Es un hecho que la mayoría de comunidades campesinas y la necesidad de mejorar su calidad de vida, son materia de preocupación de la autoridad regional en Lima, y ello no dejo de transmitirse en la III Audiencia Publica desarrollada en la provincia de Huarochirí. Javier Alvarado estuvo acompañado, el último sábado 22 de enero, de las principales autoridades del lugar y en presencia de la población, señaló que su gestión está abocada atender las carencias de esta población de la zona alto andina de la región.
En las provincias, como Huarochirí existen requerimientos como son los servicios básicos de agua y desagüe, energía eléctrica, vías de comunicación y la tecnificación del agro, además de la desnutrición infantil. Durante la audiencia pública la burgomaestre provincial Rosa Vásquez, por ejemplo, expresó que su jurisdicción tiene un presupuesto de un millón 667 mil soles para trabajar por los 32 distritos de Huarochirí.
A todas luces dicho monto es insuficiente para cumplir con los anhelos del pueblo, por ello la alcaldesa del lugar, exhortó al Presidente Regional de Lima a cumplir con las obras de envergadura que contribuyan al progreso de la provincia. «Si hacemos obras de cemento no vamos a mejorar las condiciones de vida. Esos niños van a clases pero no atienden. ¿Cuál es el futuro de esos niños? Por eso proponemos los comedores escolares que se instalarán en los distritos con más altos índices de desnutrición», enfatizó el Presidente Regional ante la atenta mirada de cientos de personas, quienes no desaprovecharon la ocasión para requerir la atención inmediata de sus principales necesidades, resaltando la importante presencia de la autoridad regional.
Nota: Definitivamente estas realidades, el actual presidente regional, las encontrará en las demás provincias que visite. Las necesidades son amplias, por eso reiteramos el llamado a que estas «audiencias públicas» sean encuadradas dentro un marco legal, dado que no existe documento oficial que certifique las explicaciones de los funcionarios regionales a la comunidad. En segundo lugar, la autoridad regional conoce muy bien que los aportes que recibe deben ser conducidos a través de los procesos participativos regionales. En tercer lugar, lamentamos que lejos de presentar los planes de gestión de las gerencias y direcciones regionales, o de posibilitar alguna modificación al Plan Regional de Desarrollo Concertado, muchas buenas iniciativas queden relegadas en una mera informalidad, generando un populismo indecoroso en estos tiempos de cambio político, desaprovechando tan valiosos recursos humanos y logísticos del GRL.
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