La soberbia y la terquedad de algunos alcaldes y funcionarios municipales con temperamentos de dictadorcillos los conducen hacia el fracaso, porque no quieren entender que los bienes y recursos públicos se manejan en público y para beneficiar al público vecindario, y no tras el biombo en forma oculta o antojadiza con participación sólo de algunos allegados.
Cuando quisieran trabajar con transparencia honesta, la municipalidad no sería tabú del alcalde, sino puertas abiertas para el pueblo, en cuya ejecución de obras necesariamente deben participar el equipo edil (alcalde y regidores) y el vecindario a través de sus representantes de sectores vecinales organizados; pero, para los alcaldes autócratas las normas municipales son «letras muertas» que finalmente genera las intrigas entre el alcalde y regidores cuando se trata de una auténtica fiscalización acogiendo la opinión y el clamor del pueblo por la pésima calidad de trabajos que realizan en algunas zonas rurales.
EN ENTIDADES PÚBLICAS, TODO DOCUMENTO ESCRITO TIENE RESPUESTA ESCRITA
Por cortesía y cultura general, cuando una persona recibe algún documento escrito, es costumbre y una norma emitir la respuesta escrita, pero entre las autoridades o funcionarios públicos la responsabilidad y la obligación moral de esta respuesta es ineludible y de una importancia porque estaría de por medio algún servicio o gestión a favor de la colectividad. Pero, qué contraste cuando el alcalde retiene o posterga bajo diversos pretextos, principalmente cuando algunos regidores le solicitan los expedientes técnicos de las obras y justifican mediante escuetas frases verbales en forma sucesiva a fin de cansarlos y abandonar la petición. Pero en el fondo la opinión pública ya presume sobre los móviles y fines de estas postergaciones, que es una abierta obstrucción e impedimento sobre la labor fiscalizadora de los regidores.
REGIDORES POR SU ACCIÓN NO ESTÁN TODOS, NI SON TODOS
La municipalidad de Imperial cuenta con siete regidores ungidos por la voluntad mayoritaria de la votación popular como su representante y vocero en el municipio; pero lamentablemente por formar la mayoría como parte político del alcalde están coludidos y se mantiene como simples espectadores abandonando su deber y compromiso con el pueblo, salvo algunos de ellos que por mandato invulnerable de su conciencia luchan por lograr el trato justo, equitativo y resolver los problemas básicos existentes en nuestra comunidad, mediante un proceso de armonía, formulación de proyectos beneficiosos y una rigurosa fiscalización a fin de evitar la continuación de la corrupción y los desatinos «errores» del alcalde y su «personal de confianza» que vienen sembrando una cadena de corruptelas en el interior de la municipalidad ya conocida por la opinión pública.
INCAPACIDAD HASTA PARA RENOVAR LAS COMISIONES DE REGIDORES PARA EL TRABAJO
En la municipalidad de Imperial, el año pasado se constituyó solamente cuatro Comisiones de Regidores para el trabajo municipal 2011. Estas Comisiones fueron: Comisión de Población, Salud y Saneamiento Ambiental; Comisión de Servicios Comunales y Comercialización; Comisión de Transportes y Comisión de Educación, Cultura, Recreación, Deporte y Turismo, a las que en el presente año se añadieron otras tres nuevas comisiones siguientes: Comisión de Economía, Planificación y Presupuesto; Comisión de Desarrollo Urbano y la Comisión de Asuntos Legales y Asentamientos Humanos.Los regidores participantes en estas comisiones son: Gladys Candela Sánchez; Aurora Vicente Yaya; Norma Ramos Ormeño; Nelly Páucar de Quispe; David Rosales Carbonel; Roy Beltrán Gutiérrez; Pedro Koo Murga. Lo curioso de esta conformación es que a sabiendas que el año pasado no han realizado ninguna labor significativa en sus respectivas áreas, los han ratificado recientemente a los mismos regidores en las mismas comisiones.
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