Utilizando la psicología inversa el vicepresidente del Inpe César Magán Zevallos casi casi ha convencido a la alcaldesa de Cañete, María Montoya; la de Nuevo Imperial, Zulma Matumay; la de San Luis, Delia Solorzano; y hasta el propio Italo Maldonado que el proyecto de más de cinco millones de soles para ampliar el penal de Cantera no encierra ningún riesgo para los cañetanos.
Todo se inició el día de ayer, en la mañana cuando se reunieron las autoridades mencionadas, - previa desconfirmación de la venida de los funcionarios del Inpe -, quienes acudieron presusoras y con la guardía baja para escuchar a un Magán que primeramente juró estar dispuesto a firmar cualquier acta que los obligue a no meter más presos en el Penal de Cantera en Nuevo Imperial.
Poco a poco fue dándole por su lado al reclamo de las burgomaestres: que hará la laguna de oxidación para que no se desparramen las heces de los presos, que traerá más cañetanos y sacará a los foráneos pero también poco a poco fue poniendo sus propias condiciones, la laguna se realizará en lo que se demore realizar el proyecto snip, que la salida de delincuentes se hará cuando el Lurigancho se reactive.
Finalmente, luego de un reunión a puertas cerradas sin presencia de la prensa las alcaldesas dijeron que habría una nueva reunión el próximo martes en la Municipalidad de Cañete y que uno de los puntos a discutir es la «remodelación» de Cantera y el compromiso de que las autoridades podrán fiscalizar cuàntos presos hay. Osea, les doraron la píldora y nuestros ingenuos representantes cayeron solitos.
Una se pregunta: ¿para qué vamos a paralizar entonces este 30 de noviembre y 01 de diciembre ya que la denominada «remodelación» no es más que la propia ampliación?
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