29 septiembre 2008

UN GRACIAS, UN HASTA LUEGO Y UN BREVE ADIOS...  HERMANA JACINTHA SALDANHA PEREIRA
Una labor fructífera a favor de los cañetanos 
Escribe: Ing. Armando Samaniego Orellana

Cuando queremos destacar a un hombre o mujer ilustre de nuestra ciudad, pensamos en un personaje publico, pero con la Hermana Jacintha ocurre lo contrario, por que su paso por Cañete aparentemente desapercibido nos deja una huella digna de imitar, nos ha iluminado un camino de vida y nos deja una onda tristeza en los corazones de muchas personas por que parte al Viejo Mundo para ocupar un cargo de Consejera en Roma - Italia, cargo que esta a la altura de su nivel espiritual e intelectual. Lo que encomendaremos al  Todopoderoso para que su labor sea fructífera. 
La Hermana Jacintha nació en Bombay India el 30 de junio de 1956, hija última de 6 hermanos, a los 17 años ingresó al convento de Santa  Ana y en el año 1986 fue enviada conjuntamente con tres pioneras mas de distintas nacionalidades al Perú: Hna. Carla Bauda Parisi, de nacionalidad Italiana, Hna. Saneli Rosa Teixeira de nacionalidad Brasileña y la Hna. María Luz Raza Sierra de nacionalidad Mexicana. Enseñó  Religión, Filosofía, Sicología e Inglés, en el Colegio San José de Cerro Alegre, fue Maestra de Formación, Delegada de la misión Peruana.  
Es bueno repetir sus palabras en su paso por nuestra patria. «Llegar al Perú era toda una aventura, un salto en la oscuridad: tierra nueva, idioma nuevo, costumbres diversas de oriente al occidente; ¡pero Dios no cambia!. Caminando con él todo era gracia. “Estoy tan agradecida al Señor que me formaba juntamente con las jóvenes no solo en lo espiritual sino en lo cultural. Tanto fue así, que me siento peruana en mente y corazón. Fue un aprendizaje mutuo. También fue una experiencia difícil de comprender porque cada ser humano es un don de Dios, y a la vez un misterio que no es fácil de penetrar sino el Espíritu, el Maestro, forja el camino de cada una. Aquí  aprendí más el arte de educar con una Educación personalizada.  Mirando los 22 años me siento feliz por este andar por los caminos de Dios. Me siento fecunda porque la vida en Perú me ha abierto grandes horizontes, enriqueciéndola con múltiples experiencias, con gentes de toda raza y color. Doy gracias por ello a Dios, a mi congregación y a cada hermana de mi congregación». 
Hablar de las hermanas de Santa Ana es recordar que fue fundada en Turín - Italia el 10 de diciembre de 1834 por los Marqueses Carlo Tancredi y Giulia Falletti de Barolo Colbert, quienes movidos por la gracia del  Señor, ofrecen a la iglesia un nuevo instituto Religioso que se dedicará a la Instrucción y formación cristiana de la niñez y de la juventud femenina pertenecientes a familias necesitadas y de escasos recursos, sin descuidar a las familias de otras condiciones, disponibles para cualquier otro servicio de caridad. Carlo y Giulia, son modelos de esposos para todos nosotros.  Entre ellos el amor es total, un dialogo constante e intimo que los enriquece y los estimula a sostenerse recíprocamente en las pruebas y en sus innumerables obras de caridad. No tuvieron hijos; sin embargo, no se doblegaron en su dolor sino se mantuvieron estrechamente unidos en su amor, aceptaron con abandono la voluntad del Padre este gran sufrimiento y supieron vivir una fraternidad y maternidad espiritual muy fecunda. Entonces de padres fieles a Dios como no habría hijas como la hermana Jacintha y todas de la congregación de Santa Ana, que según su capacidad se dedican con amor de madres en las distintas labores que llevan adelante en nuestras tierras peruanas. Dejar todo por seguir a Jesús. La labor desplegada en bien de los niños,  jóvenes y padres de familia se ha multiplicado. Como sabemos tienen comunidades en distintas partes del Perú. En San Vicente existe el noviciado donde funciona el Instituto Superior Pedagógico “Santa Ana”, el colegio “María Enriqueta Dominici”, la cuna-guardería en donde cuentan con el Centro de Salud Michele Rosati para los más necesitados en medicina general, obstetricia, odontología y servicio  de laboratorio; dirigen además un comedor para los mas necesitados. En  Mala  existe un internado de mujeres, un taller de corte- Confección  y artesanía para la formación de la mujer. Así como las comunidades en  Huacho y Huari, San Felipe de Comas y Huachipa.  El apostolado que realizan las Hermanas de Santa Ana deja huella por donde seguir a Cristo en este mundo donde prima el consumismo y la búsqueda de la felicidad de manera errónea. Un gracias, un hasta luego y un breve adios  hermana Jacintha Saldanha Pereira, sabemos que por los caminos de Cristo Usted seguirá dejando honda huella de amor, entrega y caridad. Una amiga, una hermana, una luz en el camino para todas sus condiscípulas y todos aquellos quienes tuvimos la dicha de conocerla. Hasta Luego.

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