19 abril 2008

EDUCAR CON TERNURA
Escribe: José De La Cruz Aréstegui

Hoy la Universidad se ha vuelto de moda, incursiona en lugares que antes no se pensaba, seguro que uno de estos días habrá la noticia que también Yauyos tendrá universidad. Esto permite un intercambio de influencias con cada comunidad, ocurren a nuestro alrededor procesos en los que muchas veces no reparamos.
Analizando páginas de Internet me encuentro con una gran frase de la Dra. Consuelo Viciedo, de origen cubana: "Cuando hombres y mujeres desde la cuna son educados en el amor y el respeto a sí mismos y a los demás, esas acciones son capaces de invadir comunidades y también naciones". ¿Hasta dónde podrá llegar la Universalización de la enseñanza cuando se perfeccione todo su engranaje con los actores fundamentales: estudiantes y profesores? ¿Qué mecanismos de transformación de la conciencia y la conducta relacionados con la autoestima y el pensamiento podrían desatarse?.
Una trabajadora de servicios afirmaba hace poco, para asombro de los presentes: "Los artistas no se fijan en la desnudez". Su hijo es instructor de arte y se encuentra estudiando en "bellas artes". Evidentemente lo que él aprende es tema de conversación en su hogar y junto con él también se instruye su familia. Los patrones a imitar, los modelos a seguir están en un movimiento ahora apenas perceptible, pues recién ha comenzado. "La violencia en la vida diaria se relaciona con la violencia entre los estados. La paz es un problema internacional, pero también personal. Cuando se educa en la menor dosis de violencia, se educa en el amor". Este fue otro de los corrientazos que llegaron a los presentes en los debates. ¿Hasta dónde podrá llegar una sociedad que forme a sus ciudadanos en el humanismo? Hasta donde ella quiera. Pero también hay que reconocer que El mundo vive hoy la agresión sistémica en las escuelas. Peor aún, se conocen más casos en Estados Unidos de niños que descargan armas de fuego contra sus condiscípulos, etc. La personalidad agresiva de los maestros, el hacinamiento en las aulas, la clasificación de los estudiantes dentro de un mismo grupo y su consecuente discriminación, son algunos de los aspectos de un modelo educativo en crisis. Pero hay muchos modelos pedagógicos (y es posible aplicarlo en nuestro medio, supongo que para eso es el plan piloto de educación en Imperial, que hasta la fecha no se ve ningún resultado), que elementalmente llegue diferenciadamente a cada uno de los muchachos y darle oportunidades a todas las familias de ver a sus hijos en un aula universitaria, sin exclusiones de ningún tipo, ni ventajas a unos sectores por encima de otros. Ello redundará en que los beneficiados aprendan a vivir en armonía consigo mismos, así mejorarán también las relaciones inter-personales. Es como un aprendizaje para ocuparse de lo bueno y lo útil, de construir y no destruir.
¿Cuántas personas usted no conoce que se la pasan husmeando en la vida de los otros porque no saben qué hacer con la suya y el tiempo les sobra? ¿Cuánta agresividad e incomprensión no vierten entonces hacia los demás?. Escribió José Martí: "La paz es aquella en que no haya un solo derecho mermado". Y precisamente el más universal de los cubanos dejó en su obra toda una pedagogía de la ternura, el aporte del Apóstol a la pedagogía universal siempre afirmó que la educación es un derecho y un deber del ser humano. También dijo que el primer elemento para educar es amar. ¿Cuánta trascendencia no tiene hoy este principio? Si se enseña desde la petulancia mirando por encima del hombro nunca se podrá llegar a los alumnos.
Hay que entender en la Universalización que no todos los jóvenes proceden de hogares en los que el estudio es un hábito. Existen muchos matices en eso, por lo cual la explotación de las motivaciones no puede soslayarse. Los profesores que no tienen formación pedagógica, y también los que la tienen, están emplazados –además de la superación dirigida- a incursionar en lo autodidacta, sobre todo en el tratamiento con adolescentes, etapa que se extiende hasta los 19 años. Este vínculo con los discípulos pasa, sin lugar a dudas, por el conocimiento de sus características personales y del entorno en el cual viven. La Universidad –ahora multiplicada- trabaja sobre sus debilidades para alcanzar mayores fortalezas. La sociedad lo agradecerá.

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