DEL PORQUE JAVIER ALVARADO NO REPRESENTA A LOS CAÑETANOS NI NELSON CHUI LA GOBERNABILIDAD
Escribe: José López Chumpitaz (Cañete Hoy)
Dentro de pocas horas acabará una campaña que produce arcadas en lugar que entusiasmo. Una carrera en busca del sillón regional en donde primó el golpe bajo, la pedrada certera y el chisme barato. ¿Qué más se podría esperar del par de joyitas entre las cuales tendremos que escoger mañana al presidente regional de la Región Lima? ¡Carajo, no pudieron pasar otros mejores!
Conocedores que la masa poblacional se mueve en base a emociones y no a racionalidad necesariamente los estrategas tanto de Patria Joven como de Concertación para el Desarrollo Regional jugaron sus respectivas cartas explotando el sentimiento del votante de la Región Lima: Alvarado fue pintado como la «oportunidad que Cañete gobierne»; la «salida de la corrupción»; mientras que Nelson Chui como «la gobernabilidad» y en menor medida la «inamovilidad de la sede regional y todos los beneficios que ella trae».
NELSON CHUI NO ES GOBERNABILIDAD…
Chui la tuvo perdida siempre en Cañete por ello de su renuencia a pisar estas tierras a debatir o realizar una campaña a pecho descubierto. El inundó el norte con el slogan de la Gobernabilidad, tratando de demostrar que el cuco Alvarado venía a quitarle todo a los norteños: trabajo, recursos, obras y sede. Quiso demostrar la imposibilidad de un gobernante para bregar en contra de consejeros y alcaldes del partido opositor. ¿Pero de qué Gobernabilidad habla Chui? Nunca -norteño él- valoró a Cañete en sus justas dimensiones y potencialidades. Gran parte de la culpa de nuestro desarraigo regional para con los del norte es producto de su desidia para hacernos autónomos en nuestras decisiones o por lo menos partícipes principales en la toma de ellas. No hay Gobernabilidad Chui si el Gobernante mismo cierra sus puertas, voltea la mirada, ningunea. Nunca habrá gobernabilidad Chui porque usted nunca gobernó sino mandó y fue mandado.
JAVIER ALVARADO TAMPOCO REPRESENTA A CAÑETE
Alvarado en la campaña más bien debió jugársela y pasar de ser el «defensor de la sede» al «circunstancial» ejecutor de un acuerdo de Concejo que pretendía reinvindicar el derecho de un Cañete olvidado por el Gobierno Regional. Gestos para barajar su primer entusiasmo de foto defendiendo lo que por ley es un derecho nuestro fue la declaración en Huaura que junto a su familia desde el primero de enero del 2011 gobernaría «junto a los huachanos» en el palacio regional construido por su opositor. Gesto necesario para lograr la adhesión del receloso voto norteño a través de sus líderes. ¿Dijo con ello que no se movería la sede? No. ¿Dijo con ello que la sede se quedará para siempre en Huaura? Tampoco. Jugada maestra entonces pero que define a la persona como capaz de utilizar todos los medios para lograr el poder, aún cuando ello signifique claudicar en los ideales. Señor Alvarado, usted es un candidato para la portada, para la foto del recuerdo, muñequito nomás, porque su proyecto político personal rumbó a la presidencia de la República le hace olvidar que es gracias a Cañete que ha saboreado el poder. Eso lo inhabilita como nuestro representante.
Para acabar: si Chui tuvo a sus gerentes que hicieron y deshicieron en su entorno, Alvarado con los suyos supo también hizo menos. Si Alvarado fue cuestionado por sobrevalorar los terrenos de la compra del hospital o señalado por obras infames como el corredor peatonal o la 28 de julio; al gobierno de Chui, ahorita nomás, se le cae el muelle de Cerro Azul. Los dos trataron , y en algunos casos lograron, comprar conciencias de periodistas que les sirvieron de perros y que cual jauría se enfrentaron sin verguenza entre sí por defender a su líder y denostar del contrario.
¿Por quién va a votar ahora lector? ¿Por qué escoger entre dos malos? ¿Porque elegir entre dos gobernantes que tuvieron la batuta y no supieron manejar el desarrollo de sus jurisdicciones?... Yo no sé, ¿y usted?
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