14 enero 2013

¿QUÉ ES SER AFROPERUANO EN CAÑETE?

REALIDAD DEL LEGADO CULTURAL NEGROIDE EN EL VALLE DE LOS HUARCOS
ESCRIBE: LUIS ROBERTO PÉREZ MANRIQUE
Estudiante de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional «San Luis Gonzaga» de Ica

Se dice que Perú no tiene una Identidad única ¿Y eso es verdad?, pues es cierto, ya que en la actualidad no existe un solo legado, históricamente se puede destacar, de entre otras, tres las raíces principales que han fomentado a moldear y formar nuestra Identidad: la raíz indígena, hispana y afroperuana; estas conforman esencialmente aquel esqueleto donde la cultura y sociedad, son las dos caras de una misma moneda y la civilización es producto de estas, por definición sociológica. A través de la realidad socio-cultural reconocemos que nuestro edén llamado Perú, es un país de todas las sangres, un país donde la pluriculturidad de su gente ha dado como resultado la Identidad Nacional.
La Real Academia de la Lengua Española refiere a ‘Legado Cultural’ a aquella introducción de todos los conocimientos que se transmiten de generación en generación. «(…) Un legado cultural es una herencia que se transmite a través del tiempo (…)». Todo ser social, por ende, aprende y comparte cultura por naturaleza y se desarrolla dentro de un sistema socio-cultural; Todo lo adquirido y/o aprendido es difundido en un mismo ambiente, al paso del tiempo se transmiten valores, tradiciones y costumbres de la vieja cultura hacia una nueva generación con una mayor capacidad de modos de vivir y relacionarse. Pero ¿Un legado cultural emblema de un pueblo, puede llegar a exterminarse? ¿Qué sucede cuando una cultura se encuentra con otra cultura? ¿El modo de relacionarse será fácil? ¿O existirá algún choque cultural de pueblos?
El Polaco Periodista y Escritor Ryszard Kapuscinski menciona que desde siempre, ‘el encuentro con el Otro’ ha sido una experiencia universal y fundamental para nuestra especie. Según manifiesta en tiempos remotos cuando pobladores de una pequeña tribu -pensantes y convencidos que eran los únicos habitantes-, en el camino de la búsqueda de alimentos se llegaban a topar con otro grupo humano, su pensar y convencimiento de ser los únicos llegaba a su fin. Así que también otro grupo social existía, prácticamente un grupo similar a ellos ¿Qué sucedió? ¿Cómo se comportaron frente al Otro? Tal hecho del ‘encuentro con el Otro’, se convirtió en un acontecimiento fundamental trascendental que hasta hoy nos enfrentamos a las mismas incógnitas cuando nos topamos con otra/s cultura/s; ¿Qué hacemos? ¿Cómo nos comportamos? ¿Nos hacemos de la vista gorda? ¿O, mejor es conocerla y disfrutarla, a fin de ampliar nuestras experiencias?
En el tiempo de la conquista el Perú cruzo por una etapa de ‘Aculturación’, la cultura extranjera hizo su encuentro con el Otro. La cultura española se topó con la cultura incaica e impuso su dominación sobre ella, hasta la destrucción de la dominada. Y en si ¿Qué es la aculturación? Antropólogos la expresan como un conjunto de fenómenos que se desatan cuando existe contacto permanente entre grupos de individuos a diferentes culturas, lo que genera transformaciones de las expresiones culturales. Este fenómeno puede generar reacciones de tipo muy diverso como: Aceptación, Adaptación, Oposición, Huida y Destrucción. Se dice que los incas construyeron Machu Picchu en un lugar inaccesible, a fin de huir de la amenaza de conquistadores españoles y preservar su cultura en la imponente ciudadela inca.
SI A CAÑETE VOY ¡PRISIONERO QUEDO DEL RITMO NEGRO!
¿Qué significa hablar y/o escribir de los afroperuanos? Tal así como llegue aquella noche de setiembre a la Ex Hacienda La Quebrada a visitar a Santa Efigenia, en el cual agradezco a la Sra. Patricia López, quien ordenó que abrieran las puertas del templo y poder mi persona tener un momento de conversación con la sierva del Señor; suscribo una pequeña frase dentro de la charla que siempre llevaré en mi ser: «(…) a tus ojos te miro y te digo que seguiré relatando la vida a colores de los afroperuanos, que no siendo de piel negra, tengo el alma de negro y difundiré tu arte negro por costa, sierra y selva(…)» Nací y crecí en este valle bendito, por ello conocer y difundir su legado negroide es tanto compromiso tuyo, como mío.
«Ser afroperuano
no se lleva en el color,
ser afroperuano
se lleva en el corazón
donde el sentimiento
se vuelve pasión,
pasión con amor
al ritmo negro del Perú;
¡PORQUE YO SOY UN INGA, MANDINGA DEL PERÚ!»
«(…) De España nos llegó Cristo, pero también el patrón... el patrón igual que a Cristo, al negro crucificó (…)» Es así como testifica Susana Baca en el tondero ‘De España nos llegó Cristo’, el vivir y el sentir de la población afro en el pasado. Por otro lado, el decimista Nicomedes Santa Cruz, confrontó una historia nacional que, influenciada por los prejuicios raciales coloniales, invisibilizó la experiencia africana. En «Ritmos Negros del Perú» (1957), rescató y recreó la trágica experiencia de las mujeres africanas y las representó a todas ellas a través de la figura paradigmática de la abuela «(…) De África llegó mi abuela vestida con caracoles, la trajeron lo’epañoles en un barco de carabela. La marcaron con candela, la carimba fue su cruz (…)». La recreación y afirmación de la voz del pueblo afro, son testimonios en cada una de las décimas de Santa Cruz y asimismo, consagró el movimiento de reivindicación del legado folclórico de raíces afroperuanas, tanto en el Perú como en el mundo.
La historia negroide en el valle de los huarcos nace con la fundación española de la ‘Villa de Santa María de Cañete’, un 30 de agosto de 1556. La ex tierra de los huarcos, con dominio español, fue escenario y uno de los principales centros de concentración de esclavizados provenientes de diversas tribus del continente africano. Cabe resaltar que la presencia de africanos en nuestro país, se dio por primera vez ante la llegada del conquistador Francisco Pizarro en 1528 en Tumbes; así, algunos afros llegaron en categoría de soltados y otros como esclavizados. Posteriormente en la Colonia con el perecido de miles entre miles de indígenas, para cubrir y fortificar la mano de obra inexistente, el tráfico comercial de afros esclavizados se trajo y con ello, fueron sometidos a trabajar en el campo, con la explotación de caña de azúcar y algodón -principalmente-.
La etnia negroide en el Perú, una población que pese al gran tiempo de explotación, ha logrado resistir y florecer ‘contra amarguras y penas, al compás de las cadenas’ y que ya ‘se escuchan los festejos que cantó en su juventud: de Cañete a Tombuctú, de Chancay a Mozambique, llevan sus claros repiques ¡Ritmos negros del Perú!’ Es claro que a su lento paso, pero seguro, fueron formando una nueva cultura, nacida entre quijadas de burro con lágrimas y sangre color del lamento, ¡Libertad! -exclamaron-, ‘pero entre la caña seca se escucha su zamacueca y el panalivio, muy lejos’.
Con un legado de costumbres y tradiciones afroperuanas, que forman parte de nuestra identidad, nuestra provincia sigue de pie -aunque cojeando- con el corazón que dice «Cañete, Cuna y Capital del Arte Negro Nacional». Esta denominación no refiere que a esta tierra llegaron los primeros afros -porque por historia se demuestra que no-, sino al lugar donde se concentró y se formó una cultura, de nombre ‘afroperuana’. Un hecho importante para la historia del Perú, es el primer desarrollo del Festival de Arte Negro, celebrado en Cañete un 29 de agosto de 1971, que se consolidó bajo acuerdo del Concejo Provincial durante el gobierno de Alfredo de Toro Moreno, en 1971, un 12 de agosto. Aquel acontecimiento penetro las fronteras cañetanas, el suceso se transformó en un hecho de interés público nacional, contando la presencia como maestro de ceremonias y Director del evento al decimista afroperuano, Nicomedes Santa Cruz. ¿Y Qué es el Festival de Arte Negro? El ritmo, color y sabor de la mujer a través del folclore, es la máxima expresión del festival, que desde su creación busca cultivar parte del Arte Negro, porque en Cañete ¡El Festejo es hecho mujer! ...y cada 12 de agosto se celebra el ‘Día del Arte Negro Nacional’ al compás de bongo y cajón.
Por hechos como estos, el actual Concejo Provincial, logró el registro de la marca de servicio, formada por la denominación «CAÑETE, CUNA Y CAPITAL DEL ARTE NEGRO NACIONAL» y logotipo, ante la Dirección de Signos distintivos del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual – INDECOPI. Dicha denominación y logotipo fue inscrita en el Tomo 351, folio 085, con el fin para distinguir educación, formación, servicios de entretenimiento, actividades deportivas y culturales. Pero al parecer el reconocimiento legal ha quedado sólo inscrito en documentos, el hecho no está en llenar las calles con la denominación y logotipo, el hecho es «EDUCAR». Hoy nos encontramos con el Otro, ¿Qué hacemos? ‘CONOCER’, no podemos cerrarnos frente a otros legados. Pero si bien legalmente a CAÑETE se le denomina de tal forma y por el cual nos sentimos identificados y llenos de orgullo, repito, el trabajo de ser difusores de CAÑETE Y SU ARTE NEGRO ¡ESTÁ EN TI Y EN MI, ESTIMADO HERMANO CAÑETANO! ¡BUENAS VIBRAS!

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