23 febrero 2007

CON NOMBRE PROPIO…
Por Percy Castañeda Arellano

POLICLINICO “ERNESTO MISPIRETA VALDIVIA”…
Fue una obra bien concebida. Pero…
Sí. Sin temor a equivocarnos. Una importante obra que en sus inicios venía a suplir al Hospital que tanto añoró el pueblo de Imperial. Lamentablemente y, hay que decirlo, la gestión de Elías Alcalá no cumplió con un requisito elemental para su funcionamiento: equipamiento e implementación total y la calidad de profesionales y personal paramédicos, que debieron pasar por el tamiz de una calificación que no obedezca únicamente a razones de acomodo político, como al parecer, habría sucedido.
Pues bien, lo que se inició como parte de la campaña política de Elías, se ha continuado en este Gobierno de Richard Yactayo como una manera de expandir los servicios hacia diversos sectores y eso está bien. Por ello se debe felicitar a quienes dirigen este Centro Médico. Sin embargo, no hay duda que al margen de ello, requiere de urgente implementación, evaluación de personal médico, paramédico y administrativo. Con la salud no se juega, no se debe mezclar el interés político aquí. Yactayo Duran lo sabe. El ha sido crítico en su rol de periodista y ahora tiene que poner en práctica esos valores que siempre reclamaba. Aquí, no se trata que alguien del entorno jerárquico de la Municipalidad imperialina haga lo que quiera. Sí ese es su deseo, entonces los regidores tendrá que tomar al toro por las astas. El Policlínico Mispireta requiere también de publicidad efectiva, de un trabajo especializado en la difusión y que no se haga simplemente propaganda por cumplir. Lo que se ve a través de la televisión o se escucha en los medios radiales es –por decir lo menos- “bajoneado” (permítanme el término) y; con toda la razón del mundo, la afluencia será mayor si se da un buen servicio. Más vale prevenir que lamentar.

LA MUNICIPALIZACION DE LA EDUCACION
La experiencia chilena y los centros pilotos en Cañete: Imperial y Pacarán…
La descentralización de la educación en Chile durante el régimen militar consistió en trasladar la responsabilidad sobre las escuelas de la educación básica y secundaria, que históricamente habían sido administradas por el Ministerio de Educación, a las municipalidades del país. El Ministerio abandonó sus antiguas funciones relacionadas con el financiamiento, la gestión y la vigilancia pedagógica, y se quedó solamente con tareas relacionadas con el control y la evaluación de programas y proyectos. Como muchos estudios lo han demostrado, esta iniciativa fue pensada, consciente y expresamente, como una estrategia para la segmentación de los pobres respecto de los otros sectores de la sociedad. “La famosa municipalización que pretendía descentralizar la educación lo que en verdad hizo fue diseminar el sistema educacional en los más de 300 municipios del país. Unos opulentos, que pueden añadir fondos a la cuota estatal y que no pasan de treinta, y otros miserables, como los que forman el cordón empobrecido de la capital, las aldeas del desierto, el altiplano rural y las islas del fin del mundo, que apenas consiguen pagar a los profesores”. El otro objetivo de la municipalización, tan importante como el de la segmentación social de los sectores empobrecidos, fue el de la desarticulación de los sindicatos de maestros y de las asociaciones estudiantiles y de padres y madres de familia. Así, las demandas de los más pobres por más y mejor educación serían en contra de los alcaldes y no en contra del gobierno de la dictadura.
En Imperial habría que señalar que la municipalidad no cuenta con personas calificadas como para velar por el servicio educativo. Además, puede hacer mucho daño la excesiva politización e improvisación que pueda caracterizar la gestión (tal como se ha visto con la improvisación de funcionarios) y ello, podrían ser contraproducente para un sistema educativo -como el que se vive hoy a nivel nacional- ya golpeado por la corrupción, la desconfianza y las medidas erráticas. La municipalidad deberá de realizar un proceso que no se geste con apresuramientos ni con convencimientos de que algunas de sus normas creará por arte de magia, las condiciones necesarias para soportar un proceso de este tipo. Ni hablar. Escuché al Alcalde Richard Yactayo decir que había sido informado que no habrían recursos y que habría que gestionarlos… Ummm y que él tocaría las puertas de diversas instituciones públicas y privadas. La iniciativa del Alcalde es buena, y no se le resta capacidad, no obstante tiene optimismo y esta bien ello, desde todo punto de vista, pero creemos que ahora es cuando debe buscar a profesionales idóneos que puedan tomar parte en el proceso de evaluación interna y externa de las instituciones educativas, la amalgama de planes que pueda establecer el Consejo Educativo Municipal (CEM) y su directa coordinación con los CONEIs (Consejos educativos institucionales) en base a las normas que la rijan. Aquí, hay que decir que el tema de la infraestructura básica, la implementación modular y una serie de actividades propias de la función educativa, van a ser transferidas. Pero, igualmente, de acuerdo a las normas que establecen la municipalización, si habrá transferencia de recursos, aunque no lo suficiente, simplemente, nunca lo ha habido. Por lo demás, para nadie es desconocido que el Gobierno lo que ha hecho con esto, es desprenderse de un problema y pasárselo a los municipios y éstos ya tienen demasiados problemas como para hacerse de uno más. Yactayo Durán sabe que los fondos le faltarán para afrontar la serie de problemas que tiene su comuna. Tiempo, trabajo y talento tampoco debe faltarle.

Y, LOS LIMITES DE CAÑETE…?
Cincuenta y van cero…
Habiéndose instituido la Comisión de Límites del Conceo Provincial de Cañete, presidida por Percy Eloy Alcalá Mateo, sabiendo que por sus múltiples actividades de asesoría que realiza fuera de la provincia, el citado regidor, creo que debió declinar respetuosamente la designación como presidente de esta Comisión , aunque no dejar de formar parte de ella. Razones existen. A decir: para este tema de límites y cuando se trate de alguna emergencia ocasionada por nuestros vecinos, Alcalá puede que no esté, entonces no podría tratar de solucionar el o los impasses que se susciten. Fuera de ello, sabemos que para cualquier tipo de intervención tendría que necesariamente estar presente. Lo que si es bueno es que debería de aprovecharse al máximo sus buenas relaciones con organismos del Estado. Este asunto debe generar mayor preocupación al interior del cuerpo directriz de Javier Alvarado. Primero: la oficina que funcionó en el tiempo de Rufina Lévano debe seguir con profesionales y gente al servicio de la causa, que intermedien con alternativas viables, los temas de difusión, identificación y aspectos tan importantes como los valores históricos, haciendo que la población tome conciencia de “quien ama a su tierra, la ama no porque sea grande, sino porque es suya”.
Repasemos un poco las comisiones habidas. La primera se conformó en tiempos de don Jaime Wong, y produjo efectos que se hicieron sentir en diversos organismos en la capital. No en vano, el ex presidente Regional citó lo hecho por la gestión Wong en pro de los derechos de Cañete. Y luego hubo otra al interior de la Asamblea de Alcaldes que no pudo hacer mucho porque habían problemas limítrofes entre Imperial y San Luis, San Antonio-Santa Cruz, Mala-Asia, San Antonio-Chilca, etc. Y la verdad de “la milanesa” es que Chilca pedía a gritos ayuda –imaginamos que seguirá pidiendo Pablo Nalda- porque Lima sigue mutilando Cañete y el provincial no dice “esta boca es mía”. En el caso de los límites con Chincha, los de al lado, siguen con sus cantaletas de querer apoderarse de terrenos nuestros y aquí ya se fueron Mufarech y Lévano, el camino está allanado, más lo único que quiere el pueblo es que dejemos de anunciar reuniones en Lima y capitalicemos el ansia popular –sin alarmismo ni chauvinismos- en pro de una conciencia que despierte a favor de Cañete. Lo demás sale sobrando.

No hay comentarios.: