06 junio 2007

EL VIH SIDA, AZOTE DE LA JUVENTUD...
Por: Prof. Héctor Percy Huari Rodríguez

Según últimos reportes científicos, el avance del Virus de la inmuno deficiencia humana es incontenible en el mundo, nuestra provincia no esta exenta de ello, y los principales afectados son nuestros jóvenes, por falta de información, cuando no, por desconocimiento. Este artículo pretende contribuir a favor de la causa, el de informar acerca de los peligros de una relación coital promiscua.
El VIH-SIDA no daña solamente al cuerpo sino a toda la persona, sus relaciones interpersonales y su vida social. La Inmuno-deficiencia del VIH-SIDA también se da simultáneamente en el plano de los valores existenciales. Es una verdadera patología del Espíritu. Es un azote. Lleva consigo una crisis de valores morales. Teniendo en cuenta el carácter sagrado de la vida humana; no es lícito ni el aborto ni la eutanasia dentro de las providencias que hay que tomar frente al VIH-SIDA. Para la prevención se necesita la información adecuada y debida de los valores morales y no se permite cualquier cosa que viole el valor de la sexualidad. La Prevención debe realizarse respetando la dignidad del hombre y su destino trascendente, excluyendo campañas que conlleven modelos de comportamiento que favorezcan la extensión del mal. Se trataría de informaciones que más que ayudar perjudicarían. Hay que informar y educar sin prejuicio de la ética. Hay que iluminar a los jóvenes sobre los valores que están en juego. El mejor remedio frente al VIH-SIDA, que se transmite por relaciones sexuales ilícitas, es la fidelidad matrimonial y la castidad. Para prevenir el VIH-SIDA hay que educar a los jóvenes y adultos de manera que puedan reencontrar la madurez afectiva y la sexualidad ordenada.
El enfermo de VIH-SIDA debe ser consciente de que Dios lo ama a él y a todos los demás enfermos, a todo lo que se relaciona con ellos, a sus familiares. Algunos comportamientos deliberados contribuyen a la difusión del VIH-SIDA. Se recomienda siempre el recto comportamiento sexual, el amor humano en el matrimonio en fidelidad y castidad, el libertinaje aumenta el peligro de contagio del VIH-SIDA. Los padres de familia deben evitar la enfermedad y su transmisión vertical. Creo que no seremos muy apegados a las normas de la iglesia, de la religión, pero en esta etapa el hombre debe buscar encontrarse a si mismo a través de la Fe. El enfermo de VIH-SIDA debe ser objeto de asistencia y de todo respeto. Se debe mostrar el amor misericordioso de Dios para con los huérfanos de padres que murieron por el VIH-SIDA. Debemos superar la barrera de la enfermedad y de la culpa moral en la atención a los enfermos del VIH-SIDA. Debemos permanecer cerca de los enfermos.
Las autoridades competentes deben actuar para tratar de resolver el problema de los enfermos del VIH-SIDA. No deben de implementar campañas de prevención contra el VIH-SIDA que incluyan modelos de comportamiento que favorezcan la expansión del mal; o también dar cierta clase de información que perjudique más que beneficie. Gran labor por supuesto, también de los políticos, quienes deben hacer todo el esfuerzo posible para poner fin a este flagelo del VIH-SIDA. Debe haber una solidaridad de los gobernantes con los enfermos de VIH-SIDA. Debe haber una solidaridad de los científicos que se esfuerzan por combatir el flagelo del VIH-SIDA. Creo que esta cerca el día que se encontraran medicinas eficaces para debelar la enfermedad del VIH-SIDA, debido a las eficaces investigaciones de los científicos. Por ello, los científicos del mundo han de unirse en la investigación de la cura del VIH-SIDA y no haya entre los científicos rivalidades estériles en el propio trabajo.

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