13 diciembre 2011

MAMITA... LA PROSTATA...

Escribe: Dr. Alberto Tejada - Urólogo

NOTA DEL DIRECTOR.-
Muchos hombres temen a un examen tan rutinario que se deberían de hacer si es mayor de 50 años... como lo es el de la Prostata... A nuestro correo llegó este e-mail, que con un poco de broma... y en un lenguaje tan cercano a la población, trata de hacernos ver la realidad sobre éste tema.

Imagínense la vejiga como si fuera un embudo, abajo en el pico hay una estructura en forma de nuez (la próstata) que la abraza y que cumple varias funciones, las más importantes son las hormonales y la elaboración de un fluido que se expulsa en el momento de la eyaculación (antes también) y que sirve para nutrir y facilitar la movilidad de los espermatozoides.

Con el tiempo va creciendo (esto es normal) y su tejido se va envejeciendo y poniendo fibroso (como todo nuestro cuerpo). Sin embargo por su ubicación, su crecimiento va obstruyendo el drenaje de la orina en forma progresiva, y eso ya no es normal. Una precisión clara es que el tamaño de la próstata no tiene nada que ver con los síntomas, próstatas medianas o grandes pueden ser asintomáticas, y viceversa. Vale decir si en una ecografía de control te encuentran la próstata grande y no tienes síntomas, el urólogo que te diga que te tienen que operar, seguro que le debe plata a las once mil vírgenes y necesita «recursearse» a como de lugar.

No está demás repetir el viejo axioma de la medicina: «los médicos no tratamos papeles (análisis), ni radiografías, sino pacientes», esto significa que tiene que haber una congruencia entre los síntomas (lo que refiere el paciente), los signos (lo que encuentra el médico en el examen clínico) y los análisis.

Los síntomas más importantes son: nicturia (te levantas por la noche a achicar la bomba 2 o más veces); terminas de orinar y sientes que todavía falta algo y no sale; has comenzado a comprar ropa interior de color negro porque tus calzoncillos blancos quedan manchados de amarillo sin que te des cuenta; cuando orinas, en lugar de que el chorro caiga en el urinario te mojas los zapatos (ya no hay fuerza); si vives en la Trujillo y te vas a Laredo tienes que llevar un envase para orinar a medio camino porque no llegas; te mandas dos pisco sours y después de un rato de tanto que pujas para orinar te salen hemorroides; cuando vas a una recepción escoges la mesa que está más cerca del baño; te levantas a cada rato anunciando que te han llamado por el celular que está con modo «vibrar» para pasar piola, cuando lo que te está vibrando es la vejiga; etc.

Lo curioso es que el trompo no se afecta en su función, o sea que en asunto del chaca-chaca estás normal nomás. Los signos más importantes para el urólogo son: verte mear cagándose de risa porque no llenas ni la mitad del tarrito de leche Gloria que te dio; después de orinar tienes que usar un pañuelo pero no para secarte el pájaro sino las lágrimas que te salieron con el esfuerzo; la ecografía muestra que en lugar de nuez tienes una pepa de palta; tu PSA (antígeno prostático específico en sangre) está más o menos normal, pero si está muy alto te jodiste porque doble contra sencillo que tienes un cangrejo (cáncer); y finalmente el dedo (no el tuyo sino el del urólogo) que te examina el chico, el dedo es el terror de los hombres, miles (no es broma) no se hacen el examen por temor.

Ahora bien, por temor ¿a qué?, ¿a que te duela, a que te violen, a que te pasen «pa’l otro lado»?. En mis años de estudiante me fui de practicante al tópico de inyectables del Hospital de Policía, quería aprender a poner inyecciones. La enfermera benemérita que me iba a enseñar -antes de retirarse a regar el jardín luego de un huevo de años de trabajo- me dijo: ¡hijito a poner inyecciones se aprende poniéndolas, en mi turno hay un promedio de 200, así que vamos miti y miti, no discutas y comienza de una vez que hay 5 culos esperando en la camilla!

Agradezco las nalgas que sufrieron en un principio por mi inexperiencia, pero a lo que iba es que he visto llorar y arrodillarse de miedo (es cierto, no estoy imaginando) a hombrotes del Escuadrón de Emergencia de la Policía ante la imagen de la jeringa y la aguja. ¡Doctorcito mándeme de operativo a los barracones o a Lurigancho, le juro que no le corro ni a las balas ni a las chavetas, pero la intrasmuscular, noooo...!

Por eso digo no se chupen, bájense el pantalón, tomen aire y dejen que los examinen. Hay dos tipos de patología claramente diferenciada en la próstata: la Hiperplasia Benigna (adenoma benigno) y el Cangrejo. Uno no conduce al otro, así de simple; la gran mayoría de los diagnósticos (felizmente) son benignos, pero hay que saber que a veces el cáncer se solapea y da menos síntomas.

Conclusión, después de los 50 hay que medirse el aceite una vez al año para estar tranquilos. Para ello los urólogos usan una de tres poses (si te quieren hacer las tres, cuidado te pueden estar violando): 20 uñas (también conocida como pollito tomando agua, o Claudia Schiffer arreglando la alfombra); Momia de Paracas pero echado de costado; y Pollito a la Brasa que es más o menos la llamada posición ginecológica con que examinan a las tías.

Ahora bien, es normal que te duela un poco cuando te meten el dedo, porque con el susto «el chico « entra en pánico y se cierra como mano de trapecista, una vez adentro el urólogo gira el dedo (usualmente es el índice, si te mete el pulgar es un mañoso) para ubicar la próstata y examinarla, presionándola; aquí es normal si te incomoda, malo si te duele (próstata grande o inflamada), y pésimo si te gusta porque eso indica que eres rosquete (declarado o lo que es peor, en potencia).

Toda esta operación no dura más de treinta segundos. Los resultados los puedes ir intuyendo por la cara del médico: si está indiferente pasas piola, si está preocupado prepárate para la sala de operaciones, si se sonríe es que tienes el pájaro chico, y si tiene ojos libidinosos te jodiste porque el rosquete es él y se ha enamorado de ti.

Así que mi recomendación es que dejen sus temores a un lado e incluyan dentro de los exámenes habituales que debemos hacer a nuestra edad (colesterol, electrocardiograma, etc.), el de la próstata. Total «in extremis» un rosquete más en este mundo globalizado no le hace porque hace rato que salieron del closet, y como dijo el travesti de Coco Marusix «en la vida hay que probar de todo».

Bueno, espero que ahora todos conozcamos mejor y podamos tomar conciencia del cuidado que debemos tener de este tema.

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