MARIA MONTOYA FUE ADVERTIDA SOBRE EL DESBORDE DEL RIO CAÑETE

La incapacidad en temas de Gestión de Riesgo de Desastres Naturales en la provincia de Cañete demostrada por la alcaldesa provincialMaría Montoya, no tiene explicación sensata.
Esto a consecuencia de que el rio Cañete ya está colmado de una gran cantidad de agua propia de la temporada y que en las conocidas zonas de peligro no ha existido trabajos de prevención, por consiguiente otra vez se viene la amenaza de inundaciones y devastaciones en la zona.
El año pasado María Montoya, entró en caos y desesperación, cuando las aguas del rio Cañete amenazaban con desbordarse por 8 o 10 zonas a la vez, y no tenía idea clara de cómo enfrentar la avalancha, al no conocer todos los antecedentes del caso, menos había planificado y organizado un Comité de Defensa Civil bien cohesionado.
Hoy estamos 10 de febrero, y, recién en setiembre del 2012, este Comité se reunió para acordar realizar trabajos de prevención en el rio. Acordaron en coordinar con Javier Alvarado, dividirse los supuestos trabajos de prevención en forma equitativa: A María le correspondió la lejana zona de «La Vega, San Carlos y La Isla. Y, a Javier Alvarado le tocó la margen derecha de la cuenca baja de Cañete así como otras zonas. Estos trabajos, jamás se concretaron.
La tesis, argumento o cuento de ejecutar prevención en febrero, ya cuando las aguas están encima amenazando con desbordarse, ya no tiene credibilidad. Lo increíble del caso es que no han hecho un diagnostico o una inspección participativa e inclusiva; tampoco han realizado prevención; menos cuentan ahora con un Plan de Contingencia, para afrontar un posible temporal. Aquí, tanto María Montoya como Javier Alvarado están demostrando que nada han aprendido de las lecciones que dejan los desastres, cuando este problema es ya bastante conocido. ¿O es que estoy pensando que lo hacen a propósito para robar?.
La ignorancia o falta de capacidad de la Alcaldesa Provincial en estos temas, no tiene explicación. Existe por ejemplo un pedido específico presentado por un grupo de ribereños hace 5 meses preocupados porque hasta ese entonces no había ningún indicio de prevención en las zonas críticas y hasta la fecha no se da respuesta por escrito a ese documento. Solo recibimos respuestas vagas de su otro inoperante encargado secretario de Defensa Civil Sr. Berly Francia que no sabe nada del tema. Esto significa una tremenda falta de respeto y un desconocimiento de la información, con características punitivas.
El pedido fundamental y neurálgico que se le solicito a María Mon-toya, es que su despacho realice una inspección ocular y un diagnóstico del problema, pero en forma participativa y concertada, acto que nunca se ejecutó, y, además se pidió que se tomen en cuenta los conocimientos adquiridos de los lugareños para acabar con este traumático problema. Mas al contrario, no recibimos ninguna respuesta formal, solo evasivas despóticas y vergonzantes.
La respuesta final de María Montoya y Berly Francia (doctorados en Universidad de Pensil-vania en Gestión de Riesgos de Desastres) es realmente decepcionante. Respondió, (con todo la frescura del mundo) que este tema lo están viendo los Ingenieros del ALA CAÑETE, Pedro Jacinto y Luis Yampuffe, y que ellos ya han determinado que es lo que hay que hacer.
Lo que no sabe la Alcaldesa es que estos angelitos ingenieros trabajaron más de una década en esa dependencia y nunca sus trabajos han funcionado, mas al contrario fueron de fracaso en fracaso y mentiras para calmar la desesperanza de los ribereños, que nunca vieron una luz al final del túnel.
A estas alturas ya cuando el temporal está a medio camino y sin trabajo preventivo, la gestión de la supuesta PRESIDENTA PROVINCIAL DEL COMITÉ DE DEFENSA CIVIL, considero sinceramente que ha fracasado clamo-rosamente y hasta es pasible de una denuncia por NEGLIGENCIA, OMISION DE FUNCIONES Y ATENTADO CONTRA LA SEGURIDAD PUBLICA. La incapacidad de su cargo, pone en serio peligro la vida de cientos de personas y la pérdida de millones de soles de las infraestructuras agrícolas, pecuarias, eléctricas e hídricas de las zonas ribereñas.