AL DIA CON MATICES

Felízmente hay excepciones, no son todos los que están ni están todos los que son...
PERIODISTAS MERCENARIOS Y COIMEROS DENIGRAN LA LABOR DE LOS HONESTOS...
Escribe: Cleto Aguado Gutiérrez

Hasta hace algunos años, en nuestro medio habían escasos periodistas y muy pocos medios periodísticos; pero entre ellos, algunos fungían de "todopoderosos e influyentes", que tramaban y negociaban en las campañas electorales. Pasado el tiempo, en la actualidad hay proliferación de los llamados "periodistas" y "comunicadores sociales" sólo por ubicarse tras el micrófono bajo oscuras condiciones serviles, que presuntamente algunos no pagan los espacio radiales, sino hacen un canje para encubrir y defender la corrupción de las malas autoridades que el pueblo ya lo tiene sindicado.

EL DINERO COMPRA EL SILENCIO, PERO NO EL MURMULLO…
En la semana que pasó, en una emisora local, uno de estos personajes que se autotitula "periodista" y curiosamente tiene la costumbre de rotar como un nómade por todas las radioemisoras locales, tuvo la desfachatez de dialogar con su endiosada autoridad naturalmente otro mediocre y se han permitido incluir mi nombre en sus alucinaciones y monotonías aduciendo que el suscrito "NO ERA DE ACÁ" y otras sandeces, absurdas torpezas de quienes se creen los "sabelotodo", por el simple hecho de difundir la anarquía y el caos que impera en Imperial. Es decir, según la mentalidad ensombrecida de este par de individuos, que Dios los cría y ellos se juntan, el ciudadano puede opinar o criticar a las autoridades corruptas SOLAMENTE EN LA LOCALIDAD DONDE HA NACIDO, y este mitómano no se da cuenta que él es también foraneo.

CARENCIA TOTAL DE MORAL Y ETICA PERIODISTICA…
Cuando alguien es o aspira ser un profesional, tiene que evidenciar su nivel cultural y actuar con cautela y prudencia; pero este par de fariseos con sus falsas aseveraciones han dejado traslucir la carroña de su moralidad, conducta y capacidad periodística, que al final a pesar de todas sus ficciones no son chicha ni limonada; pues mediante sus afirmaciones sólo han demostrado su criterio estúpido y discriminatorio que vulneran y contradicen la esencia de la Constitución Política del Estado, que no señala limitaciones a nadie para opinar o criticar.
Al parecer, este binomio de figuretis no practican la lectura o es que carecen de la retentiva necesaria para asimilarla, a tal extremo que en su ignorancia y barbarie de quien se jacta de "periodista ", desconoce los preceptos básicos del periodista y el Código de honor y ética del periodista.

ALGUNOS PERIODISTAS PROSTITUYENSU PLUMA Y SU VOZ…
Lamentablemente en la provincia de Cañete ya es muy notorio los grupúsculos integrados por los "periodistas" de toda condición y conductas y siguen naciendo otros grupillos adventicios, pese a que no aparentemente existen las filiales de Federación y la Asociación, puestos al servicio de familiares allegados. Sobre este acápite conviene enfatizar que "el periodismo será limpio en la medida que esté limpia la conciencia del que lo ejerce" y al mismo tiempo es necesario recordar que, "la libertad de expresión es un derecho, decir la verdad es un deber," No solamente hay que exigir derechos, sino mucho más hay que expresar la verdad que debe conocer el pueblo. Por eso, hace algún tiempo y con mucho acierto en un a de sus intervenciones el Monseñor Salomón Bolo decía: "Hay periodistas que prostituyen su pluma y su voz, atacan al inocente, mienten y colaboran a favor de los corruptos del poder de turno cuando abusan; entonces ese periodista pasa a ser verdugo"; luego reforzando su pensamiento recalca, "Ni víctimas, ni verdugos, los verdaderos periodistas debemos ser defensores de la verdad, de la justicia y propulsores del progreso integral de los pueblos". No olvidemos que el Padre Bolo, como lo conocen, aparte de su actividad Pastoral, también ejerce la actividad periodística. En Cañete, hay periodistas o comunicadores sociales asalariados o confabulados con los que ostentan el poder y el dinero, y se creen los "perros guardianes" de las leyes, el orden y la honestidad; pero no se averguenzan ni se sonrojan de su "granito de arena" al descrédito de los valores, la verdad y la justicia que dice defender.