19 mayo 2012

JUAN PABLO II, UN GRANDE DEL SIGLO XX

El 18 de mayo de 1920 Polonia vió nacer a un gran hijo suyo. Este año nació Karol Wojtila, sacerdote, Obispo y Papa. Grande fue y es llamado por sus amigos, conocidos y también por todos aquellos que le escuchamos o le vimos en alguna ocasión.
Él marchó al Cielo el sábado 02 de abril de 2005 a las 21,37 minutos. Fue realmente sorprendente para algunos apreciar la gran afluencia de peregrinos a Roma. Todos querían estar con el Papa en sus últimos días y en sus últimas horas. Poco a poco se fue apagando la lumbrera de este mundo. La gran cantidad de los visitantes a la ciudad eterna eran jóvenes. Todos movidos con una actitud de agradecimiento por la generosidad y entrega de este hombre de Dios.
Juan Pablo II apostó toda su vida por la humanidad. Fue una entrega sin reservas. Siempre tuvo presente aquellas palabras de Cristo «¿Pedro me amas?, confirma a tus hermanos». Pero, también nos preguntamos ¿Qué es lo que hacía que el papa tuviera muchos amigos? Una respuesta podría ser que Juan Pablo II, fue un hombre de vida interior, de gran riqueza espiritual. Era un hombre de Dios. Algunos comparan esa vida interior como el motor de su vida. Lógicamente secreto de su ministerio fue y lo es siempre en la vida de la Iglesia el Espíritu Santo.
También en los días inmediatos de su muerte se habló de la gran herencia que dejaba. Efectivamente, pensar en el Pontificado de Juan Pablo II, es encontrase con el desarrollo de todos los temas. Desde la visión del hombre contemporáneo, pasando por su propia situación en el mundo, en la historia, en su trabajo, en su familia, en su vida personal social, etc., hasta las cuestiones dogmáticas y eclesiales de gran aporte y trascendencia. Es realmente una mina todo lo que dijo y escribió. Ahora como todo hijo o amigo nos preguntamos ¿Si tengo esta herencia qué hago con ella? La primera actitud sería mostrar agradecimiento y como consecuencia estar totalmente dispuestos a llevar la Verdad, propagarla y difundirla. Se trata de tomarlos sobre nosotros mismos y portar esta herencia a donde estemos –cada uno en su situación, in situ-.
Al parecer sorprende pero no es así. Entre los amigos de Juan Pablo II, destacaron los jóvenes. ¿Acaso no parece contradictorio que un anciano, ya entrado en años, tuviera amigos jóvenes? ¿No es paradójico?. Los hombres pensamos como los hombres pero la lógica de Dios es otra. En muchas ocasiones los jóvenes no tuvieron reparo en decirlo en público, a los cuatro vientos «Juan Pablo II es un amigo. Su mensaje es exigente. Sabemos que él transparenta la Verdad, Cristo mismo. El papa, añadían, tiene la Verdad, el Bien, la Belleza, la Libertad. El papa es realmente un anciano pero con un corazón y espíritu joven. Él nos entiende y nos escucha, a pesar de la multitud». Realmente Juan Pablo II fue joven porque tuvo al Eternamente Joven, Cristo. El secreto de la eficacia y hacer muchas cosas por los demás está en el amor a Dios.

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