03 septiembre 2008

LA VENTANA INDISCRETA Y ORLANDO QUISPE...
De Invasores A Inversionistas...
Por: Silvia Cuevas

Entre los kilómetros 150 y 165 de la Panamericana Sur se encuentran ubicadas las pampas de Concón Topará. Hace diez años estas tierras, que forman un total de 24 mil hectáreas y que pertenecen al ministerio de Agricultura, fueron invadidas. Así se creó el Frente de Defensa de Pampas Concón Topará. Sin embargo, los dirigentes de esta asociación han dejado atrás sus ideas paternalistas y, hoy, le piden al Estado la oportunidad para convertirse en empresarios. 
“Mi sueño es transformar esta tierra en zona productiva. Queremos ser empresarios”, afirma José Alberto Sánchez, dirigente del Frente de Defensa de pampas Concón Topará. 
Las pampas de Concón Topará son terrenos eriazos. A lo largo de estas pampas existen actualmente cinco centros pobladores, siendo el más antiguo Nuevo Cañete. 
Los centros poblados se ubican muy próximos a la carretera. En estos lugares, a simple vista parece abundar únicamente la pobreza. Pero de cerca las cosas son diferentes. En el Trébol del Pacífico, por ejemplo, se está gestando un proyecto de desarrollo urbano con visión de futuro. Además existe un proyecto de irrigación con aguas subterráneas, que se espera funcione antes de diciembre. 
El gran problema de la zona es el agua. Por ello, para resolverlo piensan utilizar las aguas subterráneas del río Cañete ponerlas a la cima del cerro y luego distribuirlas por gravedad. 
José Palacios es el ingeniero que ha elaborado el estudio técnico de irrigación del proyecto agroindustrial. Para demostrar su proyecto de irrigación, los pobladores han tenido que demostrar que estas pampas son óptimas para la agricultura. Por eso crearon una parcela demostrativa. En aquel terreno, han florecido cerca de dos mil olivos que producen dos toneladas de aceitunas por cosecha. También ha germinado la alfalfa, el limón, el durazno y la granada. 
Los dirigentes buscan transformar las pampas de Concón Topará en una empresa agroindustrial de etanol y biodiesel. “8600 familias se beneficiarían con este proyecto. Somos peruanos tenemos derecho a la posibilidad de desarrollarnos”, dicen Orlando Quispe. 
Los dirigentes son conscientes de que las tierras no les pertenecen y saben que son del ministerio de Agricultura. Por eso quieren proponerle al Estado que se las venda. “No le pedimos al Estado, al gobierno regional, un sol, esto es a costo propio. Es más nosotros vamos a pagar por el costo de la tierra”, señala Orlando quispe. 
Ellos aseguran que han logrado entusiasmar a inversionistas ingleses y rusos para que financien su proyecto. 
Desde el 2007, los dirigentes han enviado su propuesta al ministerio de Agricultura, al despacho presidencial, al Gobierno Regional de Lima y a ProInversión, pero aseguran que las piedras en el camino las pone la burocracia estatal. 
Lo cierto es que los dirigentes no son los únicos interesados en las pampas de Concón Topará, el Instituto Nacional de Desarrollo (Inade) tiene pensado desarrollar ahí un proyecto de irrigación similar al que proponen los dirigentes. Además, el Ministerio de Agricultura cedió estas tierras a ProInversión hace varios años y según esta entidad se han presentado dos proyectos más en la zona. 
Los dirigentes con eso han dejado atrás las ideas paternalistas que hasta hace poco ellos mismos pregonaban. Este cambio de mentalidad es alentador, el Estado no debería desaprovechar a los pobladores y dirigentes de Concón Topará en creer que la inversión privada es posible para todos.

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