07 julio 2007

Se Observan Un Estibador Y Una Vendedora...
REPLICAS DE LA PLAZA DE ARMAS SIMBOLIZAN UN JUSTO RECONOCIMIENTO A LOS COMERCIANTES DE IMPERIAL...

El reconocimiento a la mujer comerciante que con sumo esfuerzo desde muy temprano expende sus productos a sus clientes, y el estibador que con sus fuerzas de flaqueza logra trasladar una mercadería de un lugar a otro, simbolizan –sin duda- la identidad de nuestro pueblo.
Con la colocación de las dos réplicas en los colaterales de la remodelada plaza de armas, las autoridades locales no hacen sino reconocer a los "comerciantes" imperialinos que con su dedicación, ejemplo y laboriosidad desarrollan una actividad honesta en este lugar.
Ambas réplicas sintetizan el por qué Imperial es una zona netamente comercial. Es decir, el estibador que traslada un producto hacia "la parada" (Mercado) para que la comerciante pueda expender a sus clientes y así consolidar la cadena económica de nuestro pueblo.
La réplica lo refleja todo. Una mujer comerciante con su indumentaria típica, sentada en una piedra y teniendo a su costado una pequeña "jaba" (cajón) con reserva de mercadería, ofrece a sus clientes los productos del pan llevar como la uva, zapallo, tomate, papa y otros.
A más de uno le hizo recordar que es una vendedora de la otrora "parada" de Imperial. O, tal vez, de los mercados Virgen del Carmen, San Leonardo o de algunos establecimientos de la ciudad que donde aún se observa esta insustituible pose.
Por otro lado, está un estibador o comúnmente conocido como un "cargador". Se observa en la réplica a un hombre con su clásico traje de faena, muy feliz de la vida por el trabajo que realiza y que en esta oportunidad traslada en su hombro un pequeño fardo de algodón, apañado en las "pampas de Imperial".
Tanto el estibador como la vendedora, son la combinación perfecta para el complemento de una actividad comercial, labor que la mayoría de la población ejerce en nuestro distrito que con justicia adopta la denominación de ser la "capital comercial del sur chico".
La inauguración de la remodelación de la plaza de armas de Imperial, realizada la tarde de ayer por su burgomaestre, Richard Yactayo Duran, en donde se observan las dos réplicas, no hace sino plasmar un justo derecho de sus hombres que con su trabajo y esfuerzo engrandecen a nuestro pueblo.
Empero, esto sólo debe ser el comienzo con los comerciantes de Imperial, a fin que las autoridades edilicias sean los auténticos promotores para formalizar a los informales y los formales cuenten con un recinto comercial acorde a la realidad de nuestros tiempos o proyectar un gran Mercado Mayorista.
Estamos a un paso de cumplir el centenario de vida política y aún hay mucho por hacer por el "mercado del sur chico", como lo tituló el diario El Comercio en uno de sus editoriales, por ser el "eje económico de Cañete", como lo expresaron en una emisora limeña.
Imperial, es un pueblo cosmopolita que poco a poco va al encuentro de su identidad. Su folklore (las payas y danzas negras) mostradas ayer en la ceremonia de inauguración, reflejan que la semilla de la cultura está viva en nuestro pueblo y sólo falta la iniciativa de nuestras autoridades.
El sol radiante que nos alumbrará por estos días, no es pura casualidad, sino que es el anuncio de la llegada de nuestra patrona la Virgen del Carmen, que no podía estar ausente en el reconocimiento a su gente derramando su bendición a través de su siervo Rp. Frutus Berzal Robledo, protegiendo a su pueblo e iluminando la mente de nuestras autoridades para realizar un gobierno honesto y transparente. (Wilfredo Cayllahua León).

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