Al sonar de las doce campanadas que daban cuenta de la llegada de la Nochebuena, miles de cañetanos así como millones de peruanos en nuestro país, celebraron con abrazos y buenos deseos la fiesta con la que el mundo recuerda la llegada del hijo de Dios, Jesús de Nazareth.
Luces multicolores en el cielo, copas de champán en alto y sentimientos de amor y unión marcaron las 00.00 horas de hoy en los hogares del Perú, el inicio de la Navidad, la celebración religiosa más importante de la historia.
Miles de hogares se unieron en oraciones para rendir tributo al Hijo de Dios y renovar su fe y sus sentimientos de amor, mientras las calles de la ciudad lucen vacías pues la mayoría se recogió en sus casas para vivir la fiesta religiosa en compañía de sus seres queridos.
Al menos por unas horas, los resentimientos, los rencores y los problemas quedaron atrás para dar paso a la algarabía que significa la llegada de Jesucristo a la Tierra, traducida en amor, perdón y generosidad.
Así, poniendo al Niños Jesús en el pesebre, comiendo el tradicional pavo, o tal vez otro humilde plato que pudieron cubrir los bolsillos menos favorecidos, bebiendo chocolate y abriendo regalos, si esta vez hubo algo de dinero para comprarlos, los peruanos festejaron una Navidad más, quizás con la promesa de ser mejores seres humanos en el nuevo año que se avecina.
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