10 mayo 2012

A PROPÓSITO DEL DIA DE LA MADRE: EL SEGUNDO APELLIDO SI IMPORTA.

Por: CARMEN LUISA ALBINO GUERRA - Abogada- Conciliadora Extrajudicial. Directora del Centro de Conciliación «Amigos de la Paz»

Hace unos días, mi hija me comentaba, que estaban preparando el periódico mural de su Colegio por el Día de la madre y que ella propuso un título : «El segundo apellido si importa», y lo dijo porque en todos los lugares se acostumbra a llamar a las personas por su primer nombre y su primer apellido que corresponde al padre, y casi nunca mencionan el apellido que corresponde al de la MADRE es decir el segundo apellido, el cual refiere a la persona que les dió la vida al igual que el padre, y sus compañeros aportaron lo mismo y agregaron muchas bondades de la madre y decidieron aceptar el título por unanimidad . Pareciera una simple alusión al Día de la Madre, pero creo que no es así, para las Madres de esos jóvenes y de muchos más, es un homenaje permanente, el sentir que los hijos nos valoran, que son jóvenes maduros y sensibles, que ejercen su derecho a que los demás recuerden su apellido materno. Claro está, que ello no implica desmerecer su primer apellido, sino simplemente revalorizar el otro apellido que es de la madre.

Conviene recordar que en nuestro Código Civil de 1984, se otorgó el derecho a la mujer de llevar su segundo apellido, en su Articulo N° 24° dice: «La mujer tiene el derecho de llevar el apellido del marido agregado al suyo y a conservarlo mientras no contraiga nuevo matrimonio..», es decir pasó a ser un derecho, la facultad de la mujer de decidir si lleva o no el apellido del cónyuge, derogándose de esa forma la obligación impuesta por la anterior legislación del Código de 1936 en la cual en su Articulo 171°: La mujer lleva el apellido del marido, agregado al suyo y lo conserva mientras no contraiga nuevo matrimonio …», .señalaba el deber de las mujeres a llevar el apellido del esposo, pensemos por ejemplo si Clara Pérez Sánchez se casaba con Juan Terrones, entonces pasaría a llamarse Clara Pérez de Terrones, y así debería constar en su DNI, entonces el apellido materno se dejaba de lado, y así a veces al olvido. El «de…», implicaba acaso reconocer que dicha mujer era propiedad de alguien, pertenecía al esposo, como si fuera un mueble, aunque los del sexo opuesto digan que no era por eso, dista mucho de la realidad, por cuanto ese «de..» amordazó, ocultó la identidad de muchas mujeres, que se resignaban a cumplir la ley.

La norma legal que nos devolvió a las mujeres el derecho a usar el apellido materno siendo casada,, tuvo su fundamento, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, pues cuando sucedía el matrimonio la única que cambiaba su apellido materno por el del esposo, era la mujer mientras que el hombre conservaba incólume sus apellidos, ¡porqué?..¡¡porque es el hombre, ¡ ¡..?, lo cual resultaba absurdo en pleno Siglo XX. Más, ello pasó a la historia, hoy todas las mujeres pueden prescindir del apellido del esposo y seguir con su apellido materno, pero aunque resulte increíble aún algunas mujeres continúan en su DNI con el apellido del esposo, algunas por desconocimiento de la ley, otras porque así lo han decidido, lo cual es respetable por cierto, porque tener el derecho precisamente es tener la «..facultad ..», de decidir si lo ejerces o no.

El derecho de la mujer a usar el apellido materno, acaso sea un homenaje a nuestra madre, al que debe unirse nuestro deber de honrarla, tratando de ser buenos hijos, en todos los aspectos, a las mujeres y hombres que tenemos la dicha de tenerla presente, recordemos que no solo es un día de regalos, porque así lo acostumbra la sociedad moderna, sino también de reflexión a nuestros deberes como hijas, hijos ¿Qué hacemos hoy por nuestra madre?, ¿Qué hicimos la semana pasada por ella?, ¡porqué agasajarla solo un día, a quién nos dio todos sus días y noches?..

Muchas hijas mujeres ya somos madres, entonces, tenemos la gran responsabilidad de portarnos con nuestra madre, como quisiéramos que nuestros hijos se porten con nosotras, en un futuro cercano, si queremos que nos engrían, que nos visiten, que se acuerden día a día de nosotras, entonces hagamos que cada día sea un día festivo para nuestra madre, hay que sorprenderla, por ejemplo, un abrazo fuerte, un « te quiero», llevarla a pasear, a caminar con ella del brazo o de la mano, o cuando compramos algo para nuestros hijos, ¿porqué no comprar algo para ella?, compartir nuestras alegrías, vivirlas con ella, dicen los poetas y filósofos que el AMOR es ALEGRIA, entonces si amamos a nuestra madre, hagamos que sus días sean alegres.

Un abrazo, para todas las madres del mundo, FELICIDADES por siempre. ( Muchas gracias hijita por permitirme esta reflexión).

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