12 marzo 2013

LA «BODEGA» POLICIAL Y EL «NEGOCIO» DELINCUENCIAL: ¿SEGURIDAD, COMO SERVICIO O DERECHO?

Por Vladimir Alexander Rojas Hinostroza

De un tiempo a esta parte, después de salud y educación, los ciudadanos reclaman «seguridad» como un elemento indispensable que les garantice paz, tranquilidad y prosperidad en la realización de sus actividades diarias. Y dicha exigencia es justificada, aunque resulte lamentable señalar que los custodios del orden cada día pierden legitimidad e incumplen el mandato para el cual fueron institucionalizados.
Recientemente se registraron dos hechos antagónicos en Cañete, que desnudan la labor de la PNP: Por un lado, el «éxito» de la captura de tres sujetos que asaltaron una tienda comercial en menos de 24 horas; y del otro lado, el «fracaso» de no dar con el paradero de los delincuentes que robaron el auto de un conocido taxista, quien durante una semana fue extorsionado para que le devuelvan su vehículo.
En ambos casos, la seguridad como derecho fue afectada, pero la seguridad como servicio sólo fue eficaz para el comerciante, más no para el taxista. Es cierto que la PNP no puede leer la mente de los forajidos, ni tienen una bola mágica para anticiparse a los actos delictivos, ni siempre habrán resultados favorables, pero ¿pueden hacer predecible y prevenible los hechos criminales? CLARO QUE SI.
Veamos: si alguien decide poner un negocio, sabe lo que compra y lo que vende; sabrá quiénes son sus clientes; y su negocio crecerá de acuerdo a sus ventas. Con la PNP se aplica la misma lógica, dado que el destacamento policial se instauró hace décadas, ellos conocen a los delincuentes que pululan en Cañete; conocen los lugares peligrosos; conocen las formas del arrebato; y otras más. La PNP conoce su negocio, pero ¿Por qué no funciona en forma eficaz?.
Muchos serán los factores de la ineficacia: falta de personal, presupuesto, logística, vehículos, etc. Y es que, valgan verdades, desde que instalaron el Penal de Cantera – con una inversión millonaria – nadie ha reclamado, ni exigido que se realice similar inversión para una mejor infraestructura policial, mejores vehículos, mejores logísticas, y es ahí donde deben apuntar las autoridades que se concentran en los comités de seguridad ciudadana: No en reuniones improductivas.
Hasta muchos opinan que debe municipalizarse el servicio policial, cómo si nadie hubiese entendido que con la educación quisieron hacer lo mismo, con un resultado negativo, por eso piensan que lo mejor es que los gobiernos locales reciban el presupuesto de la PNP para que inviertan en seguridad ¿o administran el servicio policial, o gastan los recursos? Nadie se pone de acuerdo.
Ahora bien, pedir «colaboración» a la ciudadanía es el mejor reflejo de que las cosas no andan bien. Imaginemos a un médico que en plena operación, sea interrumpido para que un ciudadano lo asista, aduciendo que no sabe operar; o un maestro que en plena clase reciba a un ciudadano para que lo asista, señalando que no sabe enseñar. Qué vergüenza para el médico y para el maestro ¿El policía no debería sentir lo mismo, si alguien entra a hacer lo que ellos estarían haciendo pésimo?.
Mientras la PNP no mejore lo que su «bodega» ofrece, continuará campeando el «negocio» de los delincuentes: El derecho a la seguridad será quebrantado, mientras el servicio de la seguridad no sea mejorado. ¿Usted qué opina?

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