Escribe: Cleto Aguado Gutiérrez
Con suficiente razón y enrostrada expresión ante la calcinante temperatura veraniega y estando privada de llegar a las refrescantes aguas marinas en las playas cañetanas, gran sector de la población recuerda con indignación la nefasta actuación mercantilista de varios alcaldes de la municipalidad provincial de Cañete del pasado, que con reprochable deslealtad y avaricia festinaron sucesivamente la venta irregular de más de un centenar de playas ubicadas en la franja cañetana desde Chilca hasta la Playa Wakama en la zona de Jahuay, límite real y ancestral con la provincia de Chincha; negocio millonario que efectuaron con empresas y testaferros al amparo de la controvertida Ley de Playas aprobada en 1997. Además, en esta venta indiscriminada tuvieron «la suya» los alcaldes, regidores, Directores municipales, asesores legales, Directores de obras, etc., pero Cañete no se benefició de nada y perdió todas sus playas.
VENTA DE PLAYAS SE INICIÓ EN 1972
Así como el gobierno se propone que a partir de 2013 ha de difundir en los colegios el horror de la matanza senderista desde 1970 a 1992 en que fue capturado y recluido su líder; de la misma manera los jóvenes ciudadanos cañetanos nacidos en 1970 a 1980 deben estar informados, por qué Cañete está prohibido de utilizar las playas de su mar. Por eso, en estos renglones resumimos los datos básicos consignados en nuestro archivo, y anotamos que en Cañete la venta del as playas a las que también denominaron «terrenos ribereños» o «terrenos eriazos» (para no despertar la reacción popular) se inició en 1972 durante le gobierno del General Velasco efectuándose a través del Ministerio de Vivienda hasta 1979. Luego con la restauración de las elecciones municipales, se dictó dispositivos para que las municipalidades puedan adjudicar dichos terrenos sin fines de lucro; es decir, desde ese momento los alcaldes fueron servidos «en plato hondo» y adulterando a su conveniencia todas las normas lucraron sin límites.
ALCALDES FORÁNEOS VENDIERON MÁS CANTIDAD DE PLAYAS
Algunas personas que no hayan nacido en el regazo de tierras cañetanas, quizás no la valoran ni sienten gratitud por las bondades y hospitalidad que les brinda; pero otros sabemos reconocer y agradecer por los dones recibidos tal vez a cambio de nuestro trabajo; pero al mismo tiempo nos identificamos plenamente en todos su aspectos tratando de contribuir en la medida de nuestras posibilidades para que florezca su grandeza, y en el caso propio, la considero con mucho cariño como mi segunda provincia por los años de mi residencia. Dicho esto, podemos señalar que desde 1981 hasta el año 2006, la mayoría del os alcaldes que cercenaron las playas de Cañete no les interesó un comino el patrimonio provincial ni el bienestar del a población cañetana. Entre estos alcaldes, en su momento depredadores del as playas, (algunos ya fallecidos), figuran Walter Ruíz Tovar, y David Palti Solano (únicos cañetanos); Pedro Bautista Saravia (Chincha); Carlos Sertzen Seminario (Piura); Jorge Brignole Santolalla (Lima); y Rufina Lévano Quispe (Yauyos o Arequipa). Según el informe de la Contraloría de la República; estos alcaldes fraccionaron los terrenos del DISTRITO DE SAN ANTONIO: Pedro Bautista vendió a favor del Club Regatas de Lima, a favor de Inmobiliaria El Pinar y a la Asociación Boca de León; Carlos Sertzen vendió a favor de la Asociación de Vivienda Puerto Viejo; Jorge Brignole a favor de la Empresa Lorena, y a favor de la Asociación Canarias; y Rufina Lévano vendió las Reservas Naturales los Pantanos de Puerto Viejo a favor de la Inmobiliaria Puerto Viejo.
PLAYAS PRIVATIZADAS CON VIGILANTES ARMADOS
Desde 1997 en que las playas o terrenos eriazos fueron adjudicados a empresas capitalistas y éstas las revendieron por millonarios montos, los presuntos dueños cercaron dichas playas con tranqueras, murallas de ladrillos, cadenas, alambrados con púas, vigilantes con armas de fuego, perros Doberman y Pastor Alemán, todo preparado para ahuyentar y atacar al público bañista cañetano cuando intentan ingresar a las playas. Esta es la humillante y vergonzosa herencia cañetana; es decir, Cañete con aguas de mar, pero sin playas.
PERMITIERON BURLARSE DE TODAS LAS NORMASCuando en el transcurso del mandato sucesivo de alcaldes y funcionarios coludidos con las empresas compradoras efectuaban los tratos mercantilistas de playas, la reacción de la población cañetana como de costumbre, fue lenta, parcial, desorganizada y carente de decisiones concretas, por lo que no se logró éxito alguno. Sin embargo, pidieron la derogatoria del Art. 13 de la Ley de Playas, se llegó al Procurador Ad.doc, se nombraron Comisión Revisora, Comisión de Reversión de las Playas, Comisión Investigadora; incluso se aprobó que cada mil metros de construcción contara con un acceso al público; así como debe quedar libre la franja paralela de 50 m. a la línea de alta marea y 200 m. después de esta línea se declara dominio restringido para las construcciones o habilitaciones; pero todos conocemos, este dispositivo «es letra muerta» porque nadie lo cumple hasta la actualidad, ya que sus detractores fueron los mismos alcaldes del triste y lamentable pasado.
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