dirijo a mi amigo «Pepe» Vera… A quien guardo especial aprecio… Le envío esta carta con motivo de la sentida desaparición de su padre…
Carta a mi amigo «Pepe»…
Amigo, imagino que en circunstancias como éstas, no es fácil enlazar palabras para tratar de justificar lo injustificable… Trataré entonces de decirte que en el epílogo de una vida digna, se denota el especial cariño que siente un hijo por su padre y que éste, difícilmente, esboza en una mano que te alcanza en un lecho de dolor… Hace 8 años, perdí a mi padre y con él, se fue parte de la existencia de mi padre… la alegría del hogar… y, se hizo cada vez más difícil, el poder articular alguna palabra que no tuviera que ver con su recuerdo… imborrable, único, especial… Traté en vano de buscar entre los designios amorosos del Todopoderoso, algo que me hiciera ver que «así es la vida»… y, entonces, solo entonces, comprendí que hay cosas que no tiene argumento… la muerte es una de ellas… Mi madre, sufrió desde entonces, y lo hace hasta ahora… Y todos los hijos con ella… Papá no solo fue el que nos guió y nos llevó de la mano por caminos recónditos en busca de la felicidad familiar… Papá, no solo fue el que me enseñó a ser digno y llevar la frente en alto y saber decirle no a la adversidad por dura que ésta fuera… Papá, fue eso y mucho más… Su talla no importó nada… Fue su temple y su fortaleza, virtudes o cualidades que impulsaron nuestros deseos de seguir adelante... Y, aún lo extraño... Y, aún lo recuerdo… Su muerte me sigue doliendo… Quién sabe, si yo no hubiese sido tan egoísta, lo hubiese cuidado mejor y él estuviese vivo…!!! Quién sabe, si yo no hubiese arrebatado mis deseos de buscar mi propia felicidad, en vez de quedarme para siempre al lado suyo y al lado de mamá, las cosas hubieren sido mejor… ¡Quién sabe!... Tal vez y éste talvés de pronto me acompañe hasta el día que parta en ese viaje inexorable que los seres humanos hacemos…Tal vez, si yo no hubiera partido aquella tarde tan lejos y hubiese preferido compartir los cuidados amorosos de mi madre y su llanto infinito por no saber qué hacer por tener a papá con vida, por ayudarlo a levantarse de su lecho de enfermo… por darle respiración boca a boca y sentir que su mano fuerte se asiese a la mía y decirme – sin decir nada- con sus ojos de viejo bueno, de anciano noble, de patriarca sin igual, de hombre fuerte… «Hijo, aquí estoy… ya no doy más».. «CUIDA A TU MADRE»… Quién sabe, papa hubiera vivido más… Ese dolor que aún llevo en alma, me la parte, cada vez que llego al cementerio de Imperial… Y, entonces, un clave como los que a él, le gustaban ubico entre las rosas que días después se marchitarán… Por eso, amigo, hoy te dirijo esta carta… Porque sé que en medio de la nostalgia y la tristeza, en medio del dolor y la angustia, Pedro Vera Villar, aún vive… y vive en tu corazón de hijo bueno… y, vive en el cariño de tu madre.. A quien conozco, respeto y aprecio… y, vive en la mente de tus hermanos y todos los que fueron sus compañeros en ETTUSA y los que desde Lima o «Roma» llegaron para hermanarse, en este momento… La vida de los hombres está signada por momentos de alegría... aquellas que llegan cuando en el hogar familiar se comparte un nacimiento feliz, o la construcción de una pieza… O, el logro del hijo, cuando alcanza un éxito… La vida de tu padre, también estuvo marcada por esas pautas… Y, de seguro, que esa alegría ha de permanecer en el recuerdo grato… en el momento justo de un cumpleaños o cuando la mascota de casa haga algún mohín… Y, es cierto, la vida es dura… pero linda… y, tiene también sus momentos buenos y los otros… Como éste, mi querido Pepe… Como este, querido amigo… La casa paterna ya no será igual… nunca más… Pero al lado tuyo, están tus hijos, tus hermanos, tus sobrinos y tu madre… y, ellos, también merecen su atención… Sobre todo, esa madre tan generosa que tienes… De seguro, que la cuidarás… De seguro que tendrá los mejores cuidados… Abrazados a la fe de un Dios que todo lo ve y todo lo puede… me inclino ante él y elevo una plegaria a la memoria de tu padre… Que bendiga a tu madre y le de fuerzas para superar este momento tan triste… ¡Ea amigo!... Con la frente en alto siempre… Firme como el roble que fue tu padre… Mis más sentidas condolencias… Requiscat in pace, PEDRO VERA VILLAR…

Y, bajamos el telón…
Cuídense que los estoy chequeando con mis lentes de contacto.

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