PRESENCIA NEGRA EN LA HISTORIA DE CAÑETE...
Escribe: María Elena D´León (*)
"Cuna de gente morena, alegre y zalamera que logra sobrevivir sólo por llevar el ritmo y salero en la sangre».
Así es la gente morena de Cañete: cultor y difusor del afro - peruano y con justicia denominada la "Cuna y Capital del Arte Negro Nacional" por su aporte constante a la cultura y educación. Una etnia que a través del tiempo supo mantener intacta su más rico acervo cultural, pese a la discriminación racial que sufrió en la época de la colonia.
La tradición nace con la creación de la "Villa de Santa María de Cañete" en el año 1,556 con la llegada de la gente negra procedente de las costas de Guinea, El Congo, Angola y de otras tribus del continente africano.
Cañete fue el centro de concentración de esclavos de las haciendas de la otrora "El Dulce", "Viña de Casa Blanca", "El Calero" y otros que aún persisten en el tiempo.
La gente de color se congregaba en los galpones que era el mejor lugar para invocar a sus dioses derrochando su alegría y olvidándose -aunque sea un instante- sus penas y frustraciones por su condición de ser esclavos.
En forma lenta y segura se fue formando una cultura nueva entre palitroques y quijadas de burro. Entre voces a manera de lamento, ira y tristeza; un estilo de mezcla de sollozos y risas que se prolongó en forma oculta de Ica, Lambayeque y Lima.
Un mosaico de costumbres entre la religión, lamento y diversión que en la época Republicana afianzó su arte y se consolidó en forma secreta, "subterránea", constituyéndose en una idiosincrasia del nuevo pensar de la cultura negra en el mundo occidental.
Es así como en nuestra provincia se perenniza en la popularidad. Además de la difusión de la cultura y el Arte Negro, lo convierte en cuna de esta vigorosa raza que forma parte de nuestra identidad.
*Centro de Estudios e Información "Guarco"
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