23 julio 2018

PROHIBIDO... PROHIBIR... Escribe: Martín Rojas Galo



RÉCORD NEGRO PARA CAÑETE
Por sexta vez, desde su creación, durante el gobierno de Ollanta Humala Tasso, el programa de desayunos escolares para los colegios nacionales,  QALI WAR-MA, que irónicamente significa  «niño  vigoroso», se ha convertido, una vez más, en el verdugo de las familias Peruanas y en este caso de las Cañetanas.
Ya, el 16 de noviembre de 2013, en pleno gobierno de Humala,  este programa, uno de los favoritos del inepto  presidente,  intoxicó y asesinó a una menor de cinco años de edad, en Tarapoto. Nadie resultó detenido o ajusticiado por esta primera desgracia.
El gobierno de Humala camufló esta primera tragedia, con poses de justiciero, totalmente falseadas, para salvar la continuidad de este programa, el cual debió de ser desactivado de inmediato pero, desafiando toda lógica,  continuó contra viento y marea.
16 meses después, el 21 de marzo de 2014, le tocó el turno a Cañete, si, este mismo programa, se encargó de enviar al hospital, en calidad de intoxicados, a 50 escolares de diversos planteles, perteneciente a 5 anexos del Distrito de Pacarán. El programa igual fue mantenido en vigencia por el gobierno de Ollanta Humala.
En octubre del mismo 2014, en Lambayeque, 170 alumnos y alumnas, resultaron intoxicados por productos de QALI WARMA.  El programa siguió.
Un año más tarde, en octubre de 2015, se repitió el caso, esta vez en Juliaca, intoxicándose 26 niños y niñas, tras la ingesta de productos de QALI WARMA. Hasta la fecha no hay responsables de este hecho. 
Luego le tocó el turno a Ancash, este mismo programa, el 23 de agosto de 2016, ya durante el gobierno de KUCZYNSKI - VIZCARRA, envenenó a 67 estudiantes. El entonces nuevo gobierno, asumió la indolente posición, de, que al ser nuevos en el cargo, estaban  exentos de toda responsabilidad y culpa y que esto, claro, no se repetiría.
23 meses después, el martes 17 de julio de 2018, la tragedia de QALI WARMA,  esta vez a una escala insospechada, volvió a presentarse en el País y le tocó, por segunda vez, a Cañete, soportar la desidia, la indolencia, la ignorancia y la desfachatez de un gobierno central, para quien la salud de los alumnos de colegios nacionales, es preocupación de último nivel. Cañete sufrió la intoxicación de 620 alumnos y alumnas, imponiendo el negro récord de envenenamiento masivo en el Perú y tal vez en el mundo.
Luego de haber implantado esta desgraciada marca, lo que además, dejó al descubierto, las falencias de esta Provincia para la absorción de tragedias masivas, volvió a ocurrir lo de siempre.
La ministra de desarrollo e inclusión social, Liliana La Rosa, quien demostró tener una cara de palo envidiable, llegó enseguida a Cañete, para cubrir las espaldas de su jefe Martín Vizcarra y de ella misma, lo primero que dijo, al preguntarsele por las responsabilidades del gobierno en este vergonzoso caso, fue que, «tiene tres meses en el cargo y no es responsable de nada», tanta cara dura, realmente conmociona y claro, ni hablar de un mea culpa y una necesaria, por un tema de ética, renuncia inmediata al cargo que tan mal desempeñó.
La funcionaria de Vizcarra, se aferra a que, todas las compras de estos productos, fueron realizadas en año pasado, durante el mes de Diciembre, y como ella no estaba, nada le pueden reclamar y de paso, tampoco a Vizcarra, parecieran olvidar estas personas, que, cuando se asume un cargo público o privado, especialmente uno de tanta importancia, se tienen que asumir pasivos y activos. Tres meses en el cargo, eran tiempo más que suficiente para  RE-VISAR, lo que se está recibiendo.
La ministra cara de palo, dijo que ahora si iba a chequear, o sea que antes nunca lo hizo, todo el programa QALI WARMA, y que, añadió novelescamente «no le temblará la mano para sancionar a los responsables»,  o sea, de parte del gobierno de Martín Vizcarra, aquí no ha pasado nada.
Este horrendo caso nos lleva a pensar, que, es increíble, que esta Provincia Cañetana, haya sido capaz de colocar a dos congresistas : Percy Alcala y Lizbeth Robles, ambos Keikistas, quienes, precisamente, una de sus funciones principales, es la de fiscalizar todos los movimientos del gobierno central que tengan que ver con la población, si QW, venía mal hace años, porque no formaron una comisión para revisar este programa. 
Lo que ha pasado en Cañete, no solo involucra al propio gobierno central, sino, muy especialmente, a todo este degenerado congreso de la República, que no cumple su rol fiscalizador y vive preocupado solo de su rol partidario.
Ya vuelvo

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