30 agosto 2010

EL 30 DE AGOSTO DE 1,556 SE FUNDÓ LA VILLA DE SANTA MARÍA DE CAÑETE
Escribe: Marcelino Antonio Agapito Manco (corresponsal en Mala)

FUNDACIÓN DE LA VILLA DE SANTA MARÍA
A la perdida del orden autóctono, tuvo su origen en la invasión o conquista española. Destruida la organización del Tahuantinsuyo, se impuso el pensamiento europeo, siendo Cañete escogida como centro experimental del nacimiento del poder hispano. En 1532 al llegar los españoles al Perú, trajo la avaricia por los tesoros, el invasor solicitó el oro y la plata y no escatimó esfuerzo, no le importó vidas, ni patrones de la cultura indígena que estuvieron establecidos y organizados, la cruenta marcha de su penetración, originó una terrible destrucción. Los pueblos de «Guarco», «Ru-nahuanac», «Mara», «Ocxa», Coy-llor», entre otros fueron víctimas del genocidio y etnocidio. Ciertamente los españoles tuvieron noticias específicas de Cañete, cuando la expedición encabezada por Hernando Pizarro llegó hasta Pachacamác en 1533, fue la ocasión de apurar a los súbditos con la recolección del tesoro para el rescate del Inca Atahualpa, Pizarro encontró a los curacas Lincolo de Mala y Huarralla de Guarco, quienes estaban en el templo para ofrendar plegarias y presentes a la Mama Pacha; Pizarro y Diego de Trujillo expusieron las riquezas y fertilidad de la tierra del sur.

MANCO INCA, HÉROE DE LA RESISTENCIA
Heridos en su amor propio, los indígenas reaccionan, siendo MANCO II EL MÁS NOTABLE CAUDILLO, sin embargo las guerras civiles entre los conquistadores Almagro y Pizarro (a partir de 1537) obtuvieron mayor connotación, el lugar denominado «Puente Reyes» en Mala, quedó gravado para la posteridad, como semblanza de un problema como es la ambición, las crónicas son muy sátiras sobre los resultados de esta entrevista, por ejemplo GÓMORA refiere literalmente el floreo de un soldado que dijo a Almagro: «Tiempo es el caballero, tiempo es de huir, de aquí que me crece la barriga y se me achica el vestido».
LOS PRIMEROS «SEUDO DUEÑOS»
Terminada la guerra civil Cañete o la Confederación de Guarco quedó repartido de la siguiente manera: ENCOMIENDA DE MALA, Pedro de Alconchel «El Trompeta»; la de CALANGO Y COAYLLO a cargo de Pedro Navarro; la que GUARCO en manos del conquistador Alonso Díaz, quien abandonó pronto, el VIRREY LA GASCA otorgó a Francisco de Aguirre quien falleció en 1548, sucediéndole Alonso Martín de Don Benito; LUNAHUANÁ tocó a Diego de Agüero. Con estos antecedentes entre contramarchas y luchas por el poder de los propios españoles, transcultirizando todo lo que estaba a su frente, es evidente que los conquistadores fueron los primeros premiados, pero también hubo españoles cuya corona real estaba muy lejos de brindarle el Status que codiciaban, por lo que se recurrió a la fundación de la Villa de Santa María» en 1556, convirtiéndose Cañete en una herramienta de recreación de la sociedad española.

EL MARQUÉS DE CAÑETE Y EL MANDATO REAL PARA ESTA FUNDACIÓN
Como todo relato histórico tiene un largo tránsito, en Bruselas el 10 de agosto de 1555, el emperador CARLOS V REY DE ALEMANIA y con el asentimiento de su Madre Reyna Juana, ambos «Reyes De Castilla, León, Aragón, Las Dos Sicilia, Jerusalén, Navarra, Granada Toledo, Valencia, Galicia, Cerdeña, Córcega, Murcia, Jaén, Gibraltar, Isla Canarias De Las Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Océano», ELIGIÓ Y NOMBRÓ REY DEL PERÚ A DON ANDRÉS HURTADO DE MENDOZA, MARQUÉS DE CAÑETE, considerado de «Felice Memoria». El rey otorgó al Virrey, poder para el gobierno y defensa de las provincias del Perú; de igual modo para mejorar la vida en ellas, así como gratificar a la pobladores, súbditos y vasallos que les habían venido a poblar, mediante la fundación de villas, entre ellas a la de Santa María de Cañete, esta debía de ser fundada con «horca, picota, jurisdicción civil y criminal», para ello el virrey confió el encargo al CAPITÁN, JERÓNIMO DE ZURBANO, quien hizo el trazo para poblar las Villa, éste obtuvo el poder virreinal el 20 de agosto de 1,556 para la realización del objetivo, tuvo que tener en cuenta «dependencias, anexidades y conexidades» Jerónimo de Zurbano platicó y discutió la conformidad de pareceres con el Reverendo Juan de Aguilera, Comisario General de la Orden de San Francisco, Diego Díaz, Juan Martínez Tinoco, Martin López Salguero y el Escribano, que estuvieron presentes en el reconocimiento del lugar apropiado, optaron y acordaron que el pueblo o Villa de Santa María se fundase en el lugar denominado «COALDAS» que se encuentra: «en la costa de la mar en dicho valle en el camino real que viene de la ciudad de los reyes y a media legua del PUERTO DE FORTALEZA» por ser sitio al parecer sano y airoso, llano y que contiene en si las calidades que se requieren para vivir, mediante Dios Nuestro Señor, vaya siempre en aumento la población que en el se hiciere».

LA VILLA DE SANTA MARÍA, REPLICA DE LA CIUDAD DE LIMA
Obviamente el trazo de la villa debiera ser una replica de la ciudad de Lima en miniatura, cuya plaza señalaría cuatro solares para que se haga la iglesia y el cementerio y una huerta para el cura que allí residiere, de manera que no quede ningún solar pegado al templo, también deberían construir dos solares más para la casa del cabildo y cárcel pública pero que «esté lejos de la iglesia», además para el comercio se señalarían dos solares, lo cual indica que estaría algo apartado de la iglesia mayor, éste estaría dedicado a la preparación y la mediación de los sacerdotes; contiguo se señalarían otros dos solares con la finalidad de construir un hospital de españoles y naturales, en cuanto a los vecinos se le adjudicó los solares de ciento cincuenta de largo y trescientos pies en cuadro; las calles se trazarían derechas y de ancho para que puedan ir dos carretas sin que la una tenga que detenerse para ver pasar la otra o chocarse entre sí, éstas y otras características dieron nacimiento de la bella villa.

EL DÍA SEÑALADO FUE EL 30 DE AGOSTO
El 30 de agosto de 1,556, se inició la FUNDACIÓN DE LA VILLA en: «NOMBRE DE DIOS Y SU BENDITA MADRE, ASÍ COMO EN NOMBRE DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD, PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO, TRES PERSONAS DISTINTAS Y EN UN SOLO DIOS VERDADERO, SIN EL CUAL, QUE ES PRINCIPIO Y CREADOR DE TODAS LAS COSAS».
Siendo el Guarco pueblo de indios, se principió con la edificación de la iglesia, el pueblo llevó el nombre de «SANTA MARÍA DE CAÑETE» cuya advocación fue su «NATIVIDAD» que cae a ocho días del mes de setiembre, Zurbano, en nombre del Rey Carlos V y del Virrey Andrés Hurtado de Mendoza, después de señalar la Plaza hizo el edificio de la iglesia tomando en sus manos y besando una cruz, la cual puso e hincó en medio de la iglesia, puso la primera piedra y los primeros maderos de ella en señal de posesión que su majestad tiene tomada en estos reinos, así de mar, como la tierra descubierta y por descubrir «Hecho el ceremonial de la fundación, empezando por el trazo del templo, el Reverendo Padre Fray Juan de Aguilera que se hallaba presente se vistió para bendecir la iglesia y la bendigo e hizo las ceremonias episcopales necesarios y acostumbrados para tales actos por virtud y en nombre del Papa León X, hizo Misa en medio de la Iglesia. Estuvieron en esta ceremonia Alonso Beltrán, Juan Flandes, Pedro Coces, el escribano Alonso de Uceda, Juan de Aguilera, Jerónimo de Zurbano, Andrés Quinoces (Quiñones), Juan de Vargas, Luis Pérez y Diego de Massa (Meza). Cabe anotar que Zurbano llevó a éste valle 25 vecinos españoles por mandato real, los cuales debían ser asistidos con solares, chacras, semillas, capital y bueyes, así como ciertas concesiones como el de no cobrarles en un principio, los tributos reales, los vecinos eran casados responsables de acentuar la población y el dominio, así transcurre parte de la historia de la Villa de «Santa María» de Cañete, que éste 30 de agosto expresa la solemnidad histórica, con la diferencia que hoy nuestras tierras han vuelto a sus verdaderos dueños como hace 500 años. Filosofando, no celebramos la esclavitud del yugo español, sino el recuerdo de un momento histórico de defensa de estas tierras por los indígenas, un día como hoy empezaba formalmente el cruel sufrimiento de 288 años de esclavitud, porque nuestros antepasados cañetanos pagaron éste alto precio de vivir sin las libertades elementales, al que hoy llamamos «DERECHOS FUNDAMENTALES», estoy seguro que la historia no volverá a repetirse.

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