Perú se despide del Mundial ante Australia, hoy (09:00 horas) en Sochi, una buena ocasión para romper el maleficio del gol que le ha costado la eliminación y dedicar el triunfo a Jefferson Farfán, ingresado en un hospital moscovita, y a la marea blanquirroja que desembarcó en Rusia.
Dos derrotas por la mínima (1-0) ante Dinamarca y Francia dejaron a Perú sin opciones en la tercera jornada del grupo "C". Los Socceroos sí pueden clasificar gracias al empate (1-1) que lograron frente a los nórdicos.
Perú desplegó en Rusia los argumentos que le llevaron a jugar el Mundial por primera vez en 36 años, pero le falló la pólvora. "Hasta diez ocasiones hemos tenido en 180 minutos", lamentó su seleccionador, el argentino Ricardo Gareca.
Incluso Christian Cueva falló un penal que pudo ser el empate en el debut ante Dinamarca. Tras las lágrimas, le queda un partido para desquitarse y confirmar que el Mundial fue el primer paso de un proyecto para consolidar de nuevo el fútbol peruano al máximo nivel.
"Este partido es muy importante para nosotros", afirmó el técnico el lunes, ya desde Sochi.
"Queremos terminar de la mejor manera la Copa del Mundo, para la gente que nos va a venir a ver y para el país que tanto nos ha apoyado. Es un partido de la misma importancia que el del debut", consideró.
A Sochi no viajó el delantero Jefferson Farfán, ingresado en un hospital moscovita desde que el sábado sufriera un fuerte golpe en la cabeza durante un entrenamiento.
El otro habitual que se perderá el choque será el central Alberto Rodríguez, que sufrió un problema muscular contra Francia. Normalmente le sustituirá Anderson Santamaría.
Gareca también podría devolver la titularidad a Renato Tapia, que no disputó el duelo ante Francia por un golpe en la cabeza. El resto del once normalmente será el habitual.
Tras confirmarse la eliminación, todas las miradas se centran precisamente en Gareca, el hombre que cambió el rumbo del fútbol peruano con su llegada en 2015. Termina contrato y el país es un clamor para que renueve.
Con la esperanza de que el duelo en Sochi no sea el último del argentino, de nuevo la marea blanquirroja -una de las aficiones más numerosas en el Mundial rondando las 40.000 personas-, llenará el Fisht Stadium.
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