14 mayo 2010

CAÑETE DESPIERTA QUE YA AMANECIÓ...
Escribe: Marcelino Antonio Agapito Manco (corresponsal en Mala)

Es increible como pocos hombres venidos de España puedan haber dominado a un gran imperio (Inca); ellos al llegar y conquistar, aprovecharon la desorientación de los indígenas para imponer su presencia militar e implantar con premura formas de organización económica, como los «repartos de indios o encomiendas».
La población indígena se encontró adscrita a grandes jurisdicciones, unas quinientas en total en todo el país, dirigidas desde la ciudad por un «enco-mendero» y gobernadas efectivamente por los mayordamos y aparceros que vivian entre los indios.
Sin embargo este proyecto español conllevó a una rebelión especialmente la de Manco Inca (1536-1537) que se atrincheró en el peligroso foco alternativo de Vilcabamba, hubo mediadores como Paullo Inca que plantearon una forma de asociación nueva entre la elite incaica y los conquistadopres y llegaron a reclamar encomiendas, sustentando su pedido en la posición y prreminencia que tenian en medio de los restos todavía humeantes del Tahuantisuyo. Otro tanto sucedió con los curacas, que también debieron optar entre la lucha o la alianza.
Según la «tesis homicídica» proponía que la población indígena disminuyó drasticamente debido a los maltratos que los españoles propinaban a los indios. Se arguia en primer lugar motivos militares: matanzas sistemáticas, luchas desiguales en batallas, acciones punitivas, utilización de contingentes de indios como carne de cañon, secuestros y esclavización, robo de aliementos y abusos sexuales, abusiva explotación de los indios mediante las mitas, servicios personales y toda una larga serie de trabajos forzosos en favor de los españoles, cuando el hombre andino empieza a sentirse solo (huaccha, comedor de papas) es decir pobre, abandonado a su suerte, empezó la muerte súbita de una gran cultura.

¿EN QUE HA CAMBIADO EL ANTIGUO «REINO DE LOS MANCOS», HOY LLAMADO CAÑETE? ...
La Pacarina de los Mancos (lugar de origen), según Frederick Ándre Engel, se sitúan en la Quebrada de Quiqche, Chilca, a 3650 m.s.n.m; a fines del primer milenio descienden de las cuevas de Quiqche y Tres Ventanas, más tarde ya en su desarrollo acogieron a la etnia Mara, de origen quechua de las cuevas de Marastoco, de la provincia de Paruro, departamento del Cuzco; ese valle de nombre Pacari-tampu, muy relacionado con la leyenda de los cuatro hermanos Ayar. La ciudad de Lima fue fundada sobre el antiguo centro administrativo colonial de los caciques Taulichusco y Tauri-chumbi. Don Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete (1556-1560) fue el tercer virrey del Perú; en pasado 456 años y nos preguntamos porque nos falta identidad cultural, o se siente un enorme vacío y polarización entre los pueblos de los 16 distritos de la provincia de Cañete, la historia de los colonizadores y esclavos, hacendados y yanaconas de ayer, se aparecen a los de hoy, obviamente con una lavada de cara o cambio de rostro y nombre para darle el matiz de la época, los colonizadores de ayer ahora se llaman empresarios (visiten Asia y obtendrán respuesta) antiguamente cuando se fundaba una ciudad, a los hacendados les repartían las tierras aledañas para diferentes usos: las áreas comunales servían de ejido y dehesa, los montes lo utilizaban como matadero, pastizales y lugar de acopio de la leña, la tierra de los indios - inicialmente respetadas - pasaban a las reducciones y los baldíos (posteriormente se convertirían en chácaras), diferenciados en peonías y caballerías; en Lima, en su primer gobierno edil, el Dr. Luis Castañeda Lossio, dio muestra de respeto a su ciudad retirando la efigie de Francisco Pizarro de la plaza de armas; sim embargo en Cañete «escasean los valientes»; por ejemplo es repugnante ver a un distrito como Imperial (antiguamente Huancarca o Huancamarca) demostrando falta de autoestima e identidad como pueblo, el apellido Ramos está por todos lados, hemos sido capaz de rendirles homenaje con nombre propio del usurpador, a su calle principal y estadio incluido, si resucitara Chuquimanco (según las tradiciones hijo de Apo Manco, primer rey con residencia en la acrópolis de Ungará) con su «Gran Lanza» nos mataría a todos por cobardes y traicioneros, no basta poner una efigie a su entrada, hay que cambiar con valentía el nombre de sus calles, sugiero la de Mama Huayta o Mama Flor sucesora del reino Manco, gran luchadora igual que su padre, heroica curaca del valle; en San Vicente revisen los nombres y encontraran la de dictadores que traicionaron al Perú, o la de cañetanos que no hicieron absolutamente nada por el desarrollo histórico de la capital de la provincia y cuyo mérito solo fue el ser familiar o amigo de algún alcalde, lo que es peor, sus verdaderos hijos ilustres están totalmente olvidados, quiero reconocer como excepción a la regla, la actuación del alcalde del distrito de San Antonio, Esteban Jesús Agapito Ramos y su cuerpo de regidores, a quienes presenté y fundamenté historicamente (año 2008) el porqué debería de cambiar el nombre de su calle principal, solicitud que tuvo eco y lo engrandece a cada uno de ellos - esta lucha se inició en el año 2002 - importante es saber, a la luz de los documentos, que el hacendado Pablo Nosiglia Roy, traidor de éste distrito, nunca hizo absolutamente nada para su creación, siendo diputado por Cañete, al contrario favoreció a otro hacendado José de Asin para anexarlo al distrito de Mala y encarpetó los documentos en el congreso de la república, siendo el que lo recriminó y tomó la batuta el correcto diputado por San Martín Vicente Noriega del Aguila, e incluso para la instalación obligó implícitamente que su nombre vaya en la calle principal y así fue el 17 de febrero de 1923 se instaló en San Antonio y el 18 en Santa Cruz de Flores, en éste último también la calle principal lleva su nombre (ambos distritos fueron creados el 27 de diciembre de 1922 por Ley No 4611). Tuvieron que pasar 85 años para reivindicar al verdadero gestor de la «Independencia de San Antonio» Don Pedro Advíncula Quispe Chumpitaz (primer alcalde). El distrito de Mala, hace 30 años quedó aislado, al construirse la carretera panamericana sur, convirtiendose debido al cambio urbano y demografico en la nueva avenida principal hasta hoy no tiene nombre propio, hace varios años hubo una iniciativa del clero local para poner el nombre de «San José Escribá de Balaguer», el mismo que no tuvo eco por diferente razones, ello nos demuestra que muy poco nos ha interesado reconocer los hechos y personajes trascendentes de nuestra historia, siempre nos andamos quejando que nos falta identidad, lo cierto es que poco o nada hacemos por cambiar ese rumbo, ruego con generosidad que al estar «ad portas» de una nueva elección edilicia, los partidos politicos y movimientos regionales lleven en sus listas a verdaderos hombres que amen y se identifiquen con la cultura, no olvidemos amigos (as) electores que tenemos en nuestras manos una gran oportunidad de cambiar el destino de nuestra provincia, elijan bien, para rescatar del olvido y valorar nuestras riquezas que hoy yacen abandonadas, y lo que es peor con una actitud depredadora y entreguista de traficantes de tierras y testaferros, que cuentan con la participación o silencio cómplice de las propias autoridades a quienes de buena fe lo eligimos, y que atentan contra nuestro acervo cultural; algo más sólo hemos mencionados algunos distritos, estoy seguro que esta experiencia se repite a nivel nacional, sueño que algún día al cerrar mis ojos esto haya cambiado.

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