Escribe: Cleto Aguado Gutiérrez
En estos últimos tiempos, principalmente en las diferentes áreas rurales y desoladas de la provincia de Yauyos, presuntamente bandas organizadas de abigeos o remanentes sediciosos vienen acentuando sistemáticamente despiadados asesinatos a sangre fría contra honestos trabajadores y en la mayoría de los casos en agravio de humildes e indefensos campesinos ganaderos.
Lo insólito de estos crímenes es que sus autores por falta de una rápida y eficaz investigación policial quedan siempre en la impunidad; apatía a la que también coadyuva el ausentismo o tolerancia del representante del Ministerio Público en las primeras y urgentes diligencias policiales en cada caso.
Realmente, para cualquiera que conozca Yauyos, pareciera que allí no existe justicia ni se respeta la ley y los politiqueros y los malos abogados hacen lo que mejor les convienen; la evidencia de ello veamos en los alevosos homicidios siguientes:
El 10 de Diciembre del 2000, falleció el trabajador del Poder Judicial, el recordado Timoteo Jerónimo Jerónimo (42), a consecuencia de una reyerta en el Jr. Swayne de la ciudad de Yauyos, cuyos atacantes fueron reconocidos y capturados, pero estos implicados –según manifestación de la viuda– en poco tiempo fueron liberados y otros “limpiados” en la investigación policial y no hay ningún sancionado; por lo que la viuda Sra. María Sierra y sus ocho hijos en la orfandad siguen clamando justicia.
Cuando había cerrado la noche del 24 de Setiembre del 2005, una banda organizada de abigeos previstos de un camión ingresaron al corral del ganadero Daniel Federico Rivas Cárdenas (62), ubicado en el paraje denominado Habas – Pata, jurisdicción del distrito de Huangáscar, con el propósito de robarle sus reses, al oponer solitaria resistencia contra siete atacantes, fue asesinado cruelmente; el caso fue descubierto después de un año; los implicados capturados en junio pasado, pero a las pocas semanas fueron liberados por orden judicial; al amparo que en sus primeros testimoniales no estuvo presente el Fiscal Provincial.
El 15 de Mayo del 2006, en el desolado paraje ganadero denominado Champaverde, jurisdicción del cercado de Yauyos fue asesinado el campesino Juan Gómez Huaraca (40), su cadáver fue encontrado después de varios días, pero los autores del crimen aún no son identificados.
Una banda de desconocidos asesinaron sin piedad alguna a toda una familia integrada por el esposo Alberto Arenas Vivas (59), su esposa Juana Roque Castillo (49), sus hijos Gerardo (29) y Dennos (9); este crimen múltiple ocurrido en el paraje llamado Huancuy, anexo de Quisque en el distrito de Colonia – Pampas. El resultado de las investigaciones, igualmente es nulo y estéril.
Otro hecho criminal que en más de un año no tiene esclarecimiento alguno, es el homicidio del ciudadano Valeriano Diddy Zacarías Jerónimo (39), que cuando desempeñaba el cargo de Alcalde del Distrito de Huantán (Yauyos), curiosamente fue asesinado en la noche del 7 de Julio del 2005 en el desolado sector de Huacachivato, jurisdicción del distrito de Imperial en Cañete.
Sin embargo, a pesar del clamor y denuncias de la viuda Sra. Roselia Guerrero Rojas y sus cuatro hijos huérfanos menores, las autoridades policiales y judiciales no encuentran a los autores del crimen a pesar de evidentes indicios de los presuntos implicados conforme refiere la viuda.
Por ello, nos preguntamos… habrá justicia con éstos y otros casos, que inundan nuestra agenda policial tanto en la provincia de Cañete como en la de Yauyos… Ojalá, que estos hechos se esclarezcan algún día.
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