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ASI SE MANEJO LA RECONSTRUCCION EN OTROS LUGARES...

Las experiencias en la región y en el mundo demuestran que la etapa de intervención que sobreviene a un evento natural de gran magnitud suele ser compleja, pues requiere del levantamiento de mapas de peligro, microzonificación, plan de uso de suelos y planes de desarrollo urbano en toda el área afectada. Lo que significa ordenar el territorio y desplazar a sus habitantes a lugares más seguros a fin de reducir su vulnerabilidad.
Toda esta intervención forma parte de la etapa de reconstrucción que viene ejecutando Forsur en la zona afectada por el último sismo, donde además el Estado ha invertido a la fecha 725 millones de soles en proyectos de saneamiento, vivienda, salud y educación, según lo dio a conocer su presidente y Ministro de Vivienda y Construcción, Enrique Cornejo.
En Pisco, Ica y Chincha se ha trazado un nuevo perfil urbanístico y de desarrollo que al término de la reconstrucción debe ayudar a superar el desorden urbanístico y el asentamiento humano precario que actualmente existe en la zona, donde más del 50% de la propiedad es informal y en muchos casos está asentada sobre terrenos del estado y predios privados los mismos que se hallan en proceso de saneamiento.
Experiencias como la de Armenia, en Colombia, tras el terremoto que el 25 de enero de 1999 asoló el eje cafetero, pone en evidencia que los periodos de intervención no son sencillos y pueden superar los tres años.
En Nueva Orleans el proceso de reconstrucción tras el huracán Katrina que el 2005 golpeó las costas de los Estados Unidos, aún no termina.
Armenia presentó el mayor desastre que pueda haber ocasionado un evento de esta naturaleza: 28 municipios afectados, 1.500 muertos y 50.000 viviendas dañadas. Al interior de la ciudad la zona más devastada fue el barrio "La Brasilia" que colapsó en su totalidad.
Tres años demoraron los procesos de intervención sociales, físicos, jurídicos, económicos y técnicos. La construcción de viviendas fue la penúltima etapa y se produjo recién a los dos años y medio del sismo. Sólo después se permitió el retorno.
Nueva Orleáns aún continúa bajo la sombra de Katrina que devastó la ciudad el 29 de agosto de 2005. La tragedia sobrevino cuando los diques y canales que surcan la ciudad colapsaron desbordando el lago Pontchartrain. El 80 por ciento de la ciudad se inundó. Unas 1,500 personas murieron.
Oficialmente en Louisiana hay 42,250 familias desplazadas por el desastre natural que siguen viviendo en casas rodantes proporcionadas por el gobierno.
El programa principal para ayudar a reconstruir viviendas -un fondo de $ 8 mil millones con financiación federal, administrado por el estado- está quebrado y podría tener un déficit de hasta $ 4 mil millones. Hay escuelas públicas, estaciones de bomberos y de policía y rutas de tránsito que siguen cerradas.
Mientras las autoridades federales, estatales y municipales se culpan mutuamente, las 270 mil personas que viven ahora en Nueva Orleans no saben a ciencia cierta hasta cuándo su ciudad seguirá devastada.