POR UNA SEMANA DE REFLEXION…
Escribre: Lic. César Calagua Gutiérrez
Lamentablemente, se ha hecho una mala costumbre, que nuestra SEMANA SANTA, la han convertido en «SEMANA DE DISTRACCION Y NO EN SEMANA DE REFLEXION». Es una pena, pero es nuestra triste realidad.
Esto es producto del mundo globalizado, dicen algunos, pero aquí debemos observar que las buenas costumbres y tradiciones no pueden variarse por el bendito comercio y el mal llamado turismo. Pongámonos a pensar y a reflexionar sobre nuestra actitud durante todo este año, tiempo en el que quizás no hemos sido positivos y no hemos hecho nada productivo, en favor de nuestras familias y por ende de nuestra comuna en beneficio de los demás.
Particularmente nuestra provincia, de un tiempo a esta parte, se ha convertido en un centro de distracción, por no decir de perdición, porque a eso viene mucha gente a las playas o al campo, donde viven sendas orgías a vista y paciencia de propios y extraños, donde no importa ni la ética y mucho menos la moral, donde mucho menos importa la familia, porque el objetivo único es la diversión y el jolgorio; el caso es pasarla bien entre licor, música y mujeres.
Para colmo de males el Ministerio de Salud recomienda el uso de preservativos para evitar el embarazo no deseado y protegerse del SIDA. Esto es algo inaudito, por ello la lógica reacción del Cardenal Cipriani.
Nuestra provincia es eminentemente católica y lamentablemente en estas fechas se ve plagada de gente y vicios que dejan mucho que desear. Por ello mantengamos la cordura, enseñemos a nuestros hijos nuestras costumbres y tradiciones, porque ellas no deben ser arrancadas de nuestras manos por autoridades, funcionarios y personas incapaces que prodigan el mal vivir y el vandalismo en fechas religiosas tan importantes como es «LA SEMANA SANTA», nuestra tradicional PASION DE CAÑETE pasando por sus ceremonias, procesiones, visitas a las iglesias, la tranquilidad de nuestras playas, el verdor de nuestros campos, además del tranquilo y soleado Lunahuaná; tantas otras cosas que son nuestras y han sido por mucho tiempo motivo de orgullo, pero que lamentablemente ahora son motivo de pena y preocupación propiciadas por nuestras autoridades y gobernantes.
Ojalá no campee el desorden, el caos, el vicio, que no veamos personas tiradas por las calles en estado deprimente y que nuestras autoridades se preocupen por cuidar el orden y se proteja el alicaído ornato que esta para llorar.
Esperemos pues que esta «SEMANA SANTA SEA DE REFLEXION Y NO DE PERDICIÓN».
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