ROMA DE MORADO... UN ENCUENTRO EN EL CORAZON DE LA IGLESIA....
Por.. Arnaldo Alvarado - Desde Roma
Un distintivo especifico del Perú entre las tantas riquezas, es la religiosidad popular y la sencillez de su gente. Si en Lima y otras ciudades del Perú el mes de octubre se revisten de color morado resaltando la oración, la penitencia y la caridad –la cuaresma peruana lo ha llamado Juan Pablo II-, ¿no faltaría hacerlo donde hay mas de un peruano?. Si de un bien se trata ¿porqué tendrían que reprimirlos o como peor aun reducirlo a la sacristía?. No, la fe mueve montañas y es un don de Dios para el hombre. Efectivamente, así ocurrió en Roma hace unas horas, como se hace desde muchos años.
Todo inició con una generosa lluvia, a primeras horas de la mañana. Los devotos del Señor de los Milagros no podían ser menoscabados en ese amor grande a su Señor. Todos se dirigían a la Iglesia del Trastevere (Roma), donde tendría lugar el inicio de la procesión.
Después de varias horas de recorrido por las calles de Roma la imagen y sus devotos coparon casi toda la parte central de la plaza de san Pedro.
SALUDO PAPAL A LA HERMANDAD DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS DE ROMA
Todos estábamos a una, como es la fe, esperando la salida del Papa para el rezo del ángelus. Que gran sorpresa! cuando después del ángelus el Papa saludo a los miembros de la Hermandad del Señor de los Milagros de Roma.
La santa Misa inicio a las trece horas, presidida por el Obispo auxiliar de Roma y ocho sacerdotes entre ellos peruanos y misioneros que habían trabajado en el Perú. La basílica de San Pedro estaba abarrotada de peruanos y no peruanos. El color morado y cinturón blanco del hábito embellecían más todavía la Basílica. Fue emocionante el recogimiento y la ferviente plegaria de los fieles.
Terminada la Santa Misa, se inicio el retorno de la imagen. Creo que algo semejante ayuda a mantener la identidad y enfervece la fe. Así ocurrió al paso de la procesión. En aquellos rostros se percibía alegría, emoción, gozo, de tal modo que aquellos turistas fríos, se preguntaban que suponía todo aquello, la explicación lo hacia la imagen misma y el clima de fe del momento.
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