01 junio 2018

QUE GANA LA SELECCIÓN CON LA VUELTA DEL CAPITÁN...

Tras la vuelta de Paolo Guerrero a la selección peruana, después de siete meses, la pregunta que salta por sí sola es ¿qué aportará el goleador nacional al conjunto de Ricardo Gareca?, que ya encontró una forma de jugar bien sin la presencia de su capitán.
Lo primero que se puede resaltar es que la selección volverá a tener un líder natural que se ponga el equipo al hombro cuando más lo necesita. Eso lo demostró Paolo Guerrero en los partidos cruciales cuando el resultado siempre fue adverso.
Nadie olvida su actuación sobresaliente en la Copa América de Chile 2015, donde fue el pilar del conjunto peruano que ocupó el tercer lugar.
Le hizo tres goles a Bolivia, lo que le permitió a Perú clasificar a los cuartos de final. También fue decisivo en el encuentro ante Paraguay colocando el tanto que sentenció el partido por la medalla de bronce.
En ese certamen registró cuatro anotaciones en seis encuentros jugados bajo el mando del técnico Ricardo Gareca, quien lo vio como ese líder que inspiraba a sus compañeros. Guerrero, uno de los goleadores.
Su presencia en las últimas eliminatorias fue vital porque convirtió cinco dianas. Ante las ausencias de Claudio Pizarro y Juan Vargas, Paolo asumió bien su rol de capitán. Apareció cuando Uruguay mandaba en el Estadio Nacional (2-1) o cuando Perú se jugaba la última opción de clasificar ante Colombia en Lima (1-1). En los dos casos puso los tantos del empate.
En situaciones difíciles, el Depredador hizo honor a su apellido para impulsar a sus compañeros y lograr buenos resultados. El último fue contra Colombia: sobre la agonía del partido lo empató de un pícaro tiro libre y puso a Perú en el repechaje, que la selección inca, sin él, ganó a Nueva Zelanda.

Olfato goleador
En definitiva, Paolo le aporta goles a la Blanquirroja. En la actualidad es el máximo goleador histórico de la escuadra nacional, con 33 tantos. En las dos últimas ediciones de la Copa América que disputó -2011 (5 tantos), 2015 (4)- se consolidó como artillero.
Otro de los factores importantes es que su sola presencia genera preocupación en los rivales. Su experiencia de haber jugado en Alemania, por el Bayern Múnich y el Hamburgo, le permite enfrentar con facilidad a defensas de gran estado físico como serán los de Dinamarca, Francia y Australia, rivales de Perú en el Mundial de Rusia 2018.
Más allá del liderazgo que pone de manifiesto en la selección peruana, Paolo es un jugador complicado de detener, porque sabe jugar muy bien de espaldas y se desmarca gracias a su potencia.
Dentro del área es letal ya que resuelve muy bien las situaciones que le generan Miguel Trauco y Yoshimar Yotún, quienes son los mejores lanzadores.
No solo tiene ambición de gol, sino que encuentra rápidamente el arco y la definición; eso lo hace muy peligroso para los defensores de cualquier equipo rival.
Los casi siete meses fuera del campo de juego debido a un castigo impuesto por la FIFA y aumentado por el Tribunal Arbitral de Deporte (TAS) pueden jugarle en contra; pero eso no es una adversidad para un futbolista que está hecho para superar lo que parece imposible.

Su suplicio
El TAS lo sancionó 14 meses por dopaje, dejándolo fuera del mundial. La FIFA primero lo suspendió por un año, luego hizo una reducción a seis meses, pero Guerrero y la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) apelaron ante el TAS, que le amplió el castigo.

El capitán de la selección inca nunca se sintió derrotado, volvió a vestirse de guerrero, igual como cuando Perú iba perdiendo y arengaba a sus compañeros; se metió en el área rival y luchó en todas las instancias posibles hasta devolverles a los peruanos la alegría y él cumplir su sueño de niño: jugar en un Mundial con la camiseta nacional.

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