Escribe: CRISANTO LAURA CUEVA - andesyrios@gmail.com
La mayoría de la población peruana ha tenido la mala racha de elegir a políticos estafadores, traicioneros y felipillos. Ocurrió con el caudillo Fernando Belaúnde que representó al sector de la derecha. Después el país de la mayoría eligió a un nuevo outsider que con su verbo florido jamás igualado encandiló a ciudadanos de todas las clases y razas. Salió elegido Alan García, un joven de carisma espectacular y una vez en el poder se enfrentó al gran capital nacional y de exterior que subyugaba y oprimía al país con una deuda impagable. No pudo vencer a los poderes del gran capital, luego los 12 empresarios más ricos se unieron junto a Mario Vargas Llosa para liquidarlo políticamente.
En el 90, llegaría un nuevo personaje a la fiesta electoral. Un chinito buena gente, campesino, que no era político y con sus promesas sencillas y naturales derrotó a los viejos políticos tradicionales, tanto de la derecha como de la izquierda. Liquidó al gran novelista Premio Nobel de Literatura 2010 Vargas Llosa en forma estrepitosa con amplia mayoría. El miedo al shock económico, permitió otorgarle el triunfo al chino Alberto Fujimori. Después el país entero sería sometido a un sistema de gobierno tiránico de corte neoliberal. Al final de la década comprobamos estupefactos a uno de los gobiernos más corruptos de la historia del país.
Iniciando la década del 2000, llegaría al poder, un nuevo outsider 100% peruano de raíces indígenas, pobre, lustrabotas que llegó a estudiar en la Universidad Privada más prestigiosa del planeta como es Harvard. Otra vez el pueblo tantas veces engañado y con una nueva esperanza eligió al cholo Alejandro Toledo, que traicionando a sus electores gobernó para las grandes empresas gasíferas, petroleras y mineras. Fue el continuismo del sistema neoliberal implantado por Fujimori. La pobreza no bajó y el chorreo del supuesto buen manejo del país nunca llegó para las mayorías, mientras el país seguía siendo saqueado.
Para gran sorpresa de grandes analistas y muchos peruanos, Alan García ganó nuevamente la Presidencia en el 2006. Salió elegido debido a la gigantesca campaña multimillonaria de demolición que los ricos le hicieron al comandante Ollanta, un nuevo en política (outsider), que amenazaba ganar. Aquí se unieron todos contra Ollanta y el cachaco mordió el polvo de la derrota, dignamente. La derecha se había apoderado una vez más del país.
Alan, violando principios e idealismos del Hayismo, gobernó traicioneramente para los ricos empresarios transnacionales del oro, petróleo, el gas, que saquearon impunemente las riquezas del país. Fue alabado y condecorado por los grandes poderes económicos del país y del exterior agrupado en el sistema neoliberal. Pero así al final de su gobierno dejo millones de peruanos excluidos de la bonanza económica, de las buenas cifras de crecimiento. Una vez más, la mayoría fue engañada. Otra vez nos equivocamos.
Así como están las cosas, ya muchos peruanos vemos con incertidumbre y temor a un nuevo gobernante en Abril del 2011. La mayoría no cree en nadie. Los que están en la lista inspiran estupor y pánico. El aprismo, de saque está liquidado al traicionar sus ideales y favorecer a las grandes empresas. El fujimorismo, a pesar de un respetable número de enceguecidos seguidores, arrastra un oscuro pasado de corrupción y tiranía que pocos quieren volver. Los peruposibilistas, ya tuvieron su gran ocasión de realizar un verdadero cambio, pero también traicionó a sus raíces indígenas gobernando para los ricos. La nueva Alianza para el gran cambio pretende hacer olvidar que regalaron el gas natural al poderoso grupo transnacional PERULNG, con PPK a la cabeza dicen de un pueblo pobre está con ellos, imbéciles. Los seguidores de Solidaridad Nacional, ilusos ellos creen que Lima es el Perú. Creen que sólo haciendo buenas obras el país mejorará. En tanto, los Ollantistas pueden sorprender, pero se los nota con poca presencia debido a la psicosis que seguramente arrastran de la elección anterior. Esa falta de presencia popular y un acercamiento a poderosos grupos financieros del sistema generan dudas.
Hoy la gran mayoría estaría dispuesta a elegir a un candidato OUTSIDER, personaje nuevo, no caudillo, no capturado por el sistema neoliberal, quizás votemos por un militar tipo Juan Velazco, todo, menos los que se presentan en la lista para Abril del 2011.- El único que pudiera salvarse sería Ollanta Humala, debido a un buen grupo de asesores que presenta y además porque representa la esperanza justa que hace 30 años, las mayorías eso es lo que esperan.
Pero a pesar de esta coyuntura, muchos esperamos que llegue un nuevo OUTSIDER, tal vez hubiera sido buena propuesta política la presencia del cura Marco Arana o líder Amazónico Alberto Pizango, pero por muchas circunstancias no pudieron presentarse a esta competencia.
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