25 enero 2013

CAICO: A PROPÓSITO DE LOS REGIDORES

Escribe: Ceguferno

Conocí a Félix Caico, padre del regidor José Caico Fernández cuando aún era un niño y él trabajaba con Rotondo y siempre iba a pesar los productos, que el hacendado producía en su fundo, en la balanza de Cortijo y siempre cuidaba de saludar al pequeño que jugaba alrededor de la balanza, muchos años después nos encontraríamos con amigos comunes y entonces le exprese la admiración que el gesto provoco. Pero al regidor nunca lo conocí y su apellido poco común en Cañete lo escuche a raíz de la premiación de algún alumno suyo, campeón de matemática, en su academia IMPA y me dije entonces, bueno, ahora si apareció competencia a la GEUNI. Tiempo después me entere que era un profesor contratado al ver los resultados de un concurso de plazas docentes y donde el siempre figura entre los aprobados con las más altas notas y cuando supe que había sido elegido supuse que sería una opción más, no tenía mayores referencias y el desencanto que nos han producido generaciones de regidores no nos hizo albergar mayores esperanzas en los nuevos elegidos, sin embargo al brillante profesor le avalaba algo, no estaba contaminado por las dirigencias gremiales y eso era un punto a favor.

LA DENUNCIA DEL REGIDOR
«Luchar contra la corrupción es difícil, porque existen medios de comunicación que a cambio de unos miles de soles mensuales, ser convierten en cómplices de la fermentación moral que se vive en el interior de la corporación edil» es la frasecita que provoco escozor en los áulicos de la gestión Montoya, pero que ciertamente solo repite un hecho cotidiano y corroborado incluso en los portales de transparencia y reforzado en la pasada gestión de Alvarado (recordemos que Wanus afirmó que el FINVER sirvió para pagar periodistas entre otros) e imitado hoy por hoy en casi todos los gobiernos locales de la provincia donde los pagos por publicidad (léase pagos a periodistas) son bastante significativos y claro «el favor» se lo retribuye la prensa amarilla convirtiéndose en escuderos de la corrupción (en tiempos de dictadura se hablaba de los parametrados), un favor muchas veces mayor a las propias expectativas de los gobernantes.
Entonces no debe llamar a sorpresa los furibundos ataques de esta prensa adicta a los presupuestos ediles y que considera al fiscalizador como «enemigo público» porque está poniendo el dedo en la llaga y esta saltando la pus de la corrupción; por el contrario aplauden a la autoridad irresponsable que inaugura obras y que poco después se tienen que demoler porque irresponsables constructores variaron especificaciones del expediente para «descontar los gastos de la comisión» a favor de sus cómplices: funcionarios y autoridades.
¿Pero, está fuera de contexto la labor de fiscalización del regidor? No, de ninguna manera, por el contrario está cumpliendo su función expresada en la LOM, artículo 10, numeral 4: «Desempeñar funciones de fiscalización de la gestión municipal», queda claro entonces que Caico está estrictamente ejerciendo la función principal que le encomienda la Ley Orgánica de Municipalidades. ¿Es una acción oportunista que después de dos años recién haga efectiva una denuncia? Falso y aunque no poseo mayor documentación al respecto, son públicas las denuncias que el referido regidor hizo a raíz de la ampliación del palacio municipal y que resulto corroborada por estudio técnicos; luego la obra de la avenida «Libertadores» y que sufrió refacciones incluso antes de inaugurarse y hoy denuncia el direccionamiento a ciertas empresas y por supuesto el menciona otras observaciones a obras mal hechas sin respetar los parámetros técnicos de los expedientes; sin embargo esto solo podrá ser corroborado con gestos de transparencia que María Montoya deberá asumir como por ejemplo hacer públicas las actas de concejo y allí se aclarara que regidor fiscaliza y cual simplemente encubre las irregularidades; pero claro los expedientes técnicos de las obras a realizarse deberán estar al alcance de regidores y población beneficiada porque hablar de fiscalización sin documentación es una simple quimera.
La fiscalización de los regidores es parte de la lógica de la democracia, el contrapeso necesario al poder del ejecutivo (alcaldes y funcionarios) sin el cual se sentirían omnipotentes y eso provoca por ejemplo en los gobiernos totalitarios la corrupción total; ejecutivo por un lado (alcaldes y funcionarios) por un lado y fiscalización al ejecutivo (regidores y control ciudadano) por el otro lado, es la ecuación equilibrada de la democracia.

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