24 octubre 2007

PUNTO DE VISTA
¿Importancia de la Formación Moral...?
Escribe: Ing. Armando Samaniego Orellana

Nuestro país requiere de la formación moral de los ciudadanos. Tenemos que educar el respeto al Estado de Derecho y las normas legales. Hoy en día vivimos antivalores que nos han impuesto en la sociedad "el cáncer de la corrupción y el afán desmedido de poder", donde no importan los medios para lograr algo, sino solo los fines; solo queremos obtener nuestro objetivo a costo de lo que sea. Y nos colocamos una máscara mientras tanto.
Parece una tarea titánica vivir valores como la honestidad, la decencia, la verdad, ya que hemos tenido presidentes que mienten al negar tener una hija, que huyen de la justicia, falsifican su nacionalidad y vemos todos los días malos ejemplos de quienes deberían de ser nuestros paradigmas y guías morales, es decir nuestras autoridades que representan los intereses del pueblo y en quienes confiamos nuestro porvenir.
La educación tiene que empezar por la conducta ejemplar de nuestras autoridades. No se educa moralmente por decreto. La escuela no puede luchar contra el "Océano de corrupción" en el que se encuentra inmersa; la formación moral depende, en gran medida, de la encarnación visible de modelos que motivan el actuar.
Preguntaba a un comerciante de fruta ¿por que mientes con el peso? (al evidenciarlo), la respuesta rápida y sin remordimiento pero si hasta los presidente mienten y roban ¿Por qué yo no? Nuestra vida cotidiana que marcha a una velocidad tal que supera los 180Km/h se ha sumergido en un nuevo estilo de vida donde predomina el relativismo, en el que solo cuenta el aprobar y en la que no se viven las virtudes cívicas, tampoco ayuda a convencer a los peruanos de que siempre debemos preferir la honestidad, por que creo que junto a la ausencia de valores también se han perdido los conceptos. Solo las personas son moralmente buenas o malas, porque solo ellas son responsables de su vida y de su mundo. Y en este sentido somos responsables de la educación de las nuevas generaciones. Y está, también claro, que la educación es un proceso de aprendizaje y no un artículo de consumo de toma y traga. Ni la fruta que cae por su propio peso cuando llega la madurez. No obstante, no todos somos igualmente responsables, quiero decir en el mismo grado. Y así, me parece que son más responsables los sacerdotes que los banqueros. Los padres bastante más que los maestros. Los gobernantes más de lo que se piensan y menos de lo que pensamos. Y los alumnos quizás lo sean tanto o más que los padres, los maestros, los gobernantes, los banqueros y los comerciantes. Hablo de los jóvenes a quienes se les da y ellos se toman tantas libertades: los que quieren y pueden ser libres, han de querer y poder ser responsables de su vida y de su mundo, que es también el nuestro, y no solo suyo. Responsables de su educación son quienes los tratan como niños y quienes se comportan como libertinos. Los que evitan el sacrificio, el esfuerzo y los inducen al consumismo y quienes dan a sus hijos todo lo que les piden. RESPONSABLES son los que presentan como héroes de la juventud a los que ganan en cualquier competición, y los que atropellan a los demás porque quieren ganar en lo que sea. En la sociedad del consumo indiscriminado se discrimina a los perdedores en esa competición, por que predomina la "CULTURA DEL ÉXITO" y no la "CULTURA DE VIDA". Y en ese clima "se aprecia más lo que se tiene que lo que se es", la educación menos que la enseñanza, el conocimiento menos que el título, el trabajo menos que el puesto de trabajo, y ¿qué vale un puesto de trabajo sin los fines de semana?. No todos los jóvenes están desorientados por ventura. Ni todos los banqueros, por supuesto, piensan solo en el dinero. El hombre plenamente desarrollado no necesita recibir las normas de fuera sino que es capaz de dárselas a sí mismo, de interiorizarlas, pero en el seno de la familia. Evidentemente, esto no es algo que se logre de la noche a la mañana, sino que, se podría decir que es tarea para toda una vida... Pero debemos saber que hubo y hay personas-políticos ejemplares que trascendieron a nuestra historia y marcaron el compás de la evolución humana. Y solo conociéndolos, entenderemos el real valor de sus ideas y acciones, y su visión sobre el país que queremos y el futuro que anhelamos.

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