22 marzo 2013

OBRA ÑAUÑACU TRES CRUCES NO CUENTA CON AUTORIZACION DE LA AUTORIDAD NACIONAL DEL AGUA (ANA)

Tomado de: Blog de Coayllo.
El valle de Asia hidrográficamente no tiene lagunas ni glaciares, aunque -irónicamente- en su escudo sobresalen dos nevados.
Territorialmente tiene en su origen al río Omas que permanece sediento y agrietado. Las cicatrices de sus añejos huaicos han formado un prodigioso colchón de nutrientes limo arcilloso que favorecen la retención de humedad. La vida de sus 6 mil habitantes -2,836 agricultores- dependen del agua subterránea.
Los asianos del siglo pasado concibieron la idea de traer agua de las alturas de Yauyos. Hoy se insiste en lo mismo, pese a que los especialistas advierten que se trata de un proyecto carente de sustento técnico, ambientalmente insostenible y socialmente requiere de conciliación. Aquí algunas razones:
En 1911, el Ing. norteamericano Charles W. Sutton recogió la idea y más tarde propuso un proyecto con 2 etapas: 1) canalizar el agua de la quebrada Ñauñacu y echarlo al abra Tres Cruces. 2) llegar con la canalización hasta la laguna Huascacocha, origen del río Mala, tributado por los nevados Llongote, Huayna Cottoni y Ticlla. (Informe del diario La Prensa por los 75 años de irrigaciones en el Perú, 19/09/1978).
En el 2009, el Gobierno Regional de Lima planteó nuevamente el proyecto, pero la población de Asia en su Presupuesto Partici-pativo 2011 no lo avaló económicamente porque se trata de una inversión en Yauyos y no en Asia, de modo que es competencia del Gobierno Regional de Lima.
El estudio no analiza las implicancias del cambio climático, ni las características actuales de los nevados de menos de 5,500 msnm que desaparecerán en el 2020. Entonces el Llongote, Huayna Cottoni y Ticlla (4,800 msnm) están con sus días contados. Ya la quebrada Ñauñacu no carga agua y la laguna Huascacocha se ha reducido considerablemente.
El estudio no se hizo a la cuenca de Omas que es seca sino a la de Mala que tiene un río con agua, 117 lagunas y 37 km2 de nevados. No tiene sentido compararla, aunque -si es verdad- con un manejo integral y sostenible, se podría utilizar las aguas del río Mala en épocas de abundancia.
El proyecto en ejecución no tiene la autorización de viabilidad hídrica por parte de la Autoridad Nacional del Agua. Tampoco la necesaria consulta y coordinación de entendimiento con la Comunidad Campesina Niño Jesús de Ayavirí. Su presidente, Artemio Quispe De la Cruz, dice que en su momento plantearán la construcción de carreteras, colegios, reforestación, como compensación por el agua que se genera en su tierra. Finalmente, durante siglos el Proyecto de Irrigación Ñauñacu – Tres Cruces es y seguirá siendo un sueño para muchos agricultores asianos. Ahora la Autoridad Nacional del Agua pide al alcalde de Asia, José Arias Chumpitaz que debe solicitar «Autorización para realizar estudios destinados a la ejecución de obras en Fuente de Agua o infraestructura hidráulica multisectorial». Sin embargo, el agua de sierra que amaneció en Asia en estos días, son de las alturas de Tauripampa, Porochocha y Vendezaña. De Ñauñacu no baja nada, aunque algunos quieren hacer creer que el agua es de Ñauñacu, cosa que es totalmente falso.

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