La prensa derechista limeña reclamaba a los 4 vientos, para que Ollanta H. restablezca el orden y la fuerza contra esos manifestantes revoltosos y delincuentes cañetanos, aunque para ello tenga que derramarse sangre de inocentes. El poder mediático, el poder económico, el poder factico que considera a Cañete un suburbio, un barrio de la periferia, lleno de revoltosos y maleantes pidieron sangre y muerte. Ahora pues, el resultado es macabro: 01 muerto y 23 heridos (sin contar los heridos de Herbay Alto, Clarita, Montejato que suman como 06). Los carniceros, émulos del personaje Jasón, como Mónica Delta, Aldo Mariátegui, el cardenal Luis Cipriani y otros elementos neoliberales, solo viven mentalizados en su Dios,el dinero y los privilegios. Tuvo que ocurrir una masacre, una matanza, para dar una solución a este problema nada difícil. COBARDES Y CRIMINALES son aquellos policías «Cañetanos» que utilizaron las armas por órdenes estrictas de sus superiores como es el caso del Coronel Lizzeti. La orden vino también del Ministro del Interior (Valdez). También ordenó el propio presidente Ollanta, pues él es el jefe máximo de las fuerzas armadas. Es inadmisible e increíble que el propio Ollanta haya estado en el helicóptero lanzando piedras y bombas lacrimógenas. No lo puedo admitir.
Los cobardes que se escondieron de esta lucha histórica que acabo en masacre, no tiene nombre. Ni siquiera aprenden del presidente Regional de Cajamarca y sus alcaldes que si demostraron valentía por sus terruños. Los nuestros tienen pánico de ser denunciados, porque más amor le tienen al poder y a los lujos, que a sus propios cholos valientes cañetanos que se sacaron el alma en la protesta. ¿Dónde estuvo Javier Alvarado así como los otros cientos de politiqueros que en cada campaña pre- electoral prometen sacarse la mugre por Cañete y que harían cualquier cosa por su tierra. Yo solo vi en el campo de la masacre a cientos de humildes cholos y cholas luchar a brazo partido bajo las fuertes inclemencias del tiempo y otras adversidades. Si yo fuera Alcalde Provincial, o quizás Presidente Regional o tal vez congresista de la Republica, los hubiera enfrentado con suma energía a los responsables del ejecutivo para dar una salida a los petitorios planteados. No importa, pero sí de discutir se trata levantaría la voz, para que comprendan la gravedad del problema. Lo hubiera hecho con los ministros o el mismo premier Salomón Lerner, todo, con el fin de que la sangre no corra al rio. ¿Qué hicieron por Dios, nuestras autoridades para prevenir esta matanza? Casi nada. Pues, casi todas las autoridades del ejecutivo, jamás estuvieron empapadas realmente de lo que se pedía. Es una lástima que no tengamos congresistas, ni consejeros, ni presidente Regional quien nos defienda.
Ahora que la sangre de inocentes saldo las ineptitudes de nuestras autoridades, recién el Premier Salomón Lerner se entera exactamente del problema y firma el acuerdo para no ampliar la construcción del PENAL DE CANTERA. Cosa tan sencilla, que no logro entender, por qué no se dio solución antes de que estalle el conflicto. Y la cosa no queda aquí. Este Penal, está manchado de sangre de inocentes y por otras razones expuestas, definitivamente debe ser clausurado y reubicado en otra zona alejada de los poblados, donde no cause daños, pánico y perdidas. Lugar donde reubicar este penal hay de sobra. Ollanta prometió que todos los reos deben ganarse el pan con el sudor de su frente, y eso debe de cumplirse a cabalidad.
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