28 febrero 2013

LA RECONSTRUCCIÓN DE HUALCARÁ: EL OCASO DEL CENTRO POBLADO Y EL ORIGEN DE LA «PROPIEDAD PRIVADA»

Por Vladimir Alexander Rojas Hinostroza

Sentimientos encontrados me embargan cuándo de Hualcará escribo.
Con «Juan Pueblo» decíamos a sus damnificados las desventajas que enrostrarían si renunciaban a los años de posesión sobre sus viviendas, y en esa apuesta por la verdad, este humilde servidor recibió de premio una «marcha» promovida por una «miseria empresarial».
Desde aquella promesa del «festín de naranjas» anunciada por el pérfido Alan García en octubre del 2007, han transcurrido más de 5 años sin que ninguna autoridad estrene la «ciudad emblemática» que se edificaría en dicha localidad.
Ya pasaron más de 5 años, y decenas de familias aún quedan sin recibir vivienda alguna, pese a que entregaron sus bonos 6000 para la construcción de moradas, cuya entrega les fue esquiva por la desesperación y la indebida distribución del «patrón de Hualcará».
Ya pasaron más de 5 años, y un terreno informal dónde existía el centro poblado, o llamada «ranchería» por los lugareños, se convirtió en terreno privado, gracias a la celeridad con que Raúl Ramos se movía en la gerencia de obras de la MPC como en registros públicos; y para perpetrar tal objetivo, enarbolaba la bandera de la donación del terreno, que aún no se formaliza en la vía notarial.
Ya pasaron más de 5 años, y la empresa Helene SAC, socia caritativa de los Ramos Buzaglo, recibió el terreno privado para construir 100 viviendas con dinero del Estado, obligándose a titular a los damnificados, sino el predio revertía a favor de la empresa familiar. Hasta el día de hoy no entregan ninguna escritura pública a los pocos beneficiarios.
Ya pasaron más de 5 años, y ante tal realidad, ni a la «empresa familiar» le interesa solucionar la problemática actual, y la MPC visita Hualcará porque quiere arreglar su estadio, como si no existiesen urgencias apremiantes de atención en lo que fuera un centro poblado.
Ya pasaron más de 5 años, y la cláusula de reversión del terreno podría ejecutarse en cualquier momento, y la inversión pública realizada con fines altruistas, pasaría a manos privadas, lo que constituiría una apropiación y enriquecimiento indebido, que ningún congresista nuestro investiga, ni nadie se digna en denunciar.
Ya pasaron más de 5 años, que los medios de comunicación no hablan de Hualcará, como lo hicieran cuándo se ejecutaba el proyecto de agua potable y alcantarillado con dinero proveniente del gobierno central. En ese entonces, se disponían de «fichas» para el grupo de comunicadores leales a Erly Lázaro, que hoy anda por Huacho, tierra de la hospitalidad, según sus amigos para «gerenciar».
Ya pasaron más de 5 años, y como en aquella oportunidad, no puedo dejar de comentar y fustigar la actitud de un «empresario infame», como la actitud pasiva y tolerante de mis paisanos de la tierra del gran «Lolo Fernández».
No puedo dejar de sentirme indignado de las precarias condiciones que aún persisten en decenas de familias, que creyeron en un proyecto, pero que hoy son desviados a una notaría, para que entreguen 300 soles por una minuta, mientras que a otros les dicen ya no hay más plata para construir viviendas. A todo esto, ¿dónde están nuestras autoridades?

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