"Coco" Ruíz... Presente...
A PROPOSITO DEL DIA DEL ODONTOLOGO PERUANO...
Escribe: Dr. Antonio Ruíz Tovar
Wisconsin USA.- Acabo de llegar de Janesville. El reloj marca la 1.15 p.m en nuestro horario, con una hora de retraso, por el invierno.
Acudí a uno de los consultorios del grupo dental Haye, en cumplimiento de un trabajo dental.
Me acordé que hoy es el DIA DEL ODONTOLOGO en Perú y aún con los efectos de la anestesia que se va desvaneciendo, cogí la computadora y me dije:
DEBO SALUDAR A LOS ODONTOLOGOS DE MI PUEBLO…
Quiero permitirme enviar un respetuoso saludo a los profesionales que en Cañete - Perú, tienen el hermoso legado de la ciencia y el arte de fomentar, mantener y restablecer la salud bucal.
He tomado esta decisión, porque me siento hermanados con ustedes, dado que mi entrañable y recordado Walter, tuvo el honor de ser, en vida, vuestro colega, como lo son también, varios sobrinos.
Cómo no hacerlo, si han sido tan generosos con él, ESTANDO EN VIDA, Y EN SU RECUERDO.
Para mí, y la familia Ruiz Tovar, como para la familia que Walter sembró en el amado Cañete, la familia RUIZ MEZA, al lado de su queridísima "Pelusa", constituye un imperativo moral de reconocimiento eterno.
Y sobre todo, cuando veo que USTEDES, una pléyade de profesionales, silenciosamente vienen aportando a la comunidad lo mejor de su ciencia, experiencia y amor social a favor de los más necesitados, con sendos programas y atenciones de profilaxia e información de salud bucal.
A diferencia de otras organizaciones, que se mueven por intereses politiqueros, economicistas, los odontólogos vienen sembrando, cosechando e irradiando un aporte, propio de un círculo formado por humanos que entienden que se deben a la comunidad; y, en ese accionar cumplen el cometido, el imperativo de cuidar a sus integrantes, con elevado sentido ético y fina deontología.
Coco Ruiz, como cariñosamente le decíamos siempre mostró ese deseo de ver a una comunidad sana bucalmente hablando, "eso, garantiza la salud integral" decía.
Ese mi hermano…
En este hermoso día, les refiero la enorme alegría que sintió cuando toda la familia lo apoyó para que viaje a Miami a un congreso internacional de odontólogos hispanos. Esto fue al poco tiempo de graduarse. El evento se realizó en un lujoso hotel de South Beach, en el Fontainebleau, de la 4441 de la Collins Ave. De Miami Beach.
"Me acordé de ti, y te compré este "bluyin" (blue jean) y esta camisa. Barato, me dijo cuando regresó... Ese regalo me duró muchos años.
Ahora, para la primavera y verano, suelo comprarme vestimenta semejante a la que me obsequió mi hermano, en recuerdo de tan especial gesto.
Me contó cosas del evento y lo maravilloso del hotel y la enorme famosa playa del atlántico y "muchas cosas más". En algún momento de la conversación, yo supe decirle: "Algún día yo conoceré ese hotel" y el me contestó "YO SE QUE SI".
Pasaron los años y en 1995 en el mes de Agosto, tuve la suerte de pasar una noche en ese afamado hotel, gracias a entrañables amigos peruanos Manuel y su esposa Magda RUIZ. Ellos nos dieron la gran invitación a toda la familia, cuando los Ruiz Gárate vivíamos en el Condado de Miami Dade al sur de Florida, a pocos minutos de esa playa y de la otra no menos hermosa y famosa Miami Beach. Hoy ese mismo hotel, aun cuando conserva el mismo nombre, fue reconstruido a raíz del huracán Andrews de 1992 adoptando el actual nombre Fontainebleau Milton Hotel.
Cuando retorné a Perú, le conté lo del hotel, y para ver si decía la verdad me lo hizo describir. Muchas cosas habían cambiado, pero allí seguía el teatro interior Tropigala. "Qué bueno es Dios con nosotros; pobres, pero nos hace vivir como ricos, gracias a los amigos que hemos cultivado", comentó y me abrazó fuertemente.
Hay muchas otras ocurrencias en donde estamos los dos, pero no es la ocasión para distraerlos con anécdotas de corte familiar. Walter Ruiz y yo nos quisimos mucho, y cada día que pasa lo quiero más.
Bien:
Quien les escribe, y mi familia, esperamos que se logren vuestros sanos y altruistas propósitos, y que el Altísimo premie a cada uno de ustedes con Sanidad, y prosperidad en todo sentido en el orden personal, profesional social y familiar
Como ente lumbrera ojalá alcancen el ideal de hacer que un día los cañetanos acudan a su tiempo a los consultorios para que con las atenciones que reciban sepulten los miedos, las timideces; y con amor propio y con autoestima fortalecidas, demuestren que cuidaron sus dientes, y por ende su salud integral.
Bendiciones para ustedes
Wisconsin USA.
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