07 abril 2007

BARNEY: LA GRAN ESTAFA…
Por: Prof. Willy CONTRERAS HUARACHI - DNI 15422094

Domingo 1º de Abril, 4.00 pm. Lugar: Coliseo de Imperial. Llegó el momento esperado por mi pequeña Maricielo, al fin cumpliría su sueño diario, la harta publicidad propalada surtía efectos… llegaría a Imperial sus mejores amigos imaginarios (en mi infancia lo eran Superman, el Llanero solitario, Turók y Andar) ahora la propaganda decía que vendría “Bob el constructor”, “Los primos mágicos”, “el sabueso Clifford”, “el Hombre Araña”, “Snoopy”, LOS ORIGINALES DE LA TV. junto al inefable BARNEY Y SUS AMIGOS en una Magnifica OBRA TEATRAL, además conocerían EL CASTILLO DE BARNEY, y todo por 3 soles. Me dije tanta hermosura no podía ser real, pero bastaba la firma del principal auspiciador: La Municipalidad Distrital de Imperial, para disipar mis mezquinos temores; había garantía, pensé.
Me acerco a la boletería, la señorita de la entrada me dice que los adultos pagan 5 soles, le digo si la propaganda decía 3 soles entrada general… ella insiste que este gran espectáculo era costoso para traerlo, mi reclamo quedó opacado por la impaciente y enternecedora mirada de mi niña y calladamente pagué mis 8 soles, ingresamos… Ya eran a las 4.30, el animador no se cansaba de repetir que en 10 minutos 10, comenzaba el espectáculo, la escenografía allí presentada era al mejor estilo de un circo de barrio, de esos que cobran en “gancho” a dos personas por 1.50 soles, aún guardaba esperanza que las apariencias me engañasen y que estaría a apunto de presenciar un espectáculo de calidad, pero cada detalle, el vocabulario poco respetuoso del animador para con los niños, los artistas a medio vestir vendiendo sus confiterias, manzanitas, canchitas, etc, terminaba por convencerme que había entrado a un circo de barrio pobre, bajo la fachada de Gran Espectáculo Teatral Musical para niños.
Finalmente así fue. Fueron los 10 minutos mas largos de mi primer día de abril, puesto que alrededor de las 6 de la tarde comenzó “EL GRAN ESPECTACULO”; los malabaristas, el inocente monito que carga cosas, la chica equilibrista, dos payasos con chistes harto conocidos, el osito winnie poh y el tigre que hacían de artistas secundarios llenó en algo la vista de mi niña, todo ello duró aprox. 25 minutos, y el soez animador, para con los niños: ¡“seguridad, devuelva la plata a esos niños que están molestando y que se vayan!,¡Oye niño, tú, el de azul, a ti no te voy a dar ningún regalo!, ¡a ver esos niños de allá, se sientan tranquilos o los saco!, todo ello contrastaba con la publicidad engañosa de sus volantes : “Niño…Este será el festival del abrazo; podrás abrazar y jugar con tus amigos de la TV”. Que ironía, los niños ni lo podían tocar.
Y comenzó el largo intermedio, los artistas a vender sus golosinas, el animador, al mejor estilo de charlatán de sebo de culebra, no se cansaba de ofrecer las propiedades de las canchitas, la manzana confitada, etc. Luego de larga espera viene el espectáculo de fondo lo cual resulto el fiasco “mais grande do mundo”. Todo era fonomímico y mal organizado todavía, el equipo que fallaba, el público que rechiflaba, la falta de micrófono para la chica que hacia juegos, es decir, ¡el despelote!, pero mi hijita emocionada al fin, aplaudiendo, coreando, creo que vivía su propio mundo, muy aparte del sentido critico de su padre.
20 minutos de Barney y todo acabó, el reloj marcaba a las 6.48pm, o sea, este espectáculo no llegó a la hora de emisión. el público desalentado abandonaba los asientos, mi niña que recién entraba en ambiente me decía ¿a qué hora sale Bob el constructor, el hombre araña?, se me partía el alma decirle que ya todo había terminado, insistía: ¿porqué la gente se va?, ¿porqué los payasitos recogen sus cosas?... fue cuando una airada madre de familia y con razón, increpa al animador esta gran estafa a los niños, y éste, prepotentemente culpó a dicha señora, pretextando que hubiera llegado tarde, además ya tenía su regalo (un cuaderno y un lápiz, por bailar), así que no reclamase tanto.
Mordiendo mis ansias reaccioné cuando mi hijita me pedía el urinario, fuimos pero olvidamos llevar nuestro balón de oxigeno, aquello era irrespirable, una inmundicia. Salimos. y recordé que en la portada de ingreso, no hubo autoridad municipal que haga constancia de boletos para los tributos respectivos, me dije, ¿cuánto pagarían estos “angelitos del circo” a la Municipalidad para presentar este espectáculo bochornoso?, ¿cuánto recaudó el municipio?, ¿en qué se invierte los ingresos sino en la mejora del propio Coliseo empezando por los servicios higiénicos?, son preguntas que cualquier padre responsable se haría especialmente luego de haber pasado tan azarosa tarde dominical con mi niña, considero que merecemos respeto, honestidad ante una publicidad engañosa e identificación del Municipio con su lema: “Comienza el gran cambio.”

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